Chenoa: sus duras palabras sobre el bullying que sufrió de niña
La cantante ha recordado una etapa muy dolorosa que acabó marcando su carácter para siempre
Chenoa
Chenoa ha vuelto a abrir su corazón para hablar de uno de los capítulos más difíciles de su vida: el acoso escolar que padeció cuando era niña.
La artista ha participado en el pódcast "Educando contra el bullying", impulsado por la Fundación Cola Cao, una iniciativa que reúne testimonios reales para concienciar sobre esta problemática. En este espacio, la intérprete ha compartido detalles inéditos de su infancia y ha reflexionado sobre cómo estas vivencias condicionaron su personalidad.
"Me decían “sudaca”, “panchita”… escuché de todo"
Chenoa de niña.
La cantante, que llegó a España procedente de Argentina con apenas ocho años, explicó que el cambio de país no fue nada fácil. “Se metían conmigo por mi forma de hablar. Como tenía acento argentino, me decían ‘sudaca’, ‘panchita’… Escuché las mil y una”, confesó con sinceridad.
A su corta edad, Chenoa tuvo que enfrentarse al rechazo, a los comentarios hirientes y a la incomprensión de muchos compañeros. “Llegas nueva, con otro acento, con otra forma de ser… y eso, para algunos, ya era motivo para atacarte”, lamentó.
Una infancia marcada por las dificultades económicas
Chenoa, cuando era una niña.
Los problemas no terminaron ahí. La artista recordó que su familia atravesaba una situación económica complicada, algo que, lejos de despertar empatía en sus compañeros, acentuó el aislamiento que sufría en el colegio. "Veníamos de una familia muy justa de dinero. A los 8 años los niños iban a comer, y yo comía sola con un tupper en las escaleras", relató.
Esta imagen, tan dura como reveladora, explica en gran parte la sensación de soledad que la acompañó durante años y que terminó moldeando lo que ella misma define como una personalidad “muy de superviviente”.
"Me rapé el pelo, repetí curso… Era pura rebeldía"
Tras años acumulando dolor y silencio, la cantante reconoce que su adolescencia fue una etapa complicada. "Me fui a un extremo de rebeldía demasiado acentuado. Me rapé el pelo y repetí curso", confesó.
No era un acto estético ni una simple provocación, sino una forma de gritar lo que no podía expresar de otra manera. “Todo lo que viví me llevó a comportarme así. Era mi manera de defenderme, de llamar la atención y de encontrar mi lugar”, explicó.
De víctima a referente
A pesar de todo, Chenoa ha logrado transformar ese sufrimiento en fortaleza. Convertida en una de las artistas más queridas del país, hoy utiliza su voz para dar visibilidad a un problema que afecta a miles de niños y jóvenes cada año.