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Camilla cumple 75 años como la compañera de vida de Carlos

La duquesa de Cornualles es para su esposo como la roca que fue Felipe de Edimburgo para la reina Isabel

Carlos y Camilla llevan toda la vida queriéndose.

Redacción

Su 75º cumpleaños llega en uno de los mejores momentos de su vida. Y es que sólo han pasado cinco meses desde que la reina Isabel dijo aquello de "es mi más sincero deseo que, cuando llegue el momento, Camilla sea la reina consorte", y apenas un mes desde que le impuso la Nobilísima Orden de la Jarretera.

Nacida el 17 de julio de 1947, hija de un oficial del ejército, el comandante Bruce Shand, y de la primogénita del barón de Ashcombe, Rosalind Cubitt, nunca imaginó que la pregunta que le hizo a Carlos de Inglaterra el día que lo conoció, en 1970 ("¿Sabía que su tatarabuelo, el rey Eduardo VII, fue amante de mi bisabuela, Alice Keppel?"), acabaría convirtiéndola en futura reina. Y el camino no ha sido fácil.

Porque, durante años, la duquesa de Cornualles ha navegado por aguas turbulentas, sin saber muy bien cuál sería su destino dentro de la Familia Real.

Carlos y Camilla, de jóvenes.

De amante secreta a tener un papel real

No hay que olvidar que su relación con Carlos continuó de forma clandestina en los 80, cuando él estaba casado con Diana de Gales y ella con Andrew Parker-Bowles; que sobrevivió a los ataques de la prensa tras la ruptura del príncipe y su esposa, y que ha sido la primera divorciada que se ha casado con un heredero británico, algo muy criticado desde los sectores más reaccionarios de la sociedad inglesa.

El día de su boda con Carlos, en abril del 2005, posando con sus respectivos hijos.

Ahora, Camilla alcanza los 75 años habiendo construido una más que sólida relación con Carlos y consolidando también su papel dentro de Buckingham, dejando de ser la mala de la película gracias a su carisma, su humor, su capacidad de trabajo y su coraje, siendo la roca, como lo fue Felipe de Edimburgo para Isabel II, y muchas veces la tabla de salvación, en la que Carlos se ha apoyado todos estos años.

"He sido juzgada durante tanto tiempo, que no ha sido fácil", reconoce en una entrevista reciente. "He aprendido a vivir con eso, pero a nadie le gusta que le critiquen todo el tiempo", añadió, antes de comentar que ha aprendido a salir adelante. En cuanto a su relación con el príncipe de Gales, no ha dudado en revelar cuál es el secreto de la fuerza y constancia de su amor. "Siempre tratamos de encontrar un momento del día para estar juntos. Nos sentamos, tomamos una taza de té y hablamos de la jornada o, simplemente, nos ponemos a leer. Es muy relajante, porque no tenemos que entablar una conversación".

Con Isabel II, que ha dejado claro que quiere que sea reina consorte.

100 oenegés y un club de lectura

Esta intimidad no surge así como así. Es fruto de un amor, tan controvertido como tenaz, que ha superado las pruebas más duras, desde sus respectivos matrimonios hasta la muerte de Diana en 1997.

Fue dos años después de aquel drama cuando Camilla dio el paso y empezó a aparecer con Carlos en actos oficiales, para acabar pasando por el altar en el 2005.

Solidaria y cercana. En su reciente viaje a Ruanda, se reunió con organizaciones de mujeres y víctimas del genocidio ruandés de 1994.

Desde entonces, es una pieza fundamental de la monarquía británica y colabora y preside 100 oenegés, dedicadas a temas que van desde la violencia machista y el abuso sexual hasta la alfabetización y la osteoporosis. Poco tiempo le queda para sus dos pasiones, la jardinería, que practica en la residencia de Highgrove, y la lectura. Respecto a esta última, ha creado la web The Duchess of Cornwall Reading Room, un club "online" en el que recomienda libros, comparte opiniones, habla con autores y disfruta de la literatura sin límites.