Isabel Pantoja hace su última parada en Cantora antes de poner rumbo fuera de España

Isabel Pantoja ha tomado una decisión que ha dejado sin palabras a muchos de sus seguidores: abandonar España. Lo que parecía un viaje más dentro de sus compromisos profesionales ha resultado ser, en palabras de su entorno más cercano, un punto de inflexión. La tonadillera, según avanzó el periodista Antonio Rossi, estaría tramitando su instalación en Latinoamérica, concretamente en República Dominicana, donde tiene “amigos” y parte de su “público fiel”.

“Tiene decidido el destino desde hace tiempo. Se barajaron otras opciones, pero la decisión está muy avanzada. Aunque todavía no tiene casa allí, han avanzado los trámites para estar allí durante varios años y situar en ese punto su lugar de operaciones”, explicaba Rossi en El programa del verano.

Y añadió una frase que generó especial preocupación: “Si en septiembre no está allí, será un drama”.

Este cambio de rumbo coincide con un momento de profunda crisis personal y financiera. Tras residir durante un año en una lujosa casa alquilada en La Finca (Madrid), cuyo contrato expiraba el 31 de agosto, Pantoja abandonó la propiedad. Durante ese tiempo, habría pagado unos 30.000 euros al mes por el alquiler, sin apenas ingresos.

“Llegó a Madrid con la idea de tener una vida de millonaria”, aseguró Sandra Aladro, directora de GTRES, quien también calificó su situación como “insostenible”.

En los últimos ocho meses, solo ofreció un único concierto -en diciembre, en el Starlite Christmas- lo que deja entrever que su carrera musical en España ha quedado en pausa.

Más allá de su legado como artista, Isabel Pantoja se despide también de una carrera que parecía querer retomar. Aunque celebró su gira del 50 aniversario, su agenda en España está prácticamente vacía. Sin contratos con promotoras ni fechas confirmadas, sus perspectivas laborales en el país se han reducido drásticamente.

El traslado no solo implica dejar atrás una carrera que se ha ido apagando, sino también a sus hijos y nietos. Desde hace años, la artista mantiene una relación muy tensa con Kiko Rivera, tras la mediática ruptura provocada por la “herencia de Paquirri”. El DJ declaró sentirse traicionado al descubrir documentos en Cantora que confirmarían que su madre ocultó parte del legado de su padre.

“Me ha engañado toda la vida”, llegó a decir Kiko Rivera entre lágrimas.

Con Isa Pantoja, la relación también está rota. La joven denunció públicamente sentirse excluida por parte de su madre y su tío Agustín. Desde entonces, no ha vuelto a entrar en Cantora.

Los más perjudicados han sido los nietos de Isabel, con quienes apenas tiene contacto. La distancia emocional también se ha traducido en una separación física.

A la mala racha económica y familiar se suma una delicada situación médica. En marzo de 2025, fue ingresada de urgencia en un hospital madrileño por una “nefropatía diabética”. En palabras de Antonio Rossi:

“A principios de semana vieron algo que no iba bien, algo que no les gustaba, y decidieron ingresarla de urgencia”.

Ya en 2024, tuvo que ser hospitalizada en Tenerife por una tromboflebitis, lo que obligó a cancelar algunos conciertos. Estos sustos, según su entorno, también han influido en su deseo de encontrar “tranquilidad” y “paz” fuera de España.

Aunque la idea del traslado a República Dominicana está sobre la mesa -e incluso se han solicitado visados de larga duración-, en las últimas semanas ha surgido un nuevo obstáculo: Hacienda. Tal como reveló La Razón, Isabel tendría prohibido salir del país por una deuda de más de un millón de euros con la Agencia Tributaria.

Esto explicaría su regreso a Cantora, donde estaría haciendo inventario de sus bienes y cerrando temas personales antes de poder hacer las maletas definitivamente. Entre los inmuebles que ha intentado vender se encuentran su casa de El Rocío y su ático en Fuengirola, valorado en 275.000 euros.

Todo parece indicar que la tonadillera está decidida a iniciar una nueva etapa lejos del país que la vio nacer como artista… y como personaje público. Pero su situación fiscal y emocional la mantiene atrapada, al menos de momento.