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Melena más densa y con volumen

Con ayuda de los champús densificadores y los boosters anticaída, pasarás de tener una melena pobre y sin vida a lucir ¡pelazo!

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Estela Corona

Tener una cabellera frondosa y con cuerpo es un claro objeto beauty de deseo. Por suerte, puedes multiplicar la sensación de densidad y disparar el volumen natural de tu pelo con unos sencillos pasos.

¿Cuándo conviene pasar a la acción?

Toma cartas en el asunto si se te cae el pelo más de lo normal o, cuando al recogerte la melena en una coleta, notes que ha menguado de diámetro. Que la raya del pelo se ensanche sospechosamente o que el cabello se afine y encrespe –las fibras se adelgazan y se vuelven más quebradizas con el paso del tiempo– son otras señales de alarma. El resultado en todos los casos es el mismo: la melena se ve más pobre y con falta de volumen.

Múltiples causas. El cambio de estación –el otoño es sinónimo de caída capilar– no es el único culpable. El estrés, los cambios hormonales –¿sabías que el 68% de las madres consideran que su pelo se afinó después del embarazo?–, los malos hábitos y, cómo no, la edad, son otros de los responsables.

Champús que transforman tu cabello

No son ilusiones ópticas. Ciertos champús aumentan la densidad de la melena.

Potencia tu atractivo. Los champús y los acondicionadores redensificantes aumentan el diámetro del cabello, fibra a fibra. Ingredientes como la queratina, la quinoa, la proteína del arroz, los glugopéptidos, la biotina, el ginseng o el romero hacen que el pelo gane cuerpo y volumen, un efecto que aumenta con cada lavado. Utilízalos regularmente porque tienen efectos acumulativos.

Lavarse bien no es tan fácil como parece.

Lavarse bien no es tan fácil como parece.

¿Fino y graso? Evita a toda costa los champús con siliconas. Estos compuestos camuflan daños y cubren el cabello con un velo de brillo, pero lo sobrecargan engrasándolo y dejándolo lacio. Los champús en seco, en cambio, te sacarán de más de un apuro. Aunque están diseñados para absorber la grasa de las raíces y posponer el lavado, engrosan la fibra capilar con una eficacia sorprendente.

Otros básicos en tus rutinas capilares

Estos otros productos que, por cierto, no requieren aclarado, te harán presumir de melenón. ¡Toma nota!

Inyección de fuerza. Los estimuladores (o boosters) de densidad y volumen serán otros de tus más fieles aliados. Estos tratamientos anticaída, fortificantes y espesantes, devuelven el grosor y el movimiento al pelo fino y frágil. Con el cabello limpio, seco o húmedo, aplica el producto sobre la raíz y extiende sobre el cuero cabelludo con un suave masaje circular.

Una ayudita extra. Utiliza productos de styling diseñados para pelo fino o sin volumen. Harás bien en elegir lociones de textura fluida –geles, sérums, etc.–. Los acabados densos de las espumas, las gominas, los bálsamos o los aceites aportan demasiado peso y harán que el pelo se vea aún más lamido.

 

 

El toque final. Hazte con un espray texturizante y di adiós a la laca. Al ser más ligero que ese otro producto de fijación, deja el cabello más suave al tacto. Aquí no acaba todo, ya que también levanta las raíces y aporta volumen y textura sin congelar la caída natural del pelo. ¡Insuperable! Los hay que aportan un plus de hidratación, un extra de brillo, de efecto ondas playeras...

Las medidas antirrotura más eficaces

Si evitas que el pelo se rompa, fragilice y afine, tu melena se verá más sana y abundante y será más fácil moldearla a tu gusto.

Con mimo. Acostúmbrate a secarte el pelo con la cabeza hacia abajo mientras aprietas con las manos para marcar pequeñas ondas. Si te has aplicado una loción antifrizz, podrás dejar tu pelo ligeramente húmedo, un gesto que crea una mayor sensación de volumen y movimiento. En todo caso, no abuses del aire caliente del secador ni de las tenacillas y utiliza peines y cepillos de materiales naturales.

Puntas saneadas. Repasar las puntas cada mes y medio es una tarea de obligado cumplimiento. Unas puntas abiertas o desgastadas sólo harán que empeorar la apariencia de una melena pobre y escasa.

El color, un factor clave

Con una buena elección del color, parecerá que tienes más cantidad de cabello y que tu melena ha ganado volumen.

TONOS OSCUROS. Consiguen que la melena se vea más sana, brillante y densa. No hace falta recurrir al negro, cualquier variedad de marrón funciona: chocolate, moca, avellana, café, canela… Si con la llegada del otoño se te cae más el pelo, oscurecer la raíz o aclarar las puntas con un sutil degradado crea un efecto óptico de melena más poblada. ¿Te van los rubios? Combina varios tonos para crear contrastes que creen la ilusión de una melena más llena.

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NOTA DE LUZ. Si además de densidad buscas movimiento, recurre a las mechas hair contouring. Los reflejos claros, en tono caramelo, miel o vainilla, que se dan en los mechones que caen sobre el rostro, aportan profundidad y disparan el relieve.

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