Alexander, hijo de Corinna y protegido del rey Juan Carlos: así está ahora
Este joven de 20 años se ha mantenido en todo momento al margen del escándalo protagonizado por su madre y el rey emérito
Alexander, el hijo de Corinna, ya tiene 20 años. Foto Alexander: Casa de Sayn.
La imagen de Juan Carlos I ataviado con una gorra informal y cocinando una barbacoa junto al hijo de Corinna Larsen fue, sin duda, una de las fotos más llamativas de su relación.
La complicidad entre el rey emérito y ese desconocido niño era evidente, pero pese a que la que fuera princesa alemana ha sacado a la luz numerosos datos de su affaire con el monarca, toda la información referente a su hijo ha permanecido en un discreto segundo plano.
Hoy ese niño ha crecido y ya tiene 20 años, pero ¿qué sabemos de Alexander zu Sayn-Wittgenstein, además de el hecho de que su madre revelase que Juan Carlos I ha sido como un padre para él?
Alexander, a la izquierda, en la boda de su padre, en 2019. Foto: @royaltravelevents.
"Ha consentido a Alexander más que a sus hijos. Decía que no había sido muy atento con ellos”, revela Corinna el su podcast.
Así es Alexander, el hijo de Corinna Larsen
Pocos datos se tienen de este joven: lo más llamativo es lo mucho que ha cambiado físicamente. Le conocimos siendo un niño de pelo rubio y ahora, además de lucir el cabello más oscuro, lleva gafas.
Alexander vive en Inglaterra, y tiene una relación muy cercana con su padre, Casimir zu Sayn-Wittgenstein y la actual mujer de este, Alana Bunte. De hecho, la pareja le dio al joven un hermanito en el año 2020 llamado Johann, poco después de contraer matrimonio. El hijo de Corinna tiene además una hermana mayor, Anastasia, que nació de la unión de su madre con Philip Adkins, una relación que terminó de las peores formas y que ha vuelto a estar de actualidad por las explosivas declaraciones del empresario, que califica a su ex de "peligrosa e inestable".
Otra de las grandes incógnitas es si Alexander sigue manteniendo contacto con el rey emérito. Este estuvo siempre muy presente en su vida (era apenas un niño cuando se encontraba en Botsuana en el momento de la famosa caída que desencadenó todo), y fue, junto a su madre, una de las pocas personas que no se separó de él cuando fue operado del pulmón en 2011.
