Mario Vargas Llosa: la intensa vida amorosa del Nobel de Literatura

Contaba Mario Vargas Llosa que lo de escribir le gustaba desde que era niño. Entonces ya inventaba historias y cambiaba los finales de los cuentos que no le gustaban o que no quería que acabasen. Pero el pasado 13 de abril, no pudo cambiar lo que el destino tenía escrito para él. "Mario Vargas Llosa ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz", anunciaron sus hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana, en sus redes sociales, en las que su nieta Josefina le rindió un emotivo tributo.

"Siempre me harán falta tus carcajadas, todas tus historias y nuestras conversaciones comiendo huevos rotos en Casa Lucio. Me entristece pensar que no conocerás a mis hijos, pero ellos crecerán sabiendo que su bisabuelo fue un genio absoluto", dejó escrito la joven que, coincidiendo con el resto de la familia, recordó que Vargas Llosa había podido vivir como quiso, "escribiendo cada día" y que tuvo "una vida larga, múltiple y fructífera".

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El autor Mario Vargas Llosa, que tenía 89 años, disfrutó de una existencia intensa, no sólo en su faceta de escritor, sino también en cuestiones sentimentales. Mario, que desafió y se enfrentó a su padre, un hombre que detestaba que su hijo quisiera ser escritor, publicó su primera novela, 'La ciudad y los perros', en Barcelona en 1963, cuando en la ciudad catalana se gestó el "boom" latinoamericano.

Tenía 27 años y, desde entonces, su carrera literaria cosechó un éxito tras otro, gracias a novelas como 'Conversación en La Catedral', 'La tía Julia y el escribidor' y 'La fiesta del chivo', siendo reconocido con todos los premios habidos y por haber, entre los que destacan el Nobel de Literatura, el Cervantes o el Príncipe de Asturias de las Letras.

Además de su pasión por la literatura, Mario Vargas Llosa era conocido por su pasión por las mujeres. Su primer gran amor, siendo un joven estudiante de 19 años, fue la escritora boliviana Julia Urquidi, de 30, hermana de su tía política. El romance de la pareja causó un gran escándalo familiar que no se calmó cuando contrajeron matrimonio en 1955. Por eso, la pareja puso rumbo a París, capital literaria del mundo, donde vivieron una relación llena de altibajos a causa de las infidelidades del escritor, que vivió varios idilios con sus compañeras de trabajo de la Oficina de Radiodifusión y Televisión Francesa.

Ese primer matrimonio acabó en 1964, cuando él se enamoró de Patricia Llosa Urquidi, e inspiró una de sus novelas más conocidas, 'La tía Julia y el escribidor', publicada en 1977.

Claro que esta historia tuvo su réplica, por parte de Julia, en su libro ‘Lo que Varguitas no dijo', que se editó en 1983, a pesar de que, según contó la escritora, quisieron silenciarla "con la compra del original por una suma que no era de dejar pasar. Olvidaron quienes trataron de hacerlo que mi conciencia, mi honestidad e integridad de mujer, no están en venta".

La relación con Patricia empezó cuando Mario y Julia la acogieron en su casa de París donde fue a estudiar Literatura. Ella tenía 15 años y el escritor 25 y, con el paso del tiempo y como el roce hace el cariño, en 1964, la pareja estaba perdidamente enamorada. El Nobel de Literatura dejó a su primera esposa y en 1965 se casó con Patricia, con la que vivió un longevo matrimonio de más de 50 años, del que nacieron sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana.

Cuando recogió el Nobel, en 2010, en su discurso de agradecimiento, Vargas Llosa no se olvidó de su esposa que, tras 45 años de matrimonio, con idas y venidas, había perdonado muchas cosas. "Ella lo hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: 'Mario, para lo único que tú sirves es para escribir'", dijo.

Y sólo cinco años después de que pronunciara esas palabras, celebraron sus bodas de oro en Nueva York en medio de los rumores que anunciaban que Mario Vargas Llosa, de 80 años entonces, estaba ya con Isabel Preysler, de 64.

Cuentan que, igual que hizo con su primera mujer, Mario Vargas Llosa rompió con Patricia por carta. El cataclismo familiar fue absoluto, sus hijos, hundidos, lamentaron el fin de la historia de amor de sus padres, en la que su madre había perdonado tantas cosas. Patricia, despechada, le escribió también una carta a Isabel advirtiéndole de que eso que estaba haciendo Mario con ella no era nuevo, y que siempre acababa regresando a su lado.

Pasaron siete años, en los que el autor, poco amigo de la prensa rosa, empezó a aparecer en ella y a protagonizar "photocalls" y eventos sociales del brazo de la reina de corazones y de su hija Tamara, con la que se llevaba fenomenal.

El Nobel y la viuda de Miguel Boyer parecían hechos el uno para el otro y, en 2016, incluso, se llegó a hablar de matrimonio.

Pero, en 2022, ocurrió lo que auguró Patricia y Mario volvió al redil, con su familia. Antes, escribió un cuento 'Los vientos', en el que su narrador, presumiblemente él, confiesa que sólo hizo mal una cosa en la vida, "abandonar a Carmencita", personaje en quien todo el mundo vio a Patricia, su esposa y la mujer que ha estado con él hasta el final, la que ha cerrado, con su amor, el libro de toda su vida.

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