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Las dos actrices durante la presentación de una de las series que compartieron, “Ellas y el sexo débil”.

A.L.J.

La actriz Beatriz Rico, gran amiga de Ana Obregón, ha querido dedicarle unas sentidas palabras tras la muerte de su hijo, Álex Lequio. La intérprete ha asegurado que la bióloga “tiene ángel” y ha explicado varias anécdotas suyas desde que se conocieron. Incluyendo su etapa de distanciamiento.

“Ya ha pasado una semana, y ahora me siento con ganas y fuerzas para contaros quién es Ana Obregón. Me faltarían cuentas en Twitter, así que voy a dar unas pinceladas, las suficientes para que sepáis quién es Ana. En mi web le dedico una frase ‘amiga, eres todo un misterio’”, comienza escribiendo.

Ambas intérpretes se conocieron en la serie “A las once en casa”, y Rico admite que “pronto me di cuenta de que Ana estaba siempre de buen humor. La vi rodar con lesiones, dolores fuertes, incluso un día vino con fiebre muy alta y jamás se quejó ni puso mala cara. Ana era un cascabel, por donde pasaba el cachondeo estaba asegurado”.

Eso sí, además de su increíble buen humor, Ana también es una compañera de trabajo excelente: “Y si la estaban maquillando y llegabas tú porque tenías una escena antes que la suya, se levantaba para que te sentaras y te maquillaran a ti sin que nadie le dijera nada. Esto puede parecer una chorrada, pero en nuestro mundo en el que hay ‘muy famosos’ que hacen cosas de ‘muy famosos’, no es habitual que hagan cosas normales que denotan compañerismo. Ana nunca necesitó alimentar ego con chorradas de ese tipo”.

Gracias a este buen rollo que surgió entre ellas, su relación continuó. Además, son casi vecinas, comparten gimnasio e, incluso, algunas navidades. Importante destacar, según Rico, que Ana nunca juzga, algo importantísimo para los tiempos que corren.

Nuevo proyecto juntas, que no tuvo éxito y Ana encajó con una sonrisa

En 2006, llegó “Ellas y el sexo débil”, la serie escrita por Ana y en la que se había volcado. “Poniendo una ilusión que arrasaba con todo. María Barranco, Isabel Gaudí y Teté Delgado completaban el grupo de mosqueteras. Ana seguía siendo la misma que conocí años atrás: una niña de ojos llenos de chispitas y enormes ganas de divertirse en el cuerpo de una mujer. Se preocupaba por todo: ‘han comido los técnicos el bocata? Igual hay que cortar’, ‘¿estáis cansados? paramos?’. Por eso la gente la quería tanto. Y porque nos hacía reír, mucho”.

Sin embargo, la serie no funcionó como esperaban. “Yo, como buena pisciana con tendencia al drama, llegué a plató acongojada y pensando cómo estaría Ana de destrozada. Era SU serie, la que tantos años le costó sacar adelante! Llegué en plan Lady McBeth, y me la encontré con el buen humor de siempre. Era ella la que estaba levantando ánimos a la gente! Cuando me vio (yo estaba casi llorando), me dijo: ‘tú estás bien? Tu familia está bien?’”.

Tuvieron un altercado al que Ana no dio ninguna importancia

Beatriz revela una crisis entre ambas por su culpa: “Ella se portó muy bien conmigo. Yo no puedo decir lo mismo, y me avergüenzo por ello. Por razones que no vienen al caso, un día me porté fatal. Fui injusta con ella y le dije algo muy feo que no se merecía y de lo que me arrepentí enseguida. Le hice pagar en ese momento por mis problemas. Maldito genio el mío! Sentí tanta vergüenza de lo que hice, que no le pedí perdón a tiempo. Cuando pasó el tiempo y por fin dejé la cobardía de lado le dije ‘perdóname’. Ella me contestó ‘anda, mujer! Si ya ni me acordaba... todos tenemos malos momentos’. Y volvió a ser la amiga de siempre. Sin reproches, sin rencores. Ésa es Ana”.

Para terminar, Beatriz reflexiona sobre porqué nadie habla mal de Ana: “Qué vamos a decir, si los que la conocemos sólo tenemos motivos para darle las gracias!”. Y la actriz, concluye su emotivo texto a su amiga con las siguientes palabras: “En esta semana he pensado tanto en ella y he rezado tanto por ella que necesitaba contaros todo lo que mi cabeza ha ‘macerado’. He visto cómo la gente siempre quiere estar con ella, porque todos nos sentimos mejor cuando Ana está cerca. Mejora nuestras vidas. Creo que a eso se le llama ‘tener ángel’. Y ella lo tiene. Y ahora, más que nunca”.