Lo que nadie te ha contado del tenso almuerzo de la familia real española
El almuerzo familiar en El Pardo reunió a los Borbón y Grecia en un encuentro marcado por gestos medidos, emociones contenidas y silencios reveladores
El esperado almuerzo de la familia Borbón y Grecia en el Palacio de El Pardo ha dejado una estela de reacciones, no solo por su carácter íntimo, sino por el ambiente cargado que se vivió en el reencuentro.
Don Juan Carlos fue uno de los primeros en llegar, relajado y sonriente, saludando a los curiosos que se acercaron al recinto. Tras él fueron desfilando la infanta Elena, María Zurita, Pablo y Marie Chantal de Grecia, la infanta Margarita o Alfonso de Borbón, entre otros. Un encuentro multigeneracional al que se sumaron la reina Sofía, la infanta Cristina y sus hijos.
Los últimos en incorporarse fueron Felipe VI, la reina Letizia, Leonor y Sofía, quienes llegaron en su propio vehículo. El Rey bajó la ventanilla para saludar, una imagen que muchos interpretaron como el gesto final antes del cara a cara entre Felipe y su padre tras la publicación de las polémicas memorias de Juan Carlos I.
El almuerzo se alargó más de cinco horas, una reunión que varios califican como una “tregua pactada” en pleno momento delicado para Casa Real.
Aunque se insistió en que se trataba de un acto privado, han trascendido detalles sobre cómo se desarrolló la cita. La primera parada de los invitados fue un cóctel en el Salón de los Austrias, antes de sentarse a una mesa en torno a un menú de dos platos y postre.
Letizia, Leonor y Sofía: un triángulo inseparable
Según el programa Fiesta, la reina Letizia permaneció todo el tiempo junto a sus hijas. “No se separaba de ellas, estaban permanentemente a su lado y todos los invitados se acercaron a saludarlas”, contaba Alejandro Entrambasaguas.
La cercanía constante entre la Reina, la princesa Leonor y la infanta Sofía evidenció, una vez más, un fuerte vínculo familiar y una actitud protectora ante un entorno que no siempre resulta cómodo para ellas.
Uno de los momentos más emotivos llegó con el discurso improvisado de Felipe VI durante el postre. El monarca dedicó unas palabras tanto a la reina Sofía, homenajeada del día, como a Juan Carlos I, mezclando lo institucional con lo personal, un gesto que emocionó visiblemente a ambos.
Los primos, lo más natural del día
Mientras que la imagen más esperada –Leonor y Sofía junto a sus primos– no llegó a producirse, sí pudimos ver la enorme complicidad entre los Marichalar y los Urdangarin, que llegaron juntos en furgoneta, salvo Froilán. Victoria Federica e Irene se mostraron inseparables, mientras que Pablo y Miguel Urdangarin compartieron la jornada con sus parejas, Johanna Zott y Olimpia Beracasa. Los más jóvenes fueron los que mejor transmitieron la sensación de unidad que deseaba proyectarse en este encuentro.
Cuando la larga sobremesa llegó a su fin, la expectación aumentó al ver que Felipe VI abandonaba El Pardo solo. La gran incógnita es cómo dejaron el palacio Letizia, Leonor y Sofía, ya que ninguna cámara captó su salida. Aun así, la sonrisa del Rey al marcharse dejó entrever que la jornada concluyó sin incidentes.
El Rey, saliendo del almuerzo.
La ausencia de una fotografía oficial del encuentro también llamó la atención. A pesar del interés mediático por mostrar una imagen de unidad durante los actos por el 50 aniversario de la Monarquía, Casa Real mantuvo su postura: no mezclar los actos privados con los públicos. De hecho, desde hace siete años no existe ninguna imagen de Leonor junto al rey Juan Carlos, la última tomada en noviembre de 2018.
En el almuerzo, según informó ¡Vaya fama!, participaron 60 personas y se organizó una gran mesa alargada en la que los invitados fueron ubicados “según afinidades”. La experta en Casa Real Marina Pina, de 'El Mundo', explicó que el diseño tenía como objetivo evitar tensiones innecesarias y permitir que cada uno se sentara con quienes mantiene mejor relación.
El rey emérito fue el primero en llegar y también el primero en marcharse, seriamente, y sin despedirse de los periodistas. Durante su breve estancia, únicamente contó con el apoyo cercano de la infanta Elena y Froilán, quienes además lo acompañaron al aeropuerto rumbo a Abu Dabi. Mientras tanto, la reina Sofía estuvo arropada por la práctica totalidad de la familia. Una diferencia que marcó visualmente el contraste entre ambas figuras.