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¿Cómo aliviar el dolor de la ciática? ¡Te damos las mejores técnicas!

La ciática está causada por la irritación del nervio ciático y, para evitarlo, es necesario tomar una serie de precauciones. ¡Te decimos cuáles son!

La ciática provoca un dolor muy intenso que nos deja "clavados", es decir, sin apenas podernos mover. 

La ciática provoca un dolor muy intenso que nos deja "clavados", es decir, sin apenas podernos mover. 

N.D
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Por regla general, se ha llamado ciática a un dolor tipo calambre que se inicia en la zona lumbar y que puede extenderse por la cara posterior de la nalga, el muslo, la pantorrilla e, incluso, el pie. Está provocado por la irritación o compresión del nervio ciático, el encargado de proporcionar sensibilidad y fuerza a esta zona del cuerpo.

A pesar de lo que se suele pensar, la ciática no es una enfermedad en sí, sino un síntoma, y, como tal, puede estar provocado por distintos trastornos. 

Las causas más frecuentes 

Toda aquella dolencia que afecte el nervio ciático puede causar este tipo de molestia.

1. Hernia discal. Tiene lugar cuando la materia blanda que hay en el interior de los discos intervertebrales sale hacia el exterior y comprime las raíces del nervio ciático. Es la causa más frecuente de esta molestia en personas jóvenes o de mediana edad y deportistas.

2. Estenosis del canal lumbar. En este caso, el causante del dolor es el estrechamiento del canal óseo y la consiguiente compresión de la médula espinal. Este trastorno tiene lugar, generalmente por el desgaste producido por la artrosis, por lo que afecta, sobre todo, a las personas mayores.

En este caso, el dolor puede aparecer en ambas partes del cuerpo y aumentar de forma progresiva al caminar.

3. Embarazo. 
Durante la gestación, el útero aumenta hasta 20 veces su tamaño, por lo que no es extraño que, en ocasiones, llegue a comprimir el nervio ciático, provocando el clásico dolor de espalda, glúteos, cadera y pierna

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Qué hacer durante una crisis de ciática

 

 

Cuando el dolor aparece de forma súbita y resulta muy intenso e incapacitante, se debe acudir al médico

Fármacos. El médico especialista recetará analgésicos antiinflamatorios (como el ibuprofeno, entre otros) para calmar el dolor.

Aplicación de frío y de calor. 
En casa, podemos utilizar hielo, siempre cubierto por una tela o por una gasa, para reducir la inflamación (un máximo de 20 minutos, cada dos horas y durante dos días). Tras esos dos días, es mejor aplicar calor mediante una esterilla o una manta eléctrica o bien un saco de semillas calentado en el microondas. 

Reposo relativo. Aunque, en estas situaciones, se recomienda reducir la actividad física, no hay que prolongarlo en exceso. En cuanto haya mejora, es conveniente empezar a hacer vida normal, aunque siempre procurando no realizar esfuerzos. 

Evitar que se repita 

 

 

Aunque la principal medida para evitar la ciática será solucionar la causa que la provoca, hay una serie de medidas que nos ayudarán a combatirla

Fisioterapia. 
Mediante masajes, ejercicios de gimnasia, estiramientos, estimulación eléctrica, ultrasonidos, reeducación postural, aplicación de frío o de calor, etc. se puede reducir el dolor, recuperar la movilidad y evitar posibles lesiones en el futuro. 

Inyecciones de corticoides. Se administran en la zona que rodea la raíz del nervio afectado y ayudan a reducir el dolor y la inflamación. El efecto, sin embargo, es temporal (dura seis meses como máximo) y no se pueden realizar con frecuencia, ya que pueden causar efectos secundarios. 

Radiofrecuencia. Mediante la aplicación de calor en el tejido afectado, se consigue disminuir el dolor. Se trata de un procedimiento sencillo que se lleva a cabo de forma ambulatoria, pero que siempre se ha de realizar en un quirófano, ya que requiere anestesia. La mejora es gradual y es posible que el dolor reaparezca con el tiempo, por lo que deberá repetirse. 

Cirugía. Solo se aconseja en casos extremos, como cuando existe debilidad en las extremidades, un dolor intolerable de duración superior a 12 semanas o pérdida del control intestinal o de la vejiga. En este caso, la técnica elegida dependerá del problema que la causa. Por ejemplo, si se trata de una hernia discal, será necesario quitar parte de la hernia que está pinzando el nervio y, por lo tanto, provocando el dolor. 

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Como saber si se sufre ciática

Hay una forma muy sencilla de diagnosticar el dolor de ciática. Se trata de una técnica llamada la maniobra de Lasègue.

Tumbado hacia arriba, levanta la pierna afectada hacia el techo. Si el dolor aparece antes de haberla elevado unos 60º, lo más probable es que haya una afectación del nervio ciático

Además, para confirmar el diagnóstico, pueden realizarse otras pruebas complementarias como la radiografía, la resonancia magnética, la tomografía o la electromiografía, según el caso. 

Prevención

 

 

Estas medidas te ayudarán a reducir el riesgo de sufrir la dolencia o, al menos, a espaciar las crisis y reducir su intensidad. 

1. Evita el sobrepeso. Los kilos de más hacen que la columna deba soportar más peso del que debería, lo que aumenta el riesgo de sufrir problemas en el nervio.

2. Practica ejercicio a diario. Camina, corre, haz bicicleta... Son deportes que te ayudarán a mantener la musculatura en buen estado. 

3. Haz estiramientos. Pide a tu médico o a tu fisioterapeuta una tabla de ejercicios adecuada a tu dolencia y llévala a cabo dos veces al día, al levantarte y al irte a dormir. 

4. Cuida tu postura.  Al sentarte, procura adoptar una pose erguida con la espalda bien alineada y apoyada en el respaldo. 

5. Camina correctamente. Hazlo 
con la espalda recta, la barbilla paralela al suelo y el peso del cuerpo bien repartido entre los dos pies.

6. Duerme de lado. Es la posición más saludable para la espalda, sobre todo si te apoyas sobre el lado izquierdo del cuerpo. Elige un colchón firme y una almohada ni muy alta ni demasiado baja.

7. No abuses de los tacones. Llevar a diario un calzado con más de 4 centímetros de tacón hace que el peso no se reparta bien y se castigue la zona lumbar. Tampoco es conveniente llevar zapatos totalmente planos (bailarinas). 

8. Trata de no llevar peso. Procura no llevar bolsos muy pesados ni cargar demasiadas bolsas. Es mejor llevar mochila y carrito de la compra

Diferencias con el lumbago

 

 

Nos referimos a los dos términos indistintamente, pero no son lo mismo.

¡Estas son las principales diferencias.!

1. Es un dolor mucho más intenso. La ciática, al afectar el nervio, produce un dolor fuerte e incapacitante. En el lumbago, las molestias son más difusas.

2. No solo afecta a la espalda. El nervio ciático hace que el dolor se extienda por la pierna y, en ocasiones, incluso por el pie. 

3. El origen es distinto. Mientras que la ciática afecta el nervio del mismo nombre, el lumbago puede aparecer como consecuencia del daño en alguna de las estructuras de la columna vertebral lumbar, ya sean músculos, huesos, ligamentos o discos intervertebrales. 

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