Pronto
Cerrar

Kate Middleton: el ascenso y la caída de su familia

Los suegros del futuro Rey británico han vendido su negocio con una deuda de 3 millones de euros. No son los únicos. Hay otros nombres relacionados con la realeza que han tenido problemas pecuniarios

El Príncipe Guillermo y Kate Middleton saludando desde el carruaje oficial en el día de su boda.

Jaime Peñafiel

En esta sección, Peñafiel analiza cada semana a los personajes más fascinantes del mundo del corazón y cuenta historias y anécdotas, muchas de las cuales vivió en primera persona.

Mientras el rey Carlos III de Inglaterra se niega a residir en Buckingham, por considerarlo excesivo para los tiempos de crisis que vivimos, sus consuegros, los Middleton, han escandalizado a la Corte por la quiebra de su empresa familiar, Party Pieces, fundada en 1987 y en la que Kate Middleton fue jefa de compras durante un tiempo.

Michael y Carole Middleton, sus padres, lograron construir un imperio valorado en 35 millones de euros y han acabado vendiéndolo por 200.000 con una deuda de 3 millones. En fin, que estas cifras ilustran el hundimiento, al menos financiero, de los Middleton. Dicho de otra manera, ¡se les acabó la fiesta!

Carole y Michael han dicho adiós a la empresa que les permitió colarse en la clase alta inglesa y casar a su hija con Guillermo.

Michael y Carole, que descienden de una familia de mineros, eran empleados del sector de la aviación. Él era piloto de British Airways y ella trabajaba de azafata, aunque su gran afición era organizar fiestas infantiles. Y esa pasión se acabó convirtiéndose en un negocio de venta de artículos de fiesta por correo, que, de repente, les permitió ascender a la élite social británica y convertirse en millonarios.

La madre de Kate Middleton posando junto a sus productos.

Gracias a ello, sus tres hijos, Kate, Pippa y James, estudiaron en los colegios más prestigiosos del Reino Unido y la primogénita, además, en la Universidad de St. Andrews, donde conoció al príncipe Guillermo, comenzando en el año 2000 una relación que la ha convertido en Princesa de Gales y futura reina de Inglaterra.

Después, a partir de la boda de su hija con Guillermo de Inglaterra, Michael y Carole empezaron a relacionarse con la aristocracia británica y nunca han faltado en los grandes acontecimientos que celebraban los Windsor.

Michael y Carole, demandados por los proveedores

Lo que salpica a la Familia Real y más avergüenza a Kate es, según el 'Daily Mail', el escándalo de las querellas interpuestas por los proveedores, furiosos porque los dueños de la empresa se han negado a pagarles.

El diario londinense, que recogió la noticia en primera página, se refirió a Michael y Carole Middleton como "los suegros del futuro Rey" y a todo el caso, que acabó en los tribunales, como "una traición a su hija".

No es la primera vez que nombres relacionados con la realeza aparecen en la prensa a causa de deudas y problemas financieros. De un tiempo a esta parte y con frecuencia, el príncipe Ernesto de Hannover, después de haber heredado de su abuelo toda la fortuna de la familia alemana y parte de la austriaca, no ha sido capaz de afrontar, según 'Bunte', una deuda de 40.000 euros, teniendo que pedir ayuda a su exmujer, Chantal Hochuli, madre de sus hijos Ernesto y Christian, y de la que se divorció en 1997.

Actualmente, su principal apoyo, posiblemente también económico, es Claudia Stilianopoulos, heredera de una gran fortuna en el sur de Europa, en España y en Portugal, e hija de la que fuera gran amiga mía, Pitita Ridruejo.

Recientemente, coincidí con la pareja a las puertas de El Corte Inglés, de Madrid. Cuando se disponía a presentarme a su prometido, Ernesto de Hannover se adelantó diciéndole: "Le conozco desde hace muchos años". Por elegancia no quise recordarle que nos conocíamos desde su matrimonio con Carolina de Mónaco. Me dio pena verle.

Ernesto de Hannover está arruinado.

La reina Sofía vendió joyas para ayudar a su hermano

Al escribir de aristócratas y reyes en la ruina o en apuros no podemos olvidarnos del fallecido Constantino de Grecia y del 14 de diciembre de 1967, cuando se vio obligado a abandonar el país, del que era rey, con lo puesto. Fue el principio de un calvario para este inexperto monarca. Durante años su hermana Sofía llegó a vender joyas para ayudarle.

Constantino con Sofía, que vendió sus joyas para mantener a su hermano en el exilio.

El agobio de don Juan Carlos

Respecto a asuntos pecuniarios, don Juan Carlos también me lloró una vez. Fue poco después de instalarse en la Zarzuela, a petición de Franco.

Los españoles se preguntaban de qué iban a vivir y de cuánto dinero dispondrían. Yo lo supe cuando, allá por 1968, el entonces príncipe me llamó. Se había enterado de que había sido fichado por una revista y, según se decía, aquel fichaje fue uno de los más importantes, económicamente hablando, en la historia del periodismo español hasta entonces.

Fui a visitarle y me quedé algo desconcertado cuando quiso saber cuánto me iban a pagar. Al escuchar la cifra, me respondió con gran tristeza en los ojos: "¿Sabes lo que gano yo? ¿Sabes cuánto dinero tengo? Sólo dispongo para todo, comida, vestidos, viajes, salidas, peluquería de Sofía de... ¡¡¡70.000 pesetas!!! Hasta las Coca-Colas y las llamadas telefónicas que la princesa Sofía hace a Atenas para hablar con sus padres, me las fiscalizan".

La cantidad era tan ridículamente exigua, tan limitada, tan módica, tan miserable, que sentí vergüenza de lo que yo iba a cobrar.