Cicatrices: qué hacer para evitarlas
Te explicamos todo lo que necesitas saber para intentar que las heridas provocadas por caídas, rasguños, operaciones quirúrgicas o accidentes no te
dejen marca en la piel
Que queden o no cicatrices después de una herida dependerá en muchos casos del tipo de piel y de la profundidad de la lesión.
Aun así, con unos buenos cuidados en el proceso de cicatrización conseguirás que las marcas sean lo menos visibles posible y, en los mejores casos, que desaparezcan.
La clave está en curar bien la herida
Los primeros cuidados justo después de producirse la lesión son muy importantes, pero también lo son todos lo que lleves a cabo durante todo el proceso de recuperación.
1. Si es profunda, ve al médico
Si no estás seguro de poder curar la herida en casa porque es profunda o no deja de sangrar, acude a un centro médico para que un profesional la trate de una manera adecuada. Dependiendo de la gravedad quizás necesites puntos o suturas.
2. Límpiala bien
Si la herida es superficial y, por tanto, la puedes curar tú mismo, lo primero que debes hacer es una limpieza adecuada. Utiliza una gasa limpia y seca, dando suaves golpecitos.
Evita el uso del algodón, ya que podrían quedar restos pegados en la zona, hecho que dificultaría la curación. Usa también un desinfectante o, si no lo tienes a mano en el momento de curar la herida, puedes aplicar agua tibia y jabón suave.
Cuida la zona durante la recuperación
Es muy importante tratar la herida de forma correcta, ya que, de esta manera, conseguiremos un mejor resultado
1. No levantes la costra
Si lo haces, puedes reabrir la herida y retrasar su curación, además de que podrían entrar microorganismos en su interior. Recuerda que la costra es el recurso natural que tiene el cuerpo para formar una cobertura protectora
sobre una lesión y evitar la entrada de gérmenes. Además, cuantas más veces se levanta la costra, más posibilidades hay de que quede cicatriz, así que no la toques y deja que se despegue sola.
2. Masajea el área afectada
Una vez la costra haya caído por sí misma, masajea la zona con movimientos circulares, una o dos veces al día, durante unos 30 segundos. De este modo favorecerás la circulación sanguínea alrededor de la herida y, como consecuencia, acelerarás el proceso de curación y evitarás las cicatrices.
3. Hidrátala
Generar el medio húmedo adecuado para la curación natural de la piel te ayudará a prevenir cicatrices. Para ello, puedes utilizar cremas, vendajes que retengan la humedad, aceites, vaselinas, etc.
4. No la mojes en exceso
De lo contrario, podrías entorpecer la curación. Si vas a la playa o la piscina, procura no pasar mucho tiempo en el agua, ya que las inmersiones frecuentes o prolongadas alargan el proceso.
5. Cúbrela para prevenir infecciones
Mientras dure el período de cicatrización, tapa la herida con un vendaje para protegerla de posibles infecciones.
Es importante que lo cambies a diario, limpies el área y la analices para asegurarte de que no hay ninguna señal de infección, como inflamación, pus, fiebre, dolor al tacto, fluido acumulado en la zona, o escalofríos, entre otros. Si detectas alguno de estos síntomas, visita a un médico.
Utiliza los productos adecuados para cuidar la herida
Durante el proceso de curación, es necesario que apliques sobre tu herida los productos convenientes.
1. Vendaje de gel de silicona
Ayuda a reducir la formación de cicatrices, ya que actúan respaldando el intercambio natural de fluidos entre los tejidos saludables y la lesión. Si optas por tapar la herida con este tipo de vendaje, examínala diariamente para comprobar su evolución.
2. Parches
Hay diferentes tipos de parches con propiedades cicatrizantes que podrás encontrar en las farmacias. Los de silicona protegen la cicatriz a la vez que mejoran su aspecto, los de poliuretano ayudan a reducirla y, además, son muy resistentes al agua y actúan como un buen protector solar, y los de ácido hialurónico, al absorber agua, reducen la humedad y favorecen un óptimo nivel de hidratación.
3. Cremas cicatrizantes
Puedes encontrarlas en la farmacia. Te ayudarán a reducir o a eliminar en su totalidad las cicatrices y conseguir que tu piel tenga una apariencia más saludable.
4. Naturales
El aceite de rosa mosqueta es muy útil para los procesos de cicatrización: nutrirá tu piel y le aportará flexibilidad. Aplícalo en la zona afectada todos los días. Además, puedes utilizar productos que contengan aloe vera, ya que promueve la regeneración celular y la cicatrización, ayudando a que las heridas sanen más rápido.
El poder de los nutrientes en el proceso de curación
Una alimentación adecuada también influye en los procesos de cicatrización:
1. Vitamina A
Ayuda a regenerar la piel y a cerrar las heridas. La contienen las zanahorias, las calabazas o las verduras de hoja verde.
2. Vitamina C
Contribuye en el proceso de regeneración y reparación de los tejidos. Son ricos en ella la naranja, el kiwi, la fresa o la piña. Tomarla junto con complementos que contengan colágeno ayuda a acelerar la producción natural de esta proteína, que en los procesos de sanación, cubre y reconstruye la zona dañada, reparando el tejido roto, uniendo la piel y cerrando la herida.
3. Vitamina K
Al facilitar la coagulación de la sangre, contribuye a que las heridas sanen adecuadamente. Si no se tiene suficiente, hay un mayor riesgo de sufrir hematomas. La proporcionan las verduras de hoja verde como las espinacas o la lechuga y hierbas como el orégano.
4. Zinc
Este mineral ayuda al cuerpo a sintetizar proteínas y producir colágeno, por lo que es necesario para la cicatrización de heridas. Lo contienen las carnes rojas, los moluscos, las legumbres y los huevos.