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Jaime Peñafiel: Marta Chávarri y Philippe Junot, de pareja del verano a consuegros

Corría el año 1996 cuando estos dos personajes vivieron un romance. Ahora, sus hijos, Isabelle y Álvaro, cual herederos de su amor, los han vuelto a unir

Marta y Junot vivieron un breve idilio que no fue a más.

Marta y Junot vivieron un breve idilio que no fue a más.

Jaime Peñafiel

Los protagonistas de la historia que voy a contarles son parte de mi biografía profesional. Ella, Marta Chávarri, trabajó conmigo en "La Revista", que yo dirigí en el año 1984, en la sección gastronómica "En la mesa de los hogares famosos", que llevaba Rafael Anson y donde ella se sentaba como "florero". ¡Era tan bonita! Por ello cobraba un buen dinero, gracias a mi amistad con su entonces marido, el inolvidable Fernando Falcó, marqués de Cubas.

Al otro protagonista, Philippe Junot, lo conocí en Mónaco, el 28 de junio de 1978. Fue una mañana soleada, alegre y luminosa, en la que se celebraba una de las bodas del año, que era muy especial porque se casaba, nada menos, que la princesa Carolina, hija de Grace y Rainiero. La novia estaba radiante, con un vestido de delicados bordados florales, mangas transparentes y, por supuesto, firmado por Christian Dior.

Carolina de Mónaco y Junot, el día de su boda, en 1978.

Carolina de Mónaco y Junot, el día de su boda, en 1978.

Cuando una gran amiga mía, Tessa de Baviera, invitada al enlace, se acercó a felicitar al padre de la novia, éste, con los ojos ocultos tras sus gafas de sol, le dijo: "Más que felicitarme, tienes que darme el pésame". Carolina tenía sólo 21 años y había impuesto su voluntad de casarse con Philippe Junot, 17 años mayor que ella y conocido entonces como el "playboy" más famoso de París.

El 10 de agosto de 1980, 26 meses después de aquella ceremonia, el Principado anunció el fin del matrimonio, que Carolina calificaría como "una locura de juventud". En 1988, Junot volvió a casarse con Nina Wendelboe, con la que tuvo tres hijos, Víctor, Alexis e Isabelle, y de quien se divorció en el 2005. Quédense con el nombre de la hija pequeña del "explayboy" parisino. En breve, volveré a mencionarla.

En cuanto a Marta Chávarri, la protagonista femenina de esta historia, muchos recordarán que fue en aquellos años la "it girl" más famosa del país. Se casó, por primera vez en 1982, con mi amigo Fernando Falcó, el marqués de Cubas, uno de los solteros de oro con más clase que ha habido en España, y de ese matrimonio nació Álvaro, nombre al que también volveré unas líneas más adelante, para poner el punto final a este artículo.

 El marqués de Cubas y Marta, que se casaron en 1982.

 El marqués de Cubas y Marta, que se casaron en 1982.

La morbosa curiosidad real por Marta

A finales de los 80, Marta mantuvo un romance con Alberto Cortina, casado entonces con Alicia Koplowitz. La prensa les sorprendió saliendo de un hotel de Viena, y la fotografía que lo confirmaba dio al traste con el matrimonio del financiero con Alicia Koplowitz. Alberto y Marta, no sin consecuencias, sobre todo para ella, acabaron casándose. "La pasión tiene un precio. Cuando me fui con Cortina, renuncié a mi hijo, Álvaro. La que se iba era yo, y no le iba a quitar a Fernando también a su hijo", reconoció Marta a "Vanity Fair".

Y entonces, tuvo lugar un episodio que muchos aún recordarán. Fue el 14 de febrero de 1989, cuando una noticia, publicada por "Interviú", ocupó todos los programas de radio y TV. La revista desapareció de los quioscos en cuestión de minutos. No por orden gubernativa, que podría haber sucedido, sino por la curiosidad del personal por ver "lo nunca visto de Marta Chávarri", así se titulaba la exclusiva. La revista mostraba el vello púbico de Marta, sentada en una discoteca madrileña. El "flash" de un fotógrafo había descubierto que aquella noche, la que todavía era esposa de Fernando Falcó llevaba puestas unas medias transparentes, pero sin bragas. Aquel día, hasta a la reina Sofía le llamó la atención lo que oía en la radio sobre el secreto de Marta, a quien conocía, pues Fernando Falcó era uno de los grandes amigos de don Juan Carlos desde su época escolar.

Inesperada pareja del verano del 96

Sin dudarlo un momento y para satisfacer su curiosidad, llamó al jefe de la Casa para que le subiera la revista. El inolvidable Sabino Fernández Campo, que ya había visto la publicación –e incluso la había comentado con el rey Juan Carlos–, no consideró adecuado que la Reina viera a "la marquesa sin bragas", como lo titularía un diario británico, y lo dejó pasar. "No habían transcurrido ni cinco minutos, cuando doña Sofía me volvió a llamar, indignada por no haber recibido, todavía, la revista", me contó Sabino. "Yo no sabía qué disculpas darle. Y, como insistió, con ese tono de cuando no se le atiende inmediatamente, ordené que se la subieran ¡ya! Por razones obvias, nunca me comentó el contenido".

Siete años después de aquel revuelo, exactamente en el año 1996, Marta reapareció en Marbella, acompañada por Philippe Junot, y los dos se convirtieron en la inesperada pareja del verano. Y no sólo se dejaron ver en la capital de la Costa del Sol; también fueron fotografiados en actitud muy cariñosa en el restaurante Sacha, de Madrid. Marta –ya divorciada de Alberto Cortina– y Junot, ajenos a la presencia de los reporteros, se besaban cogidos de la mano.

La hija del "explayboy" y el hijo de Chávarri, ahora marido y mujer.

La hija del "explayboy" y el hijo de Chávarri, ahora marido y mujer.

El mismo escenario que el de la boda de Marta y Falcó

Si bien a finales de ese año, cada uno siguió su camino, el destino los ha vuelto a unir 25 años después de su romance veraniego. Y aquí retomo los dos nombres que he destacado antes: Isabelle y Álvaro. Porque, si Dios y las circunstancias impidieron que Marta y Philippe se convirtieran en marido y mujer, estos dos jóvenes, sus hijos, los han unido de nuevo, como familia, al casarse en una elegante boda celebrada –¡oh, casualidad!– en el mismo escenario en el que se dieron el "sí" Chávarri y Falcó (padres del novio) en 1982. Los designios de Cupido siempre acaban cumpliéndose de la forma más insólita, como en este caso, en que tras encuentros y desencuentros, finalmente, Marta y Philippe han pasado de ser amigos especiales a consuegros. 

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