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Los orígenes humildes de Georgina Rodríguez

Georgina Rodríguez vive hoy una vida de lujos al alcance de solo unos pocos, pero no siempre ha sido así. La novia de Cristiano Ronaldo ha sido una incansable trabajadora

Georgina Rodríguez no oculta sus orígenes humildes.

M.A.

El nombre de Georgina Rodríguez empezó a sonar fuerte a finales de 2016, cuando se rumoreaba que era la nueva chica de Cristiano Ronaldo. De repente, queríamos saberlo todo sobre ella: ¿quién era la nueva inquilina del corazón del astro luso, que previamente había salido cinco años nada menos que con Irina Shayk? 

¿Sería una top model? ¿Una actriz? ¿Una influencer? Nada más lejos. Georgina Rodríguez era entonces una chica anónima que trabajaba como dependienta en una exclusiva boutique de Madrid. Al parecer, allí fue donde se enamoraron. Cristiano era un asiduo comprador y, cuando se empezaron a conocer entre percheros y probadores, surgió la chispa. Cuenta que sus primeras citas fueron justamente allí: el futbolista acudía a comprar con la boutique cerrada exclusivamente para él y pedía que fuese Georgina quien le atendiese. 

Georgina recordó en una ocasión su pasado como dependienta.

Pero el interés despertado por una de las dependientas no gustó al gerente de la tienda, que no llevaba nada bien la presencia de fotógrafos en su puesto de trabajo. Georgina fue cesada, pero pronto empezó a trabajar en otra tienda de lujo. Esta vez, algo más resguardada del público, ya que regentaba el córner de una famosa firma italiana de alta gama en un centro comercial. 

Así se hacía público el romance entre el deportista de moda y una sencilla dependienta. Todo un cuento de hadas. 

Pero... ¿cómo era Georgina Rodríguez antes de ser famosa?

Georgina era, en 2016, una chica que aspiraba a ser modelo y que se ganaba la vida trabajando en una tienda. Entonces compartía piso con su hermana, y salía con un chico cuya identidad nunca ha trascendido. Un año antes de conocer al amor de su vida, Georgina vivía en Bristol, donde se trasladó para aprender inglés. De esa época son sus primeras publicaciones en Instagram.

Georgina Rodríguez en 2015, cuando vivía en Bristol.

Un año después se volvió a Madrid, y antes de conocer a su actual pareja llevaba una vida normal, como cualquier chica de su edad. Salía a cenar, a discotecas... en fin, ¡disfrutaba de todos los beneficios del anonimato!

Georgina Rodríguez en 2016, merendando churros y chocolate con un amigo.

Dependienta, camarera... Todos los trabajos de Georgina

Al igual que Cristiano, los orígenes de Georgina también son humildes: nacida en Argentina de padres españoles, pasó su infancia en Murcia, y siendo una adolescente se trasladó a Jaca (Huesca). Allí compartía piso con amigas y trabajaba como camarera en una discoteca. Pero lo que ella quería era mudarse a la capital: en cuanto ahorró, hizo las maletas y se instaló en Madrid. Tenía 19 años y había encontrado trabajo, también como dependienta, en una de las tiendas de una conocida cadena de moda española. 

Esa chica talentosa que, además de querer ser modelo, era bailarina profesional desde muy temprana edad, estaba a un paso de cambiar su vida por amor.

Georgina Rodríguez de pequeña.

Un flechazo que hicieron oficial rápidamente

Lo de Cristiano y Georgina fue todo un flechazo. Solo unos meses después de empezar a salir, la pareja oficializó lo suyo, y siempre se han dejado ver juntos con toda naturalidad. A diferencia de Irina Shayk, que nunca tuvo buena relación con Dolores Aveiro, la madre de Cristiano, Georgina Rodríguez caló muy pronto en la familia de su chico, y se lleva con todos estupendamente desde el principio. 

La exdependienta, con Cristiano Ronaldo Jr. y Dolores Aveiro en 2017.

Solo un año después de empezar a salir, en noviembre de 2017 nació Alana Martina, la única hija en común de la pareja. 

Con Alana Martina, recién nacida.

Junto a Cristiano Ronaldo Jr. y los mellizos Eva y Mateo, que solo se llevan cinco meses con Alana, Georgina y el futbolista han formado una gran familia numerosa, y ambos presumen habitualmente en redes de sus cuatro hijos. 

Su vida dio un giro de 180 grados

Conocer a Cristiano, sin duda marcó un antes y un después en su vida. Según cuentan, su salario como dependienta no llegaba a los 1.000 euros mensuales, y ahora eso para ella no es un problema: su chico es uno de los futbolistas mejor pagados del mundo. Cristiano y Georgina viven una vida de lujos que no se preocupan en disimular: mansiones, coches, yates, aviones privados... La pareja está enamorada ¡y todo es poco para ellos!

La pareja, en su avión privado.

Como si de una comedia romántica se tratase, la historia de esta pareja, por la que al principio nadie apostaba, cumplirá este año un lustro. ¡Y que sean muchos más!