Frank Cuesta: su polémica historia contada al detalle
El nombre del famoso aventurero televisivo, que hace algunas semanas confesó ser un 'fake' aunque luego se desdijo, se suma a las historias de otros conocidos impostores

Momentos de la grabación de un episodio de 'Wild Frank', programa que Frank Cuesta hizo para Discovery Max.
Menos de tres minutos bastaron para que Frank Cuesta, que se hizo famoso como 'Frank de la jungla', se haya convertido en 'Frank de la farsa', estallando una polémica que, conforme avanzan los días, transita entre la decepción de muchos, la incredulidad de otros y la confusión de la gran mayoría.
Todo empezó con un vídeo emitido en el canal de YouTube del animalista en el que admitía ser un fraude, un "personaje" que, dijo, se le había ido de las manos por el "grave problema que tengo de mitomanía y ego".
Frank Cuesta: "No soy veterinario. Nunca he rescatado animales"

Imagen del primer vídeo de Cuesta, en el que reconocía sus mentiras.
A partir de ahí, Cuesta enumeró las mentiras que, al parecer, han conformado su vida pública: que no es veterinario, no es herpetólogo (especialista en anfibios y reptiles), que nunca ha rescatado animales, que todos los que hay en su santuario han sido comprados "como parte del show".
También reveló que algunos de estos animales murieron por su falta de cuidados y de conocimientos y, como broche, lanzó una última bomba: "Llevo años tratándome de una mielodisplasia, pero no tengo cáncer".
Una frase con la que remataba el retrato robot de un impostor. En cuestión de minutos, estas declaraciones se hicieron virales y muchos se han preguntado por qué se ha quitado ahora la máscara.
La respuesta en este turbio asunto habría que buscarla en Chi, amigo y colaborador de Frank hasta que Cuesta empezó a criticarlo cuando Luciano (verdadero nombre de este hombre que aparece en las fotos enmascarado) dijo que quería montar su propio negocio y, a instancias de una denuncia, la Policía detuvo a Frank por tenencia ilícita de animales protegidos.
En el vídeo, Cuesta, que en redes había acusado a su socio de manejar el dinero del Santuario y acosar a su hija, Zen, menor, reconocía que lo vilipendió "por celos" y porque representaba "una competencia".

Chi, el examigo de Frank, que siempre aparece enmascarado en sus fotos.
Tras demandarle, Chi le dijo que renunciaría a la vía judicial si Frank hacía una declaración pública contando la verdad, si retiraba sus acusaciones contra Yuyee, su exmujer, y si dejaba de trabajar con animales.
Pero también filtró centenares de audios de sus conversaciones con Frank Cuesta. Unas grabaciones que mostraban al que, hasta ahora era para muchos un referente en la protección de la vida animal salvaje como justo lo contrario: los "bichos" o "las putas suricatas", como decía, solo le importaban para seguir con el teatrillo. En algunas conversaciones contaba que había comprado ejemplares a traficantes.
Acusaciones contra Yuyee que ha reconocido que eran falsas

Frank ha tenido que negar públicamente las acusaciones que llevaba un año vertiendo contra su exmujer, Yuyee, a la que acusaba de alcohólica, drogadicta y extorsionadora.
Añadió más elementos otro vídeo, al día siguiente, en el que Cuesta retiraba las acusaciones que, desde agosto de 2024, vertía contra su exmujer.
"No consume drogas ni alcohol y nunca me chantajeó ni amenazó con vender el terreno del Santuario", admitió. Tras las disculpas y una indemnización, la tailandesa ha retirado dos demandas contra él. Según la periodista Marta Corbal, Yuyee quería vender el terreno del santuario (que ha pasado a titularidad de los hijos de la pareja) porque temía que hubiera problemas con los animales, como finalmente sucedió.
La cosa no acabó ahí. En el tercer día de este revuelo, cuando ya era objeto de un "hate" de grandes dimensiones en redes, Frank salió en X para defenderse, asegurando que "desde hacía semanas soy víctima de una extorsión". Decía que, amenazado él y su familia, su confesión vino obligada por el "guion" que le habían dado y para que cesara la maniobra de acoso.
Juicio en Tailandia y un posible delito de estafa en España

Otros datos apuntan hacia la veracidad de lo que reconoció en su primer vídeo. Según las autoridades tailandesas, el Santuario no es legal, Frank no tiene permiso para rescatar animales y jamás contactó con ellos para hacerlo. No está registrado como veterinario en ese país porque no cursó la carrera y tampoco existió la academia de tenis que decía que tuvo.
En YouTube, donde Frank tenía el negocio tras haber dejado la tele que le hizo famoso, muchos lo atacan por sus mentiras y hay quien se pregunta si, además de rendir cuentas ante la justicia tailandesa, puede haber un delito de estafa a todos los españoles que le han dado dinero para su "granja", como la denominó. Otros creen que es un montaje contra él, pero nadie puede negar que el golpe a su credibilidad es de los que hacen historia.