Testosterona: también es cosa de mujeres
Conocida como una hormona eminentemente masculina, su presencia también es muy necesaria en el cuerpo femenino para desempeñar numerosas funciones. Su falta te puede afectar sobre todo después de la menopausia
La testosterona es importante para la mujer, aunque suela estar presente en su cuerpo en una cantidad menor que en el hombre. Esta hormona determina la función sexual y la libido, interviene en el desarrollo de la musculatura, en el estado de los huesos e incluso afecta al sistema cardiovascular.
Su presencia influye a nivel cognitivo, tiene efectos sobre el estado de ánimo y estimula la aparición del vello. La mujer fabrica testosterona, por un lado, en los ovarios y en las glándulas suprarrenales y, por otro, al reconvertir sustancias precursoras de andrógenos como el sulfato de deshidroepiandrosterona (DHEA).
Los niveles de testosterona fluctúan con el ciclo menstrual siendo éstos más elevados en el momento de la ovulación y se suelen considerar normales cuando se sitúan entre 24 y 47 ng/dl. Con la edad, la producción de testosterona disminuye y se reduce drásticamente en la menopausia, lo que puede ser causa de desequilibrios.
Los síntomas de su falta en la mujer
Distintos signos pueden hacernos sospechar de la disminución de esta hormona, algo que se ha confirmar con un análisis de sangre.
Pérdida de deseo sexual. Es una de las manifestaciones más frecuentes de unos niveles bajos de esta hormona y, según el estudio Wishes, suele presentarse en el 66% de las mujeres menopáusicas. Puede acompañarse de una reducción de la satisfacción sexual.
Menos fuerza muscular. La testosterona permite ganar y mantener la musculatura y mejorar la composición corporal, es decir, tener un menor porcentaje de grasa en el cuerpo. La debilidad muscular suele deberse a su falta.
Fatiga. La pérdida de energía es otro síntoma de su disminución.
Alteraciones cognitivas. La testosterona interviene en las funciones cognitivas, en el aprendizaje, así como en el estado de ánimo.
Hipertensión. Esta hormona tiene un efecto vasodilatador que mejora la salud cardiovascular y ayuda a prevenir la hipertensión en la menopausia.
Osteoporosis. La testosterona reduce el riesgo de fractura porque permite mantener la densidad ósea.
Beber leche ayuda a prevenir problemas relacionados con los huesos.
¿Por qué disminuye esta hormona?
Edad. La menopausia y el envejecimiento reducen la capacidad del cuerpo femenino para producir testosterona, que suele disminuir en un 50% a partir de los 40 años.
Estrés físico. El estrés crónico es otro de los grandes enemigos, ya que afecta el funcionamiento de las glándulas suprarrenales donde esta hormona se fabrica dificultando su disponibilidad.
Métodos anticonceptivos. Las píldoras que incorporan progesterona pueden provocar una disminución de testosterona.
Afectación de los ovarios. Tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia, que pueden dañar los ovarios, la extirpación de éstos o un fallo ovárico también alterarán la fabricación de esta hormona.
El exceso de testosterona también puede causar desequilibrios como el síndrome de ovarios poliquísticos.
Amenorrea. Si se detiene el ciclo menstrual en la edad fértil por un exceso de ejercicio o un déficit calórico, los niveles de testosterona quedarán alterados.
Ciertos fármacos. La toma de antidepresivos, de medicamentos contra la hipertensión o de corticoides suele generar una disminución de testosterona.
Terapias con testosterona
Numerosos estudios han evaluado los beneficios y los riesgos de la administración de esta hormona en la mujer cuando falta y parece sobre todo apropiada para tratar la disfunción del deseo sexual hipoactivo que afecta alrededor del 32% de las mujeres de mediana edad. Recetada por el especialista también puede ayudar a combatir la atrofia y la sequedad vaginal tan habituales en la menopausia.
Cómo se administran. Mediante geles y cremas, en parches que se adhieren a la piel y en pellets, unos dispositivos subcutáneos del tamaño de un grano de arroz que liberan la testosterona paulatinamente y se pueden implementar con una dosis personalizada.
Métodos naturales para estimular la testosterona
El estilo de vida también determina la producción de esta hormona. Estas medidas estimularán su fabricación y te ayudarán a amortiguar su falta.
1 Cuidar la dieta. Se ha comprobado que la alimentación influye en la presencia de testosterona. Para favorecerla, incluye alimentos ricos en proteínas como el pescado y las legumbres y evita el exceso de azúcares y de grasas saturadas.
2 Hacer actividad física. El deporte incrementa los niveles de testosterona en el organismo, sobre todo cuando se incorporan ejercicios de fuerza muscular como las pesas.
Los ejercicios de fuerza como los de pesas y el entrenamiento en intervalos de alta intensidad, que implica distintos grupos musculares, estimulan la producción de testosterona.
3 Tomar extracto de raíz de ortiga. En dosis de 500-1.000 mg puede favorecer la biodisponibilidad de la testosterona y ayudar a aumentar la masa muscular y el deseo sexual.
4 Sintetizar vitamina D. Exponer la piel al sol durante unos 20 minutos cada día estimula la producción de esta sustancia que a su vez propicia la fabricación de testosterona.
5 Tomar nueces. Son fuente de vitamina B6, que regula la actividad hormonal. Además, contienen zinc, un mineral que favorece unos niveles normales de testosterona.
Verdades y mentiras sobre la testosterona
Existen numerosos mitos alrededor de esta hormona de la que aún queda mucho por descubrir. En los últimos tiempos famosas como Jane Fonda se han apuntado a los tratamientos que la administran para vencer el envejecimiento, algo que no está exento de peligros. Descubre algunas verdades y falsedades sobre la misma.
MÁS TESTOSTERONA, MÁS RIESGO DE SOBREPESO. Falso. Al contrario, según los estudios, cuánto mayor es el exceso de kilos en una persona, sea hombre o mujer, más descienden los niveles de esta hormona. Además, a su vez, su falta favorece el sobrepeso y la obesidad, lo que podría explicar la tendencia a acumular grasa en la menopausia cuando su producción desciende.
ESTA HORMONA INFLUYE EN LA MEMORIA. Verdadero. Algunos estudios apuntan que administrar testosterona de forma controlada y en pequeñas dosis podría mejorar la memoria, la concentración y el aprendizaje.
DISMINUYE EL RIESGO DE SUFRIR DIABETES. Falso-Verdadero. En los hombres, unos niveles altos de testosterona parecen protegerlos de la esta enfermedad metabólica. Pero, según una investigación, las mujeres que por genética registraban unos niveles más altos de testosterona tenían un 37% más de probabilidades de desarrollar diabetes.
SU EXCESO PUEDE CAUSAR TRASTORNOS. Verdadero. Cuando la mujer tiene demasiada testosterona en su cuerpo es fácil que aparezcan trastornos como el acné severo, el hirsutismo (exceso de vello), la calvicie o el síndrome de ovario poliquístico que afecta hasta un 21% de mujeres en edad fértil.