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La novia de Kiko Matamoros explica cómo venció su TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria)

Los más conocidos son la anorexia y la bulimia

Marta López lleva un año de relación con Kiko Matamoros.

Marta López lleva un año de relación con Kiko Matamoros.

S.C.P.

Marta López Álamo es la pareja de Kiko Matamoros. La influencer y modelo de 22 años conquistó el corazón del colaborador de Sálvame hace poco más de un año y su relación va viento en popa. No obstante, aunque Marta ahora esté “sana y feliz”, se ha sincerado sobre la peor etapa de su vida, cuando padecía TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria). Eso sí, desde el minuto 1, Marta insiste en que ella habla desde su experiencia. 

Recordemos que los TCA son trastornos mentales caracterizados por un comportamiento patológico ante la ingesta alimentaria y por una obsesión total por el control de peso. Los más conocidos son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Se trata de enfermedades graves que deben ser tratadas por especialistas. Dicho esto, ¿cuál es la historia de Marta?

 

 

La modelo ha compartido su historia personal a raíz de un mensaje privado que le llegó sobre una seguidora que había perdido a su hija recientemente por culpa de un TCA: “Su hija se ha quitado la vida debido a un TCA... se llamaba Elena Nuria y me apetecía recordarla”.

La influencer ha desvelado entonces que, de los 13 a los 17 años, “llegué a pesar 29 kg, de los 49 que pesaba” y que, durante esos cuatro años que padeció anorexia, “estuve obsesionada con contar calorías, con estar cada vez más delgada, comer cada vez menos…”.

“El problema de esa enfermedad es que queremos el cuerpo que no tenemos”, explica y añade que “mi cuerpo tiene formitas y yo quería un cuerpo recto”. Además, confiesa que llegó a verlo como “un reto diario” y que “me castigaba cuando consideraba que hacía algo mal o que engordase”.

Marta, aunque partidaria de las terapias con psicólogos, ha reconocido que ella pasó por cinco especialistas y no consiguieron ayudarla. La razón fue que “cuando tú vas obligada a un sitio no funciona. Si tú no vas por tu propia voluntad, con la voluntad de querer cambiar, por muchos psiquiatras a los que vayas, no vas a poder cambiar”.

 

Tiene que salir de ti

¿Cómo se dio cuenta de que tenía un problema? “Llegó un momento que estaba tan hundida de decir ‘estoy harta de salir con mis amigas y controlar lo que como y no como’, es un agobio de control, obsesiones y rituales… es un horror”. Marta aclara que “al final te acabas agotando psicológicamente y la mayoría de chicas que salen es por este motivo”.

“Mi familia nunca fue partidaria de ingresarme”, explica, “porque te obligan a comer y cuando sales vuelves a intentar adelgazar, porque al final te han obligado a coger peso”.

La situación de Marta llegó a tal punto que le dijeron “o coges peso o te mueres” y esto “hizo que me cambiara el chip, porque el cuerpo no aguantaba más. Me mareaba bastante y cada vez estaba más débil”.  

Así, en el momento en que ella decidió que estaba “harta” y que “quería salir”, se apoyó en el reiki y en la kinesiología, ya que estas terapias alternativas hicieron que cambiara de parecer con respecto a la alimentación y quisiera recuperar su salud. “No estoy alentando a nadie a que utilice las terapias alternativas en vez de la psicología. Creo que tenemos un abanico muy amplio de posibilidades y, si alguien no quiere curarse, no funcionará ni una cosa ni la otra”, aclara la influencer, pero explica que es lo que a ella le ha servido.

 

 

 

El apoyo de la familia es esencial

Marta asegura que el apoyo de la familia y, en su caso, “de mi madre”, fue esencial para su recuperación. Eso sí, los seres queridos no deben “forzar” a la persona a ingresarse en un centro, como ya ha recomendado, pero tampoco “le bailéis el agua”, aconseja.

La novia de Kiko Matamoros también ha afirmado que “con una enfermedad de estas características nos volvemos manipuladores, estrategas y mentirosos. Yo he llegado a falsificar notas para que me dejaran salir antes y tirar la comida que me daba mi madre”, confiesa y añade que “he llegado incluso a arañar a mi madre, me volví muy agresiva”.

“Mutas… tu objetivo es estar delgada y te da igual todo lo demás, a mi hermana se lo hice pasar fatal. Pero es importante que las madres, los padres y familiares de personas que estén pasando por esto tengan comprensión, pero sin bailarles el agua”, recomienda y añade que “hay que ser tajantes, las cosas que sean perjudiciales para vuestros hijos, no las dejéis pasar. No os dejéis controlar”.

Finalmente, la modelo ha querido agradecer los mensajes positivos que ha recibido de sus seguidores sobre el tema y aclara que “no pretendo ser ejemplo de nada, sólo contar mi experiencia e intentar, en la medida de mis posibilidades ayudar a otras personas empatizando con ellas o relatando mi experiencia, dando visibilidad a un problema que, aunque no deje de ser un problema del primer mundo como yo digo, es algo que afecta a más personas de las que creemos”.

Como apuntábamos al principio, los TCA, según la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACBA) son enfermedades graves que se pueden curar si la persona hace tratamiento con un equipo de médicos y psicólogos especializados.

Esta misma asociación ofrece información y recomendaciones para familiares y personas afectadas por un TCA durante el confinamiento provocado por el COVID-19.

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