Coto Matamoros habla como nunca sobre su adicción a la heroína y su enemistad con su hermano Kiko
El excolaborador televisivo reaparece en una entrevista donde aborda sin tapujos su pasado con las drogas y su complicada relación familiar
Coto Matamoros en el pódcast 'Worldcast'.
Coto Matamoros ha sorprendido recientemente con unas declaraciones muy sinceras en el pódcast 'Worldcast', presentado por Pedro Buerbaum. En su reaparición mediática, el excolaborador televisivo ha abordado dos de los temas más delicados de su vida: su relación con las drogas y la complicada enemistad que mantiene desde hace décadas con su hermano Kiko.
Coto, con Carmina Ordóñez y su hermano Kiko cuando los gemelos aún tenían relación.
Coto Matamoros habla de su relación con las drogas
El hermano de Kiko Matamoros, a sus 68 años, se ha sincerado sobre su adicción. Según relató, empezó a consumir estupefacientes con solo 15 años y lo hizo “directamente con heroína”.
“Todo el dinero que tenía me lo gastaba en heroína. No comía”, confesó. Decidió dejarla, asegura, para no hacer sufrir a su madre, aunque poco después sustituyó esa adicción por la cocaína.
A día de hoy, define su vínculo con las drogas como “amistoso”: “Las drogas son elementos neutros. Nunca me han pegado ni insultado. Respeto la libertad individual de quien decida drogarse, aunque no se lo recomiendo a nadie”.
Incluso tras haber sufrido un ictus en 2023, Coto reconoce que no ha abandonado su consumo: “No dejo nada. La vida es una actitud. Hay riesgo, claro, pero sin experimentar la vida es un coñazo”.
Coto Matamoros habla sobre su enemistad con Kiko
El excolaborador también habló de su tensa relación con su hermano gemelo, Kiko Matamoros. Según Coto, esa enemistad nació en la infancia y ha marcado toda su vida adulta: “Uno odia al otro y no sabes por qué. En la familia se fomenta esa competición. Siempre hay uno que gana y otro que pierde”.
Kiko y Coto Matamoros, en el año 1999.
Asegura que su hermano “tiene un trastorno psicológico serio” y que con el tiempo esa rivalidad se ha convertido en un abismo insalvable: “La envidia realmente lo que desea es tu muerte, tu destrucción. Los envidiosos siguen envidiando incluso después de muertos”.
Y es que, para Coto, los lazos familiares están sobrevalorados: “La sangre lo único que transmite son enfermedades. No tiene sentido obligarse a querer a alguien que solo quiere hacerte daño”.