Todos los secretos del famoso ’topless’ de Lady Di
Juan Carlos Teuma, el paparazzi que fotografió los pechos de Lady Di, ha revelado cómo consiguió esas históricas fotos

Descripción de la imagen
Es uno de los paparazzis más famosos de las últimas décadas, un con seguidor mató de exclusivas, desde el topless de Lady Di, al de Carmina Ordóñez, o las imágenes de Elizabeth Taylor con los rulos puestos que dieron la vuelta al mundo.

Juan Carlos, en una imagen en la que va camuflado– fotografió a Diana en Marbella en 1994.
Juan Carlos Teuma resume una vida de reporterismo en su libro ‘Cazando la luz entre las sombras.Memorias de un paparazzo’ en el que las anécdotas se suceden en sus trescientas páginas.

Lady Di en la piscina del Hotel Byblos, en Marbella.
PRONTO.: ¿Cómo conseguiste las fotos de Lady Di con los pechos al aire?
TEUMA.: Un fotógrafo inglés me dio el soplo de que la princesa y una amiga iban a pasar unos días en Marbella. Me puse a investigar y no se alojaba en ninguno de los grandes hoteles de la zona. Mira por donde, una mañana fui con mi hijo al hotel Byblos y me encontré a Diana sentada al borde la piscina con los pies en el agua. Ese día llevaba un bañador y al verme no me quitaba la vista de encima, porque solamente estábamos ella y nosotros allí. Cuando la vi más tranquila me fui al coche a coger la cámara. Me puse detrás de un seto y le hice cinco fotos que se publicaron en varios medios. Aquello fue tremendo, aparecieron reporteros por todas partes. Pero nadie la pillaba en topless. El último día de su estancia allí conseguí las ansiadas imágenes. Me había dicho que ella buscaba crear algún tipo de escándalo para jorobar a su suegra, la reina Isabel II, porque no se entiende que una princesa se ponga a tomar el sol con los lechos al aire sabiendo que los paparazzis la están persiguiendo. Resulta que me colé en una zona del hotel y salí a un ventanal, me asomé y delante de mí se encontraba Lady Di sin la parte superior del biquini, pero boca abajo.

Un camarero con el teléfono, que era para Diana. Ésta, para cogerlo se incorporó dejando sus pechos al descubierto.
P.: Pero tuviste la suerte de cara…
T: Si, porque un camarero le acercó un teléfono y ella se levantó, por lo que le pude hacer las fotos en topless.

P.: Había otros dos paparazzis y se llegó a un acuerdo para vender el reportaje a partes iguales…
Y.: Si, aunque el único que tenía el topless era yo, ellos habían conseguido las imágenes en las que Diana estaba boca abajo. Pero, bueno, una revista pagó doscientos millones de las antiguas pesetas y quemó las fotografías delante de nosotros. No se publicaron jamás. Fue un favor de la revista a la Casa Real inglesa. Nosotros tuvimos que firmar un contrato reconociendo que no había más imágenes.
P.: Llegaste a intuir que ella sabía que la habías pillado.
T.: Creo que quería que la pillaran, por eso que te decía antes de jorobar a su suegra. Ironía de la vida, la semana siguiente se mató en el accidente de coche en Paris.

Carmina Ordóñez y Antonio Arribas pactaron un ‘robado’ con el paparazi, porque necesitaban dinero.
P.: También hiciste el topless de Carmina Ordóñez.
T.: Aquello fue un robado pactado. Ella necesitaba dinero y llegamos a un acuerdo de repartirnos lo que se lograra con la venta del reportaje. Por aquel entonces, Carmina salía con Antonio Arribas, nos fuimos los tres en una lancha que nos prestó Cari Lapique y yo me aposté en una playa mientras ellos seguían en la embarcación. Se quitó la parte de arriba del biquini y le hice las fotos como si la hubiera pillado.

Liz Taylor y George Hamilton fueron inmortalizados por Teuma cuando la actriz iba con los rulos puestos.
P.: Con Elizabeth Taylor tuviste tus más y tus menos.
T.: La actriz llegó a Marbella con el actor George Hamilton invitados por Alfonso de Hohenlohe. Me subí a un tejado desde el que divisaba la terraza de su habitación del hotel y conseguí unas fotos muy divertidas en las que aparecía con los rulos puestos. Pero corrió la voz de que existían esas imágenes, con el aliciente de que pensaban que existían otras en las que aparecía en topless. De madrugada se presentaron en mi casa los abogados de la Taylor y Hamilton y me pidieron que fuera a la habitación de la actriz para que ella viera las fotos. Naturalmente, las únicas que había eran las de los rulos. Tras varios tiras y afloja, Elizabeth dio el visto bueno para que se comercializaran. Y las vendo en muchos países.
P.: Y con Bertín Osborne sufriste un desagradable enfrentamiento…
T.: Me enteré de que estaba en Miami con una actriz española y me fui a buscarle. Les pillé en un aeropuerto y logré hacerles cuatro o cinco fotos, y Bertin se cabreo muchísimo, me dio un manotazo y un pequeño golpe en el estómago. La policía me preguntó si quería denunciarle y preferí dejarlo pasar, y de ahí nos hicimos amigos.

Sean Connery tuvo sus más y sus menos con el reportero cuando lo vio haciendo fotos de su boda sin permiso.
P.: También te intentó agredir Sean Connery.
T.: Me encontraba con mi familia en Gibraltar y un amigo reportero del peñón me dio el soplo de que acababa de casarse allí el famoso actor. Pude hacerle unas fotografías y no veas el follón que me montó al verme. Vino derecho hacia mí con un periódico enrollado para darme con el en la cabeza. Era un hombre con muy malas pulgas, tiempo después me persiguió para sacudirme con un palo de golf.

P.: ¿En qué situación te has visto más en peligro?
T.: En una ocasión me contrataron de un periódico escocés para que cubriera la información de un juicio en Estepona contra una banda muy peligrosa de aquel país. Esa gente debió darse cuenta de mi trabajo y un día se me acercó una mujer y me hizo varias fotos, supongo que para que la banda me tuviera fichado. Ya no volví por allí… porque esa era una banda de asesinos.