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En su cuenta de Instagram, Frank publicó esta fotografía con una macaco y la acompañó con el siguiente texto: “Mi vida social”.

A.L

Luchador incansable por los derechos y el bienestar de los animales, Frank Cuesta es capaz de llegar a donde sea para protegerlos, incluso, a las manos, aunque le valga una multa.

Así ha sucedido recientemente, cuando el activista y divulgador leonés agredió a unos vecinos y a unos trabajadores de una urbanización en construcción que habían atacado a las especies que residen en el pequeño refugio que tiene en su casa de Tailandia.

“No me arrepiento de nada”, ha contado, argumentando que el detonante fue que su cacatúa Kaka se quedó enredada “en una de esas redes que colocan para coger pájaros. Pasó toda la noche envuelta en la red. Tenía una pata muy mal, incluso ella misma había intentado cortársela para liberarse. La pata estaba deshecha por completo y tuve que dormirla y amputársela”.

Uno de ellos había disparado hacia su casa

Además, según contó, “tiraron abajo la valla, mataron a un pavo de un tiro disparando hacia mi casa y después mataron a Teta –una hembra de guacamayo– con veneno. Y llegas allí y encima te sueltan la típica cosa racista de ‘vete a tu país’, cuando tengo doble nacionalidad”.

La trifulca pasó a lo físico y los vecinos acabaron en el hospital y denunciaron a Frank, pero él le enseñó a la policía un vídeo en el que uno de ellos reconocía haber disparado. “Tendré que pagar lo que cueste el hospital de éstos y ya está”, dijo el leonés antes de declarar que está deseando trasladar a los animales al gran refugio que está preparando para ellos a las afueras de Bangkok.

Aquí, el vídeo en el que explica todo lo sucedido: