Infertilidad: estas son las posibles causas y sus principales tratamientos
Un 11% de los nacimientos se producen gracias a una técnica de reproducción asistida. La edad avanzada de la madre, el estilo de vida y distintos trastornos, tanto en el hombre como en la mujer, explican estas cifras
La histerosalpingografía y la ecografía permiten revisar la forma del útero y que las trompas de Falopio estén abiertas.
El deseo de tener un hijo no siempre puede cumplirse de manera natural. En España se estima que la infertilidad afecta al 15-20% de las parejas. En un 30% de casos este problema está en la mujer, en un 30% en el hombre y un 30% es mixto. En un 10% de casos no se puede determinar el porqué. Éstas son las causas más frecuentes de infertilidad y pruebas que se realizan para identificarlas.
Reserva ovárica baja. Se refiere al número de óvulos que contienen los ovarios, ya que cada mujer nace con una cantidad determinada.
- Mediante un análisis de sangre se mide, entre otras, la hormona antimulleriana. También se puede conocer realizando un recuento de folículos antrales a través de una radiografía. La falta de óvulos o que éstos sean de baja calidad es más habitual cuando la mujer tiene más de 35 años, momento en que hay un descenso de la reserva ovárica. De ahí que retrasar el momento de ser madre aumente los casos de infertilidad.
Dificultad para ovular. Cuando la ovulación no es regular o no se produce, la posibilidad de un embarazo se reduce.
- Se puede detectar con un análisis de sangre que evalúe los niveles de hormonas como la FSH, la LH y el estradiol.
Obstrucción de las trompas de Falopio o anomalías uterinas. Cuando esto ocurre, el espermatozoide no puede fecundar el óvulo o el embrión implantarse en el útero.
- Para comprobar que todo funciona correctamente se lleva a cabo una histerosalpingografía. Mediante rayos X, esta prueba revisa la forma del útero y que las trompas de Falopio estén abiertas. Se suele acompañar de una ecografía transvaginal y de una histeroscopia, que visualiza el útero con una cámara, evalúa su forma y si hay miomas o lesiones.
Endometriosis. Entre el 30 y el 40% de mujeres que tienen problemas de fertilidad la padecen. Se caracteriza por el crecimiento del tejido que recubre normalmente el útero fuera de éste.
- Además de un examen físico, su diagnóstico precisa una ecografía y una laparoscopia, que observe los órganos reproductivos femeninos.
Ovarios poliquísticos. En este caso los ovarios, y a veces también las glándulas suprarrenales, producen hormonas andrógenas que interfieren en la ovulación y producen quistes en los ovarios.
- La ecografía y los análisis hormonales permitirán su detección.
Problemas genéticos. Se realiza un estudio del cariotipo (el conjunto de cromosomas) mediante un análisis de sangre de la pareja.
Baja calidad espermática. La sufren entre el 30% y el 50% de hombres en edad fértil. Trastornos como el varicocele, la criptorquidia, desequilibrios hormonales, infecciones, enfermedades como la diabetes, la toma de sustancias y la exposición a tóxicos inciden en la calidad del esperma.
- Un espermiograma la analiza recogiendo una muestra tras 3-5 días de abstinencia. Se hace una evaluación visual y microscópica que determina concentración, movilidad, morfología y vitalidad de los espermatozoides. Además de un examen físico y hormonal, se pueden añadir pruebas como la fragmentación del ADN espermático y la FISH (hibridación fluorescente in situ) para valorar la calidad genética de los espermatozoides y su capacidad para fecundar el óvulo.
Mal transporte de espermatozoides. Puede deberse a una eyaculación retrógrada, a una obstrucción de los conductos y a una disfunción eréctil.
- Dependiendo del caso pueden ser necesarias una ecografía testicular y una biopsia de testículo.
Los pasos a seguir
Óvulo siendo fecundado por un espermatozoide.
Se aconseja acudir a un especialista en técnicas de reproducción asistida al cabo de un año de intentar un embarazo o a los seis meses si la mujer tiene más de 35 años. Para acceder a ellas, la sanidad pública establece que la pareja no tenga más de 40 años. Éstas son las técnicas de reproducción asistida habituales.
Inyección intracitoplasmática. Sirve para extraer los mejores espermatozoides de una muestra de semen y mejorar las probabilidades de fertilización.
Inseminación artificial. Mediante una cánula se introduce el semen de la pareja o de un donante en el útero para acortar la distancia entre óvulo y espermatozoides y facilitar la fecundación.
Estimulación ovárica. Consiste en inyectar a la mujer hormonas para promover la maduración de óvulos.
Fecundación "in vitro". Se extraen los óvulos de la madre o se utilizan los de una donante para unirlos con los espermatozoides de la pareja o de un donante en el laboratorio. Tras obtener uno o más embriones y realizar una selección de éstos se transfieren al útero.
Verdadero o falso
Test de embarazo.
La obesidad puede dificultar el embarazo: Verdadero.
El exceso de grasa corporal favorece la producción de ciertas hormonas que pueden dificultar la ovulación. También reduce el éxito de los tratamientos de reprodUcción asistida. Un alto porcentaje de tejido adiposo en los hombres también puede interferir en su fertilidad.
Tener una regla regular asegura la fertilidad: Falso.
Lo cierto es que lo verdaderamente importante es la calidad de los óvulos que, a medida que la mujer cumple años, pierden calidad a pesar de que la menstruación se siga produciendo regularmente.
La edad del hombre es irrelevante Verdadero: Falso.
Aunque ocurre más tarde que en la mujer, el semen también se ve afectado por la edad del varón y sufre un deterioro que se hace sobre todo evidente a partir de los 50 años. De hecho, se complica mucho lograr un embarazo cuando el varón tiene más de 65.
La estimulación ovárica adelanta la menopausia: Falso.
Este método mediante la inyección de hormonas favorece la maduración de folículos que de otra forma no tendría lugar. Además, el especialista ajusta el tratamiento según la mujer. Por lo tanto, no altera la reserva ovárica ni influye en la llegada de la menopausia.
Pautas para seguir un estilo de vida que mejore tu fertilidad
Las espinacas son buenas para mejorar la fertilidad.
Adoptar unos hábitos saludables puede optimizar el funcionamiento del organismo y mejorar las posibilidades de lograr un embarazo.
Sigue una dieta rica en alimentos frescos. Ha de incluir verduras de hojas verdes, que aportan ácido fólico, frutas, legumbres, cereales integrales y pescado. Conviene restringir el consumo de procesados, que pueden alterar la ovulación y evitar las conservas, que pueden contener disruptores endocrinos, unas sustancias que influyen negativamente sobre el ciclo hormonal femenino y en la calidad del semen. Además, a través de la dieta se puede mejorar el síndrome de ovarios poliquísticos, una posible causa de infertilidad.
Controla el estrés mediante la práctica de ejercicio, paseos por la naturaleza, masajes, técnicas de relajación, etc. Este factor puede influir en la ovulación e incluso disminuir la reserva ovárica.
Cuida tus niveles de vitamina D exponiendo tu piel al sol 20 minutos al día y tomando alimentos ricos en ella como el salmón, el atún y la caballa. Un estudio realizado con mujeres sometidas a un tratamiento de reproducción asistida mostró que aquellas que tenían unos buenos niveles de vitamina D tenían más posibilidades de quedarse embarazadas.
Evita las temperaturas altas. El calor extremo y la ropa ajustada en la zona de los testículos, que eleva su temperatura, pueden impedir la formación de espermatozoides y mermar su calidad.