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Hernia de hiato: los mejores consejos para aliviar sus síntomas

Se estima que un 20% de la población sufre este trastorno gástrico que suele causar acidez y reflujo, entre otras molestias. Te indicamos todo aquello que puedes hacer para reducirlas

La hernia de hiato es dolorosa y molesta a la hora de hacer las digestiones. ¡Siempre consulta con tu médico!

La hernia de hiato es dolorosa y molesta a la hora de hacer las digestiones. ¡Siempre consulta con tu médico!

G.G
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Eentre el esófago y el estómago hay una "barrera" anatómica llamada hiato diafragmático. Si una parte superior del estómago asciende y ocupa la capacidad torácica, entonces esta barrera se distiende y no es efectiva y hay más dificultad para retener los líquidos producto de la digestión. Este trastorno se conoce como hernia de hiato y es más frecuente entre los 40 y los 60 años, aunque pueden presentarlo personas de todas las edades. La razón es que este desplazamiento puede originarse por la edad al debilitarse la musculatura diafragmática, pero también por una obesidad abdominal, por un aumento de la presión intraabdominal derivada del embarazo, el estreñimiento, tos o vómitos y también por el tabaquismo. Si bien la hernia de hiato puede ser asintomática, en otras ocasiones llega a provocar síntomas muy molestos. 

Disminuye la presión abdominal y la acidez 

Los síntomas más habituales de este trastorno son ardor o sensación de quemazón en el esófago, acidez, regurgitación y reflujo gastroesofágico. También puede causar dolor torácico y síntomas respiratorios (afonía, carraspera o incluso asma). Para disminuir estas molestias ayudará cuidar la alimentación. 

Más fibra y menos grasa. Incluir más fibra en la dieta reduce la presión intraabdominal porque evita el estreñimiento. A la vez tomar menos grasas facilita la digestión y un vaciado más rápido del estómago. Todo ello previene molestias tan frecuentes como el reflujo. 

Irritantes a evitar. El alcohol, el tabaco y el café son los grandes enemigos de la hernia de hiato. Se aconseja también reducir el chocolate, los cítricos, los derivados del tomate, las salsas, los picantes, los ahumados, los escabeches y las carnes rojas, así como los rebozados y los fritos. Todos ellos pueden dificultar la digestión y aumentar la acidez. Siempre que puedas, opta por cocinar los alimentos al vapor o al horno, ya que la plancha a veces produce acidez. También es aconsejable no ingerir platos o bebidas demasiado calientes o excesivamente fríos. 

Alimentos que calman. La avena, el calabacín y la calabaza por su alto contenido en mucílagos tienen un poderoso efecto antiácido que disminuye el reflujo. También la pectina, presente en la manzana, alivia, así como las patatas hervidas o al vapor y la papaya. Ésta última es digestiva al ayudar a descomponer las proteínas. 

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Beneficios del aloe vera. Los preparados a base del jugo de esta planta, aptos para su consumo por vía oral, calmarán las molestias.

 

Comidas tranquilas. Come despacio y no te llenes, a fin de dejar un hueco el estómago. Es mejor hacer cinco comidas menos abundantes que tres, y dejar pasar 2-3 horas antes de acostarse después de la cena. Ayudará adelantar esta ingesta y tumbarse sobre el lado derecho para no presionar el estómago (situado a la izquierda). 

Perder peso. Adelgazar y disminuir la grasa abdominal, que presiona, suele aliviar muchos síntomas propios de la hernia de hiato. 

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Reducir el estrés. Cuando estamos estresados o sufrimos ansiedad el diafragma queda afectado y se propicia que el estómago prolapse hacia arriba. Para compensarlo realiza actividad física y ejercicios de respiración y de relajación. 

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Diagnóstico. Una gastroscopia o una radiografía tras beber un líquido que permite ver el esófago y el estómago la detectan.

 

Éstos son los tratamientos más eficaces 

Medicamentos. El digestólogo puede recetar un tratamiento farmacológico ya sea destinado a neutralizar el ácido estomacal con antiácidos o bien orientado a reducir la producción de ácido o a bloquearla mediante inhibidores como el omeprazol. Si es así, hay que seguir la prescripción porque el ácido clorhídrico liberado por el estómago puede dañar las células de la parte final del esófago, inflamarlo y llegar a provocar úlceras y hemorragias. 

Otras soluciones. Sobre todo cuando la acidez y el reflujo son esporádicos se pueden tratar tomando bicarbonato. Y, como decíamos antes, el jugo de aloe vera, antes de las comidas, también puede ser un buen remedio, ya que suaviza, desinflama y regula la secreción de ácido. 

Cirugía. Cuando la hernia de hiato no se alivia con tratamiento, mide más de 4 centímetros, produce problemas respiratorios como el asma o hemorragias por erosión de los tejidos, se puede operar para empujar el estómago hacia abajo y reducir el orificio del diafragma. Se suele llevar a cabo mediante laparoscopia introduciendo a través de una pequeña incisión un dispositivo con cámara e instrumentos para intervenir. Ésta última es una intervención menos invasiva. Sobre todo si es grande, la hernia puede producir síntomas respiratorios   

Qué va bien y qué no en caso de hernia de hiato

Si padeces hernia de hiato o sospechas que la padeces –algo muy frecuente a partir de los 50 años– introduce estos buenos hábitos en tu día a día. 

No abuses de los azúcares y busca otras opciones

Reduce el consumo de azúcar y endulza con estevia o sirope de agave. Opta por lácteos desnatados o semidesnatados y sustituye el café por la achicoria, que es más digestiva, o por el té. 

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Mastica bien los alimentos y reduce las cantidades 

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Comer tranquilamente y masticar las veces suficientes va a facilitar el trabajo a nuestro aparato digestivo.

 

La saliva es rica en enzimas como la amilasa, que facilita la digestión y rebaja la acidez de los alimentos. Y, al masticar bien, das tiempo a que el cerebro reciba la señal de saciedad, lo que ayuda a que comas menos y previene molestias. 

No lleves ropa ajustada y cuida la postura 

Cuando los pantalones, las faldas, los cinturones o las fajas comprimen, aumenta la presión sobre el estómago y con ello el riesgo de reflujo. De la misma manera, debes cuidar tu postura y realizar ejercicios que abran el pecho y favorezcan el descenso del estómago. 

Libera tensiones con la respiración 

La respiración diafragmática tonifica y libera tensión del diafragma. Coloca una mano en el pecho y la otra en el vientre. Coge aire por la nariz contando cuatro mientras empujas la mano de la barriga hacia afuera y la otra permanece inmóvil. Suelta el aire contando cuatro y moviendo el estómago hacia dentro. Repite durante cinco minutos cada día.     

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6 Remedios naturales contra la acidez y el reflujo 

En nuestras sociedades occidentales el reflujo gastroesofágico afecta a un 40% de la población y en la mayoría de los casos está causado por la presencia de una hernia de hiato. Existen medidas sin efectos secundarios que pueden reducirlo así como la acidez que suele acompañarlo.   

1. Cúrcuma y laurel. Sustituye el picante por condimentos como la cúrcuma que reduce la inflamación que ocasiona la acidez en los tejidos. El laurel también es aconsejable, ya que aumenta los movimientos peristálticos del estómago y facilita la digestión. 

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Puedes darle sabor a tus platos otro sabor si apuestas por especias como la cúrcuma.

 

2. Alimentos frescos. Se ha comprobado que seguir una dieta compuesta sobre todo por hortalizas y frutas reduce el reflujo gástrico casi tanto como los medicamentos. 

3. Infusiones que neutralizan la acidez. Coloca en una taza de agua hirviendo una cucharadita de manzanilla, una de hinojo y otra de anís. Deja reposar 10 minutos, cuela y tómala templada. Esta infusión es eficaz contra la acidez y el reflujo. También lo son las de regaliz, una planta antiulcerosa gracias a la glicirrina que contiene. Eso sí evítala si tienes la tensión alta. 

4. Zumo de col cruda. Este líquido es antiinflamatorio, ayuda a reducir el reflujo y a regenerar las mucosas. Se recomienda tomar un tercio de un vaso cada día solo o con zanahoria. 

5. Vinagre de sidra de manzana. Beber a diario un vaso de agua tibia con dos cucharaditas de vinagre de sidra de manzana alivia la acidez. 

6. Jengibre. Coloca varias rodajas de jengibre en un litro de agua para ir bebiéndola durante el día. Activarás la producción de enzimas digestivas y evitarás el reflujo. A diferencia de los fármacos, no produce efectos secundarios y es también excelente contra las náuseas. 

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