Juan Carlos y Sofía: todo sobre su reencuentro en la boda de Hussein de Jordania
Los reyes eméritos han coincidido después de varios meses en una importante boda real
Juan Carlos y Sofía acudieron juntos a la boda. El rey emérito precisó de silla de ruedas para desplazarse.
El príncipe Hussein de Jordania, hijo mayor de los reyes Abdalá y Rania, se ha casado con la arquitecta saudí Rajwa Al Taif en una boda de "Las 1000 y una noches" modernas a la que asistieron representantes de la realeza mundial. Por parte de España, acudieron los Reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, quienes, en su día fueron íntimos amigos del abuelo del novio, Hussein I.
Siendo tan cercanos a la familia, Juan Carlos y Sofía estuvieron entre los 140, de los 4.000 invitados, que tuvieron el honor de asistir a la sencilla, pero emotiva, ceremonia religiosa que se celebró en el palacio de Zarhan, la que fuera la residencia de la reina Zain, bisabuela del novio, y donde también se casaron Abdalá y Rania en junio del 1993.
Juan Carlos y Sofía, muy importantes para la familia real de Jordania
Durante el enlace, los Reyes eméritos estuvieron sentados en segunda fila, detrás de las madres de los novios, lo que demuestra lo importantes que son para la familia real hachemita y lo fuerte que es su vínculo. Desde su privilegiada situación pudieron ver lo nervioso que estaba el rey Abdalá, mucho más que el novio, y maravillarse con la belleza efe la novia y su vestido, diseñado por Elie Saab.
Los príncipes jordanos, felices tras contraer matrimonio.
Aunque no consiguieron eclipsarla (ni querían) también destacaron por su elegancia invitadas como Kate de Gales, como Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca, Victoria de Suecia y Elizabeth de Bélgica.
Después de la ceremonia, los novios recorrieron las calles de Aman saludando a los miles de jordanos que se acercaron para felicitarles desde un jeep descapotable. El desfile terminó en el espectacular palacio de Al Husseiniya, construido en 2006 junto a la mezquita del rey Hussein que Abdalá mandó alzar en honor de su padre.
En el palacio, decorado sin ostentación con motivos tradicionales, se celebró el banquete entre música, alegres bailes y una suculenta comida que convirtieron la boda en una fiesta memorable.
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