Robert Redford: una vida repleta de éxitos y grandes tragedias
Galán irresistible de las pantallas durante seis décadas, la vida de esta leyenda de cine, ahora desaparecida, está llena de éxitos, pero también de grandes tragedias
Robert Redford.
Con su muerte, el pasado 16 de septiembre mientras dormía en su casa de Utah, el mundo entero ha perdido a una de sus grandes leyendas de Hollywood. Robert Redford tenía 89 años y llevaba siete retirado, pero seguía siendo una estrella de la meca del cine. Industria a la que, además de sus trabajos como actor y director, aportó el Festival de Sundance, el mayor impulsor de cine independiente del mundo.
El mundo del cine se despide de Robert Redford
Un grupo de admiradoras frente a uno de los homenajes populares montados de forma espontánea en memoria del actor en Los Ángeles.
Apenas se conoció la desaparición de un actor que, alérgico a las frivolidades, no tenía estrella en el Paseo de la Fama, millones de fans que se enamoraron de él lloraron su pérdida e infinidad de famosos homenajearon a quien vivirá para siempre en las pantallas.
Han mostrado su dolor novelistas como Stephen King, directores como Martin Scorsese, políticos como Barack Obama y Hillary Clinton y actores como Leonardo DiCaprio, Jamie Lee Curtis, Antonio Banderas, Julianne Moore, Marlee Matlin, Ethan Hawke, Barbra Streisand (lo definió como "carismático, inteligente, intenso, siempre interesante, uno de los mejores actores para siempre") o Jane Fonda.
"Era una bellísima persona, en todas sus facetas", ha dicho la veterana actriz del colega con el que compartió rodajes y militancia.
Incluso Donald Trump, al que un demócrata tan acérrimo como Redford siempre criticó duramente, se refirió a él como "un grande". Un héroe que, abominando de su belleza y su fama, las utilizó siempre que pudo para defender las causas en las que creía.
Pero su vida no fue solo una sucesión de triunfos y reconocimientos. También pasó por episodios muy oscuros y vivió grandes tragedias.
Alcoholizado por la muerte de su madre
Bob vivió su infancia en un barrio de Los Ángeles, cerca de Hollywood.
Nacido el 18 de agosto de 1936 en Santa Mónica (California), fue el hijo que el gerente Charles Redford tuvo con su esposa, Martha Hart, quien aportó al matrimonio otro hijo, William. Bob fue un chaval inquieto y travieso, que creció en un barrio a las afueras de Hollywood, lo que le permitió saber desde niño que había mucho latón tras el oropel dorado en el cine. Con 11 años descubrió su pasión por la naturaleza en su estado más puro durante un viaje familiar a Yosemite, uno de los grandes parques naturales de EEUU.
Aficionado a la pintura, cuando acabó el instituto aprovechó una beca deportiva para irse a estudiar Arte a Colorado, pero en 1955 se produjo el primer gran descalabro de su vida: su madre, a la que adoraba, murió a los 40 años por un cáncer.
Aquella pérdida le sumió en un estado de depresión y desconcierto, del que intentó salir bebiendo, pero las borracheras continuas y las broncas en las que se metía solo le llevaron a ser expulsado. No quería volver a casa porque con su padre no compartía más que la afición por el béisbol, así que decidió recorrer EEUU.
El beso de la mujer más bella del mundo
Robert Redford y Demi Moore en uno de sus primeros filmes.
Hacía autostop y trabajaba en lo que podía, hasta que en otoño de 1956 aterrizó en París con un sueño: ser pintor. Se matriculó en clases de dibujo y llevó una vida bohemia en Montmartre, pero aquello se le quedó pequeño y se puso a viajar por Europa. Nochevieja de ese año le pilló en Roma, donde se topó en un bar con Ava Gardner. Cuando "una de las criaturas más hermosas que he visto en mi vida", según diría años después, le besó, le temblaron las piernas.
Pese a haber empezado tan bien, 1957 no fue un buen año. Pasó muchas penurias en Florencia y volvió a beber, frustrado porque no tenía suficiente talento para la pintura. Deprimido, puso fin a la aventura europea y se instaló en Los Ángeles. Allí se enamoró perdidamente de Lola van Wagenen, una belleza rubia de 18 años que también se quedó coladita por aquel melenudo pelirrojo.
Se casaron en 1958 y se fueron a vivir a un destartalado apartamento en Nueva York, donde Bob se matriculó en la Escuela de Arte Dramático para reencauzar su vida hacia la actuación, mientras Lola trabajaba en un banco para que pudieran mantenerse.
En septiembre de 1959 nació su primer hijo, Scott, que falleció a los dos meses de muerte súbita. La pareja, que no sabía nada de aquel síndrome, lo vivió con mucha culpa y tardaron tiempo en recuperarse de una pérdida de la que Redford nunca habló en público. En 1960, nació su hija Shauna y, en 1962, David James.
Debut en la pantalla con Jane Fonda
'Descalzos por el parque' (1967)
En lo profesional, asistió a infinidad de cástings, participó en muchas obras de teatro y tuvo apariciones en series policiales de la época, con lo que se compró tierras y una casa en Utah. El golpe de suerte le llegó con la obra 'Descalzos por el parque'. Este éxito le trajo su primer papel en el cine, en 'El que mató por placer', película a la que siguieron 'La jauría humana' (1962), 'Propiedad condenada' (1966) y 'La rebelde' (1966), por la que ganó el Globo de Oro a la Nueva Estrella del año.
'Dos hombres y un destino' (1969)
Fue el primer escalón hacia la fama, que se cristalizó como protagonista de 'Dos hombres y un destino' (1969), con Paul Newman. Convertirse en una estrella no le gustó, odiaba ser un "sex symbol", abominaba de las fiestas de Hollywood y, viviendo a caballo entre Utah y Nueva York, quería una vida normal para sus hijos. Su pasión era su rancho, Sundance Valley, que, en 1970, año en que nació su tercera hija, Amy, ya tenía 10.000 hectáreas, un terreno donde se rodó 'Las aventuras de Jeremías Johnson', una exaltación de la vida en la naturaleza.
'El golpe' (1973)
Allí, creó en 1980 el Sundance Institute. Nacido como unos talleres donde realizadores noveles intercambiaban ideas con directores de renombre, luego se transformaría en el Festival de Cine Independiente de Sundance, el certamen de cine de autor más importante del mundo, al que siempre estuvo muy ligado.
Su hija mayor intentó suicidarse
Con su primera esposa, Lola van Wagenen, y sus hijos Shauna y Jamie.
Para los grandes estudios, protagonizó éxitos como 'Un diamante al rojo vivo', 'Tal como éramos' (con Barbra Streisand), 'El Golpe' (filme que le valió su primera nominación), 'El gran Gatsby', 'El descenso de la muerte' (en la que esquiaba, una de sus grandes aficiones), 'Todos los hombres del presidente' y 'Memorias de África', entre otros títulos.
Pero la interpretación dejó de apasionarle y se puso a producir con su empresa Wildwood Enterprises para, finalmente, lanzarse a dirigir. En 1980, ganó un Oscar a la Mejor Dirección por 'Gente corriente' y, luego, rodó siete filmes más, entre los que destacó la estupenda 'Quiz Show: el dilema'.
'Todos los hombres del presidente'(1976)
En 1983, vivió otro gran drama. Tras el asesinato de su novio, Shauna cayó en una depresión e intentó quitarse la vida hundiendo su coche en un lago. Redford dejó el rodaje de 'El mejor' (con temática de béisbol, otra de sus pasiones) para estar con su hija, que, aunque sufrió graves lesiones por el incidente, se recuperó.
'Memorias de África' (1985)
En 1985, y aunque se les tenía por una pareja modélica, Lola y Bob se divorciaron, si bien siempre estuvieron unidos por sus hijos, sobre todo por Jamie, que pasó por dos trasplantes de hígado y que moriría de cáncer en 2020. Otro drama terrible.
Tras su divorcio, vivió una relación de siete años con la actriz brasileña Sonia Braga
Tras separarse, estuvo con actriz Sonia Braga y la diseñadora Kathy O’Rear hasta dar con la segunda mujer de su vida: la pintora Sibylle Szaggars.
Con la pintora alemana Sibylle Szaggars se casó en 2002.
Se casaron en 2002, año en que recibió su segundo Oscar por toda su carrera.