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Andrés Iniesta y Ana Ortiz: la vida de millonarios del futbolista, su mujer y sus 5 hijos

Establecidos en Japón desde 2018, Iniesta y su mujer han sabido gestionar sus negocios para llevar una vida familiar de lo más cómoda y holgada

Andrés Iniesta y su mujer, Anna Ortiz.

Andrés Iniesta y su mujer, Anna Ortiz.

María Alba

Hace ya cinco años que Andrés Iniesta y Anna Ortiz hicieron las maletas y se trasladaron al otro lado del mundo. El futbolista comenzaba en Japón una nueva etapa, jugando en el Vissel Kobe tras 17 años en el FC Barcelona.

Su etapa en el país del sol naciente no puede ser más fructífera: el de Fuenteabilla sigue en activo a sus 38 años (aunque en este 2023 vence su contrato con su equipo japonés y aún no se sabe nada de su renovación) y sus negocios paralelos al fútbol le permiten vivir tanto a él como a su mujer y sus cinco hijos, de una manera más que holgada.

En 2021 salía a la luz que Andrés Iniesta ocupaba el puesto 48º de los 50 deportistas mejor pagados del mundo, siendo el único español de la lista: el centrocampista se embolsa por cada temporada en el Vissel Kobe unos 30 millones de euros, a los que hay que sumar otros 7 gracias a patrocinios.

Andrés Iniesta juega como centrocampista en el Vissel Kobe.

Andrés Iniesta juega como centrocampista en el Vissel Kobe.

Andrés Iniesta, Anna Ortiz y su numerosa familia

Andrés y su chica, que antes de salir con el futbolista que marcó el gol que dio la victoria a España en el Mundial de 2010 trabajaba como peluquera, viven ahora una vida de lujos al otro lado del mundo.

Desde 2018 residen en la ciudad de Kobe, en Japón, junto a sus cinco hijos: Valeria, de 12 años; Paolo, de 7, Sienna, de 5; Romeo, de 4 y Olympia, que solo tiene tres meses.

Pero no solo han sido golpes de suerte en su vida: Andrés y Anna tuvieron que hacer frente a la pérdida de su segundo hijo, en el 8º mes de embarazo. Sin duda un durísimo golpe que dejó muy marcados a ambos.

La pareja supo recomponerse ante la adversidad, y seguir adelante con su sueño de formar una familia numerosa. ¡Y vaya si lo han conseguido!

Andrés Iniesta y Anna Ortiz, en un viaje a París.

Andrés Iniesta y Anna Ortiz, en un viaje a París.

Los negocios de Andrés Iniesta lejos del fútbol

Consciente de que su millonario sueldo como jugador profesional no durará para siempre, el futbolista decidió hace muchos años no poner todos los huevos en la misma cesta, y diversificó sus negocios para, de cara a las precoces jubilaciones de su profesión, no tener que renunciar a su altísimo tren de vida.

Así, Andrés cuenta con varios y muy dispares negocios. Junto a Anna Ortiz ha fundado una firma de calzado urbano, y hace poco abrieron su segunda tienda en Barcelona (la 1º está en Japón). Aunque el de Albacete ha reconocido que aún no se ha atrevido a diseñar, sí que se ha convertido en el mejor modelo de su marca:

Además de sus zapatillas, Iniesta y sus padres son propietarios de Bodegas Iniesta, e incluso exportan su vino a Asia. Eso sí, según prensa económica especializada, "la bodega no ha dado beneficios desde su fundación en 2011, aunque los números rojos de 2021 son los más bajos desde 2012", recalca El País.

La entrada de Bodegas Iniesta.

La entrada de Bodegas Iniesta.

Para compensar las pérdidas de su negocio de vinos hasta que remonte y comience a dar beneficios, Andrés también posee desde 2018 una agencia de representación y derechos de imagen que el pasado año dio un importante giro hacia el gaming, eSports y el contenido audiovisual, como han hecho otros compañeros suyos del FC Barcelona como Piqué o Carles Puyol.

Un lujoso apartamento y numerosos viajes

En Kobe, además de una familia, Iniesta y su mujer han formado un hogar: la pareja vive en un espectacular apartamento con vistas a la ciudad y a la bahía de Osaka, que hemos podido ver en alguna ocasión en redes sociales.

Además, la pareja se escapa siempre que puede a hacer algún viajecito romántico juntos:

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Cuando sus trabajos no les obligan a viajar (suelen visitar Barcelona con mucha frecuencia), la pareja adora pasar tiempo en su hogar con sus hijos, ¡y hasta usan su sala de juegos como gimnasio!

La vivienda parece estar en un piso alto, por lo que las vistas y la luz natural, como podemos ver, están más que aseguradas.

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