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Se cumplen 26 años de la muerte de la presentadora del "Dabadabadá".

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Hay quien opina que, muchas veces, en las familias, las historias se repiten, y que sus miembros o antepasados más rebeldes y conflictivos, los que tomaron malas decisiones, pueden dejan una estela invisible que sus descendientes aprenden a seguir sin darse cuenta, dominados por lo que unos llaman fatalidad o maldición y otros genética.

Hugo Padilla Martínez ha tenido que luchar contra esta idea y ha conseguido que una historia que parecía destinada a repetirse haya cambiado de signo. Porque si su madre, la estrella televisiva de los 80 Sonia Martínez, saltó al lado oscuro de la vida y de la fama, –igual que hizo su padre–, él, a pesar de todo el sufrimiento y las vicisitudes por las que ha pasado, ha logrado, si no salir indemne, sí ser capaz de superar un pasado que le ha marcado desde que vino a este mundo en 1991.

Y es que ser hijo de un ídolo de la pequeña pantalla, que subió a lo más alto para acabar sucumbiendo a las drogas, perdiéndolo todo, no es fácil de llevar.

En tu Revista Pronto hemos hablado con Hugo, justo cuando se cumplen 26 años de la muerte de la presentadora de “Dabadabadá”, que nos ha abierto su corazón:

PRONTO: ¿En tu interior has llegado a reprocharle algo a tu madre por haber sido una mujer con una vida tan conflictiva?

HUGO PADILLA MARTÍNEZ: No. Y cuando indago en las hemerotecas para cono- cer datos de su vida, no puedo evitar que me salten las lágrimas. Estoy convencido de que me quería, de que sufrió muchísimo al no tenerme a su lado y de que, a pesar de sus adicciones, era una persona buena, dulce y sensible. Y me duele en el alma leer lo que leo sobre cómo fue su vida y ver en lo que había caído y cómo se fue deteriorando físicamente hasta el fin de sus días por un problema tan serio como son las drogas.

Encuentra la entrevista completa en las páginas de tu Revista Pronto.