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Ocho lugares del mundo donde mandan las mujeres

Existen pueblos en los que ellas heredan, gestionan la economía y disfrutan de prestigio e independencia por el simple hecho de ser del género femenino

Mujeres de la villa de Umoja, en Kenia, poblada solamente por mujeres.

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¿Sabías que hay sitios de este planeta en los que cada día es el Día de la Mujer? ¿Sientes curiosidad? Pues sigue leyendo, porque vamos a explicarte en qué rincones de la Tierra las mujeres tienen el poder, representan la autoridad, transmiten las propiedades, la tierra, las tradiciones y los apellidos, son las únicas herederas y se ocupan de las finanzas, la ley y el bienestar social. Ah y, si quieren, se casan con quien quieran; no con quien les digan.

Umoja, Kenia, ciudad prohibida para los hombres

La historia que hay detrás de las mujeres de Umoja –"unidad", en swahili– es durísima. Porque fue fundada en 1990, por la matriarca Rebecca Lolosoli, que tuvo el valor de denunciar a los soldados británicos de una base militar cercana, que violaban a las mujeres de su tribu, los samburu.

Es más, cuando ellas se lo contaban a sus maridos, éstos no hacían nada por defenderlas, al contrario, las consideraban una vergüenza para la familia y las repudiaban. Por eso, en Umoja los hombres están prohibidos y sólo viven mujeres que, aunque son de etnia samburu, se han ganado el derecho a pertenecer a la poderosa tribu de las supervivientes.

En esta aldea, que se mantiene gracias al turismo y a la venta de artesanía, no hay matrimonios forzados en la niñez ni violencia machista ni mutilación genital, prácticas habituales entre los samburu. En cambio, se promueve la libertad y la independencia de las jóvenes y la igualdad, a través de la educación en su escuela, a la que asisten hijas e hijos de estas mujeres pero también de otras aldeas que tienen un sistema patriarcal.

Wodaabe, Nigeria: la poligamia es una cuestión femenina

Esta tribu, una de las pocas nómadas que aún quedan en África, se caracteriza por que son ellas las que gobiernan, las que tienen el poder. Y eso se nota en algunas de sus tradiciones más arraigadas. Por ejemplo, la del matrimonio.

Es cierto que algunos padres arreglan las bodas para sus hijas desde su nacimiento, pero la gran diferencia con otras comunidades es que este compromiso puede romperse en cualquier momento sin represalias ni estigmatización para ellas. Y no sólo eso. En esta sociedad africana existe también la poligamia, un derecho del que únicamente tienen permitido disfrutar las mujeres.

Esto quiere decir que las casadas pueden tener más de un marido, mientras que las solteras gozan de libertad absoluta para tener relaciones sexuales con quien quieran y cuando quieran, sin que nadie las juzgue por ello.

Otro de los ritos más sorprendentes de la etnia wodaabe es el llamado festival Gerewol, una celebración anual en la que los hombres de la tribu se arreglan, se maquillan y se visten para, durante una danza tradicional llamada yaake, conseguir llamar la atención de las mujeres y así ser elegidos como esposos.

Una mujer junto a su hijo, en Wodaabe, Nigeria. 

Bribri, Costa Rica: la tierra y las tradiciones, en manos de las mujeres

En la región de Talamanca, en Costa Rica, cerca de la frontera con Panamá, viven las mujeres bribri en una comunidad matrilineal, que se mantiene sobre todo gracias al cultivo sostenible del cacao y el plátano, y a la ganadería.

En esta sociedad, que se divide en clanes, liderados siempre por una mujer, son ellas las que tienen el poder y toman las decisiones. Además, las tierras, las propiedades y también las tradiciones, centradas en el simbolismo del cacao, se transmiten a través de las mujeres.

Y es que, como cuenta la leyenda, los dioses convirtieron a una mujer en el árbol de este fruto y, por eso, sólo a ellas se les permite preparar la bebida tradicional del cacao, que se usa en rituales sagrados. "Lo bebemos para los matrimonios, cuando una persona muere, cuando estamos embarazadas por primera vez. El cacao es la purificación; representa nuestra sangre", explica una de las líderes del pueblo bribri.

Solamente las mujeres pueden preparar el cacao en Bribri. 

Khasi, Garo y Jaintia: ellas eligen si se casan y con quién

En un país en que el 80% de los matrimonios son concertados y el suicidio es la principal causa de muerte entre las jóvenes por motivos relacionados con estas bodas, las mujeres khasi, garo y jaintia, en la región india de Meghalaya, tienen la libertad de elegir si se casan, cuándo y con quién.

Y siempre pueden echar a sus maridos de su casa si han sido o son violentos, alcohólicos o no aportan nada al hogar. Además, las mujeres no sufren restricciones sociales de ninguna clase, pueden salir siempre que les apetezca y vestir como les dé la gana, y muchas trabajan, dirigen negocios y administran su dinero.

Prueba de la buena salud de estas etnias a nivel de género es que en Meghalaya la alfabetización de las mujeres supera el 70%.

Las mujeres de Khasi, Garo y Jaintia no sufren restricciones sociales de ninguna clase. 

Minangkabau, Indonesia: una sociedad sin guerra de sexos

En la isla de Sumatra nos encontramos con un caso sorprendente, ya que los minangkabau son una sociedad matriarcal en medio del mundo islámico. No sólo eso. Es la más grande que existe en la actualidad, ya que está formada por más de cuatro millones de personas cuyos linajes llevan nombre de mujer.

Otras características de los minangkabau son que basan su convivencia en el acuerdo mutuo entre los dos sexos, las hijas heredan las propiedades, los niños toman el nombre de su madre y el hombre es quien se muda a casa de la esposa, siendo considerado un huésped.

Además, las mujeres también transmiten el Adat, que es su filosofía de vida, sus valores y sus tradiciones.

En Minangkabau el hombre es quien se muda a casa de la esposa.

Bijagó, Guinea Bisau: las dueñas de la vida social y la familiar

En la isla de Orango Grande, habitada por el pueblo bijagó, las mujeres tienen la voz cantante. Ellas deciden y se encargan de gestionar la ley y la economía, dirigir y aconsejar a la comunidad y también de cuestiones tan prácticas como, por ejemplo, marisquear, procesar los alimentos y organizar los cultivos.

Pero, por encima de todo, a las mujeres bijagó se las respeta como dueñas absolutas de la casa y de la tierra. Sí, de la casa, porque, aparte de su responsabilidad social, las bijagó asumen la responsabilidad familiar y transmiten su saber a sus hijas e hijos y se hacen cargo de las labores domésticas.

Por su parte, los hombres, a quienes se considera débiles por naturaleza, se ocupan de la pesca, la caza y la recolección de los frutos de la selva.

En Bojagó, a los hombres se les considera débiles por naturaleza. 

Akan, Ghana: ellas controlan la riqueza y reciben el apoyo de los hombres

Las mujeres de esta etnia forman una sociedad que se rige por lo que los expertos denominan una ginocracia (gobierno de las mujeres) encubierta.

Las akan disfrutan de poder, riqueza, prestigio, libertad e independencia. Las fundadoras de los clanes que componen esta comunidad son mujeres y los hombres ocupan posiciones de liderazgo, desde las que deben apoyar siempre a su familia y también a sus parientes femeninos.

Las tierras, propiedades y casas se consideran propiedad del linaje y, por lo tanto, se transmiten a través de las mujeres, mientras que los hombres pueden pasar a sus descendientes lo que han ido consiguiendo a lo largo de su vida.

En Akan las mujeres disfrutan de poder e independencia. 

Mosuo, China: donde ellas gobiernan y aman con libertad absoluta

En las laderas del Himalaya, junto al lago Lugu, se encuentra la comunidad mosuo, en la que no existen palabras para "guerra" o "violación".

En esta sociedad matrilineal formada por clanes, gobernados por la "dabu" –la mujer de más edad de la familia–, el patrimonio se hereda de madres a hijas y son ellas las que establecen las normas, se ocupan de la economía y de criar a sus hijos.

Una de las peculiaridades de los mosuo es que no existe el matrimonio, las parejas duran en función del afecto que se tengan, los amantes no viven bajo el mismo techo, a los hombres no se les reconoce la condición de padres y los niños son criados en casa de la madre.

Además, las mujeres pueden elegir y cambiar de pareja tantas veces como quieran, con total libertad.

En Mosuo las parejas duran en función del afecto que se tengan.