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Próstata: consejos para mantenerla sana

El crecimiento de esta glándula afecta al 50% de hombres de entre 50 y 60 años y a un 90% a partir de los 70 años. La visita al urólogo ayudará a prevenir ésta y otras enfermedades prostáticas

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Ariadna Munuera

Al igual que la mujer con la menopausia, el hombre también debe hacer frente a una serie de alteraciones hormonales a partir de los 50 años que, en su caso, afectan la salud de la próstata. El problema más frecuente es la hiperplasia o hipertrofia benigna de próstata (HBP), un agrandamiento progresivo de esta glándula, pero además está el cáncer de próstata, el tumor más frecuente en varones adultos.

Para facilitar su detección y tratamiento se debe acudir al urólogo para las revisiones periódicas. En este sentido, la Asociación Española de Urología alerta que los hombres siguen siendo reacios a visitar a este especialista "probablemente porque lo asocian con el envejecimiento". Las cifras lo confirman y en nuestro país sólo un 13% de los hombres siguen esta recomendación, según datos del 2021, que corresponden al I Barómetro de Salud Sexual Masculina en España, en el que se entrevistó a varones de entre 16 y 65 años.

A partir de los 50 años, cita anual con el urólogo

La Asociación Europea de Urología aconseja una visita anual al urólogo para revisar la próstata a partir de los 50 años–se deberá avanzar a los 40 si hay antecedentes familiares de HBP–. Las revisiones además servirán para detectar tumores precozmente, lo que puede aumentar el éxito del tratamiento frente a cánceres de próstata, por ejemplo.

Síntomas. A medida que la glándula crece puede provocar una obstrucción a nivel de la uretra, por lo que suelen aparecer molestias como necesidad de orinar dos o más veces por la noche, sensación de vaciado incompleto o urgencia para miccionar.

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La próstata puede pasar del tamaño de una nuez al de un limón, lo que ocurre normalmente a partir de los 50 años.

Diagnóstico. Cuando aparecen los síntomas, se debe acudir al urólogo, que realizará un tacto rectal para determinar si la glándula está agrandada. Como los síntomas coinciden con los del cáncer de próstata, también buscará nódulos –indicarían la presencia de un tumor– y comprobará si existe dolor, lo cual puede ser indicio de infección. La HBP no es grave ni aumenta el riesgo de cáncer de próstata, pero si no se trata, puede provocar infecciones de orina, cálculos urinarios (piedras) y, en casos más graves, insuficiencia renal.

Claves para una buena salud prostática

La HBP no se puede prevenir, pero sí es posible detectarla en su estado inicial mediante las revisiones periódicas. Además, ayudará a frenarla:

Cuidar la dieta. Una dieta equilibrada, rica en fibra, reduce el riesgo de cualquier problema de próstata. Por el contrario, el exceso de grasas saturadas y proteínas se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de próstata y empeora los síntomas de la HBP. Por otro lado, el sobrepeso también es perjudicial.

Hidratarse bien. Se aconseja beber un litro y medio o dos de agua al día. Sin embargo, en pacientes con HBP y en situaciones concretas, por ejemplo, antes de acostarse debe restringirse la ingesta de líquidos para no tener que levantarse varias veces por la noche a orinar.

Hacer ejercicio moderado. Caminar, nadar, bailar, etc. durante 30 minutos al día se ha demostrado en varios estudios que protege la salud prostática al prevenir la HBP e incluso el cáncer de próstata. En los pacientes con HBP también tiene beneficios y, por ejemplo, ayuda a orinar con menos frecuencia por la noche. En cambio, actividades de alto impacto como saltar o correr podrían favorecer y/o agravar el problema al debilitar la musculatura pélvica y provocar pérdidas de orina.

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Pasar muchas horas sentado o sin moverse favorece los problemas de próstata. Se aconseja levantarse, caminar y realizar estiramientos periódicamente.

Evitar el alcohol y el tabaco. El alcohol en exceso es un irritante de la próstata y puede provocar problemas, como una vejiga hiperactiva o HBP. En cuanto al tabaco, este hábito es responsable de hasta el 33% de los casos de cáncer de próstata.

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Tener una vida sexual activa favorece la salud de la próstata. Un estudio publicado en la revista "European Urology" llegó a la conclusión que una actividad sexual regular hace que no se acumule prolactina, una hormona cuyo exceso está asociado con la inflamación de los genitales. Por otro lado, la eliminación de toxinas alojadas en el semen juega un papel clave en la prevención del cáncer de próstata.

También son cosa de hombres

1 Andropausia. La bajada progresiva de los niveles de testosterona –la hormona que cumple funciones similares a las de los estrógenos en la mujer– a partir de los 50-60 años, se relaciona con problemas como falta de deseo sexual, osteoporosis y cáncer de próstata. A diferencia de las mujeres, no la sufren todos los hombres. De hecho, los últimos estudios cifran entre un 6% y un 12% el porcentaje de afectados.

2 Terapia hormonal. Para compensar esa bajada de testosterona, el urólogo puede recomendar la terapia hormonal de sustitución o de reemplazamiento de testosterona. El paciente debe someterse a controles periódicos mientras se realice el tratamiento, que puede durar meses e incluso años hasta que se recuperen los niveles de esta hormona y cesen los síntomas.

3 Ejercicios de Kegel... Resultan familiares a muchas mujeres, especialmente a las embarazadas o a las que están en la menopausia, pero también se recomiendan a los hombres para fortalecer el suelo pélvico tras una cirugía prostática o prevenir problemas como la HBP, la incontinencia urinaria o en algunos casos de disfunción eréctil.

5 alimentos aliados de su salud

Una dieta rica frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer de próstata y ayudará a mejorar la incontinencia de la HBP. Estos alimentos tienen beneficios específicos sobre la salud de este órgano.

1 Aceite de oliva. Es una fuente excelente de vitamina E, cuya acción antioxidante protege de los problemas de próstata. Pero, cuidado con los fritos, ya que al cocinar a altas temperaturas se forman compuestos como la acrilamida, que tienen el efecto contrario.

2 Piñones. Son el fruto seco más rico en zinc (más del doble que el resto). La alta concentración de zinc en los tejidos prostáticos es importante para los mecanismos de defensa contra las infecciones del tracto genitourinario. Los especialistas coinciden en que también reduce el riesgo de cáncer de próstata.

3 Granada. El zumo de esta fruta contiene gran cantidad de compuestos fenólicos con una potente acción antioxidante que, según los estudios, puede beneficiar especialmente a los hombres que padecen cáncer de próstata, ya que estas sustancias destruyen las células tumorales y retrasan su multiplicación.

4 Pimiento rojo. Su vitamina C puede ayudar a proteger esta glándula. Además, contiene capsaicina y licopeno, dos potentes antioxidantes que reducirían la inflamación y podrían evitar el cáncer de próstata. También previene el estreñimiento, otro factor de riesgo para la HBP.

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5 Brócoli. Se ha probado que reduce la incidencia del cáncer de próstata. Tanto él como otras crucíferas (coliflor, coles de Bruselas, etc.) contienen sulforafano, que actúa contra las células cancerosas y promueve una próstata saludable. También es rico en luteína, que los estudios han demostrado que contribuye a reducir el cáncer de próstata.

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