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Virus del papiloma humano: todo lo que debes saber

Esta infección es una de las enfermedades de transmisión sexual más extendidas en el mundo

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Detectarla de forma precoz es vital para prevenir los distintos tipos de cáncer que en ciertos casos puede desarrollar.

Nereida Domínguez
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.PAL- Luis Palomino

El virus del papiloma humano (VPH) puede infectar la piel, la boca, el pene, la vagina, el cérvix y el ano. Se considera la enfermedad de transmisión sexual más habitual en personas con una vida sexual activa afectando entre un 15-20% de la población de entre 15 y 50 años.

Existen unos 200 subtipos de VPH y entre ellos unos 40 pueden penetrar en la mucosa bucal, la mucosa genital y anal del hombre y de la mujer durante las relaciones sexuales.

Se dividen en dos grupos: las cepas que se asocian con un bajo riesgo no oncogénicas y las consideradas de alto riesgo porque, al afectar las células, si la infección no se trata a tiempo y se cronifica, puede derivar en cáncer. Además del cáncer de cérvix o cuello uterino, este virus puede causar cáncer de ano, de recto, de pene, de boca y garganta. Se calcula que está en el origen de un 5% de los cánceres.

Conoce las formas de prevenir y controlar la infección por VPH

Vacunas

Las niñas españolas de 12 a 13 años reciben la vacuna contra este virus desde el año 2008. Los niños también pueden vacunarse, algo que en algunos países se recomienda, sobre todo cuando el varón tiene entre 9 y 26 años.

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¿Dos o tres dosis de vacuna? Entre los 9 y 14 años se administran dos dosis en un espacio de seis meses, mientras que a partir de los 15 años se dan tres.

Hay tres tipos de vacunas: la bivalente que protege contra las cepas 16 y 18 (las cepas que causan aproximadamente un 70% de cánceres cervicales), la cuatrivalente que protege contra las cepas 16, 18, 6 y 11 y la nonavalente que protege contra los virus del papiloma humano 16, 18, 6, 11, 31,33, 45, 52 y 58.

Aunque estas vacunas no inmunizan contra todas las cepas del virus sí lo hacen frente aquellas que ocasionan la mayoría de verrugas genitales y las que son consideradas de alto riesgo.

Citología vaginal

Esta prueba diagnóstica indolora a la que la mujer ha de someterse regularmente con una visita al ginecólogo permite encontrar la presencia del VPH y el tipo de cepa para prevenir el cáncer de útero y de cérvix.

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Citología anal

Mediante un bastoncillo se recogen células del ano para analizarlas y descartar la presencia del VPH.

Test del VPH

Es una alternativa a la citología que detecta el VPH y la cepa.

Utilizar preservativo

El VPH se contagia por contacto. Por ello, cada vez que se mantengan relaciones sexuales debería utilizarse preservativo, incluso cuando se realice sexo oral. No obstante, si la pareja con la que mantenemos relaciones está infectada, tanto el contacto genital como el manual conllevan cierto riesgo del cual el preservativo no nos protege completamente.

Anoscopia

Mediante un aparato especial que consta de una cámara que puede ampliar hasta 40 veces la visión se examina el interior del ano para ver si hay lesiones cutáneas como condilomas producidas por el virus del papiloma humano.

Colposcopia

Permite observar la presencia de las células anormales tanto en el cuello de útero, de la vagina o de la vulva.

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Una garantía de salud. El cáncer de cuello de útero es el segundo más frecuente en la mujer y está causado en un 99% por el VPH. La citología y el test del VPH ayudan a prevenirlo.

Las formas de abordar los efectos de la infección

Según la zona en la que se encuentra el virus, la cepa y el tipo de lesiones que ha producido se actuará de distintas formas.

Eliminación de los condilomas

El virus del papiloma humano puede dar lugar a unas verruguitas llamadas condilomas que no siempre se perciben a simple vista y que unas veces producen picor o escozor y otras permanecen asintomáticas. Estas lesiones pueden aparecer en la vulva, el periné, en la vagina, la zona perianal, el pene o en los testículos o la zona orofaríngea.

Cuando el médico las diagnostica suele decidir erradicarlas con un láser CO2, con un tratamiento tópico que se aplica sobre la verruga para eliminar la lesión o estimular el sistema inmunológico a destruir el virus; o bien con una electrocauterización. También se pueden extirpar con crioterapia (aplicación de frío).

Si la lesión es precancerosa

El tratamiento variará según el grado de afectación y localización de la lesión. Puede ser recomendable la criocirugía que congela y extirpa las células precancerosas, el láser, la extracción quirúrgica o procederse a la escisión electroquirúrgica con asa o a la conización con bisturí frío, unas técnicas quirúrgicas precisas que se aplican en el cérvix.

Cuatro medidas para reducir riesgos

1. Tener relaciones sexuales con protección

Aunque los preservativos no eliminan completamente la posibilidad de contagiarse del virus del papiloma humano sí reducen notablemente este riesgo, sobre todo si se utilizan desde el inicio de las relaciones sexuales. También es recomendable usar lubricantes a base de agua o silicona para evitar que se rompan.

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2. Cuidar tu salud bucal

El virus de papiloma humano puede transmitirse a través de sexo oral. Ante cualquier irritación de garganta que no desaparece, un afta que no cicatriza, dolor al masticar, la aparición de una mancha roja o blanca en la boca o sensación de entumecimiento hay que acudir al médico.

3. Usar barreras dentales

Para prevenir el contagio del VPH en la zona orofaríngea cuando se practica el sexo oral, se pueden usar unas piezas de látex delgadas, lo que evitará el contacto con la piel.

4. Dejar de fumar

El tabaco nos hace más vulnerables a esta infección, ya que debilita nuestro sistema inmunitario. Entonces el cuerpo es menos capaz de eliminar el virus y es más fácil que la infección se cronifique.

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