Las grandes mentiras de los famosos
Falsos supervivientes, títulos inventados y montajes descarados: estos famosos construyeron su fama a base de mentiras

José Antonio Avilés, Frank Cuesta y el Pequeño Nicolás.
Desde falsos supervivientes del Holocausto hasta celebridades que se inventaron una vida de éxito, la historia está llena de personas que lograron engañar a medios, instituciones y a millones de personas con relatos inventados.
Algunas de estas mentiras fueron tan elaboradas que tardaron años en descubrirse, mientras que otras se desmoronaron con una simple investigación. Ya sea por fama, dinero o puro afán de protagonismo, estos impostores han pasado a la historia por convertir la mentira en su mejor disfraz.
Enric Marco: el falso superviviente del Holocausto

Enric Marco.
Durante años, Enric Marco fue una figura respetada y admirada. Este barcelonés recorría colegios, universidades y actos oficiales relatando con todo lujo de detalles su supuesta experiencia como prisionero en el campo de concentración nazi de Flossenbürg. Era presidente de la asociación Amical de Mauthausen y su relato servía como testimonio vivo del horror del Holocausto... hasta que todo se vino abajo.
En 2005, el historiador Benito Bermejo descubrió que Marco nunca estuvo en un campo de concentración, sino que había inventado toda su historia. Marco lo justificó todo diciendo que lo hizo por "dar visibilidad a las víctimas", pero su mentira fue vista por muchos como una falta de respeto imperdonable.
Frank Cuesta: el supuesto defensor de los animales que destapó su propia farsa

Imagen del primer vídeo de Cuesta, en el que reconocía sus mentiras.
Con un gesto serio y unas llamativas gafas blancas, Frank Cuesta sorprendió a todos al confesar que buena parte de su vida pública se había construido sobre mentiras. Admitió que no es veterinario ni herpetólogo, que nunca ha rescatado animales y que todos los que habitan en su santuario fueron comprados "como parte del show".
Incluso reconoció que algunos murieron por su falta de conocimientos y cuidados. Además, añadió que, aunque lleva años tratándose una mielodisplasia, no tiene cáncer, desmontando así otra parte del relato que lo había rodeado.
A pesar de que a las pocas horas confesó que había sido coaccionado a hablar, las palabras de Frank Cuesta se hicieron virales en cuestión de horas y dejaron al descubierto la imagen de un personaje muy distinto al que vendía en televisión.
Tania Head: la impostora del 11-S

Tania Head.
Durante años, Tania Head, cuyo verdadero nombre es Alicia Esteve, fue una de las voces más visibles entre los supervivientes del atentado del 11 de septiembre en Nueva York. Decía haber escapado milagrosamente de la Torre Sur del World Trade Center y, para dar más dramatismo a su historia, aseguraba que su prometido había muerto en la Torre Norte. Su relato conmovió tanto que llegó a ser presidenta de la asociación de víctimas del 11-S y a participar en actos conmemorativos junto a políticos y familiares de fallecidos.
Sin embargo, en 2007, todo se vino abajo cuando 'The New York Times' decidió hacerle un reportaje más a fondo. La investigación reveló que ese día ni siquiera estaba en Estados Unidos y que todo había sido un montaje. El escándalo fue mayúsculo: pasó de ser un símbolo de resistencia al dolor a convertirse en uno de los mayores fraudes emocionales de la historia reciente.
José Antonio Avilés: el colaborador de Telecinco que se inventaba titulaciones

Jose Antonio Avilés
Saltó a la fama como tertuliano de programas de Telecinco y se convirtió rápidamente en uno de los rostros más reconocibles de la cadena. José Antonio Avilés se mostraba seguro, bien informado y con una supuesta formación en periodismo que respaldaba su papel en televisión. Sin embargo, pronto comenzaron a surgir las dudas.
A medida que se investigaba su pasado, se descubrió que muchas de sus credenciales académicas eran falsas: no tenía la licenciatura que decía poseer, ni había trabajado en los medios que mencionaba. A eso se sumó una larga lista de personas que lo acusaban de haberles estafado dinero, aprovechándose de su fama para pedir préstamos que nunca devolvía.
Anna Allen: la actriz de los Oscar... retocados

Anna Allen.
En 2015, Anna Allen era conocida por su participación en series españolas como Cuéntame cómo pasó, pero saltó a la primera línea mediática por algo muy distinto: su supuesta carrera internacional. La actriz publicó en sus redes sociales una foto en la que aparecía, según ella, en la alfombra roja de los Oscar. Sin embargo, algunos detalles llamaron la atención: la imagen parecía manipulada.
Poco después, se demostró que era un montaje y que Allen había insertado su rostro sobre el cuerpo de otra celebridad. Pero el escándalo no quedó ahí. Aseguró también que había sido fichada para aparecer en la popular serie The Big Bang Theory, algo que el propio equipo de producción desmintió de inmediato.
El pequeño Nicolás: el joven que se coló en la proclamación de Felipe VI

El pequeño Nicolás.
Poco antes de que Allen se borrara de la faz de la Tierra por la vergüenza de haber sido descubierta, la irrupción de El pequeño Nicolás aportó otro importante nombre a esta colección de falsarios. Francisco Nicolás Gómez Iglesias, de 20 años, engañó a media España haciéndose pasar por un activo del CNI y usó supuestas conexiones con Juan Carlos I y otras figuras para chantajear a empresarios del IBEX. Se coló en el besamanos de la proclamación de Felipe VI.
Milli Vanilli: los ídolos del 'playback'

Milli Vanilli.
A finales de los años 80, Rob Pilatus y Fab Morvan, conocidos como Milli Vanilli, se convirtieron en un fenómeno musical internacional. Pero su fulgurante ascenso tenía una trampa: no eran ellos quienes cantaban. En realidad, eran modelos y bailarines, seleccionados por un productor alemán que buscaba rostros atractivos para poner frente a los micrófonos... sin necesidad de talento vocal. Todo se vino abajo en 1990, durante un concierto en directo, cuando la pista de playback se atascó y quedó claro que no sabían interpretar sus propias canciones.
Guillermo "Willy" Valadés y Paco Sanz: los falsos enfermos

Guillermo Valadés
En el apartado impostores deleznables están el periodista Guillermo "Willy" Valadés y el vigilante Paco Sanz. El primero se inventó un cáncer y el segundo que tenía síndrome de Cowden, pero ambos con la misma finalidad: sacar dinero para falsos tratamientos. Willy timó 450.000 euros a sus compañeros de la COPE y Sanz engañó a un puñado de famosos.