Así es la vida en Bután, el país más feliz del mundo
Bután es un pequeño país entre montañas que ha enamorado al mundo con su forma de vivir: priorizan la felicidad y cuidan del planeta. Un lugar donde el bienestar de todos importa más que el dinero

Enclavado entre las majestuosas montañas del Himalaya, Bután es un pequeño reino que ha capturado la atención mundial por su enfoque único hacia el bienestar y la felicidad de sus ciudadanos.
Conocido como el "Reino de la Felicidad", este país ha adoptado políticas y prácticas que priorizan la calidad de vida sobre el crecimiento económico tradicional.
¿Quieres saber cómo se vive en Bután, el país más feliz del mundo? ¡Te lo contamos!
🌿 Un modelo de desarrollo basado en la felicidad

A diferencia de la mayoría de los países que utilizan el Producto Interno Bruto (PIB) como principal indicador de progreso, Bután ha implementado la Felicidad Nacional Bruta (FNB) como su medida clave. Este índice, propuesto por el rey Jigme Singye Wangchuck en 1972, evalúa 9 dimensiones: bienestar psicológico, salud, educación, uso del tiempo, vitalidad comunitaria, cultura, medio ambiente, nivel de vida y buen gobierno.
El primer ministro Tshering Tobgay ha enfatizado que el objetivo último del crecimiento económico debe ser la felicidad y el bienestar de la población.
🎓 Educación para la felicidad

En Bután, la educación no solo se centra en materias académicas tradicionales. Los estudiantes reciben clases obligatorias de Felicidad, donde aprenden sobre meditación, empatía y valores comunitarios. Esta iniciativa busca cultivar una mentalidad positiva desde una edad temprana, promoviendo el bienestar emocional y social.
🌍 Compromiso con el medio ambiente

Bután es el único país del mundo con una huella de carbono negativa, gracias a sus vastos bosques que cubren más del 70% del territorio y políticas ambientales estrictas.

El gobierno ha implementado medidas como la prohibición del plástico y la limitación del tráfico vehicular para preservar su entorno natural.
🏹 Tradiciones vivas

La cultura butanesa está profundamente arraigada en el budismo y las tradiciones ancestrales. El tiro con arco es el deporte nacional, y las competiciones son eventos sociales llenos de música y danza.
Una curiosidad notable es la presencia de símbolos fálicos pintados en las casas y templos. Esta práctica se remonta al siglo XV y está asociada con el santo budista Drukpa Kunley, conocido por sus métodos poco ortodoxos para enseñar el budismo.
🎤 Un evento histórico

Ed Sheeran ha sido el primer artista internacional en actuar en Bután
En enero de 2025, el cantante británico Ed Sheeran realizó un concierto histórico en el estadio Changlimithang de Timbu, convirtiéndose en el primer artista internacional en actuar en Bután. Sheeran expresó su admiración por la belleza del país y su compromiso con la sostenibilidad.
🚶♂️ Turismo sostenible

Bután ha adoptado un enfoque de turismo de "alto valor y bajo volumen", limitando el número de visitantes y estableciendo una tarifa diaria de aproximadamente 250 dólares. Esta política busca preservar la cultura y el medio ambiente, asegurando que el turismo beneficie a la comunidad local.
De hecho, este pequeño país prohibió la entrada de turistas hasta 1974 y todavía hoy el acceso está muy restringido. Los viajes a Bután han de realizarse, obligatoriamente, a través de una agencia autorizada
El Nido del Tigre: una joya colgada del Himalaya

El monasterio de Taktsang Palphug, más conocido como el Nido del Tigre, es uno de esos lugares que te dejan sin aliento. Y no solo por su belleza, sino por su espectacular ubicación: ¡está encajado en un acantilado a más de 3.000 metros de altura! Detrás, vigilando en silencio, se alza el majestuoso Jomolhari, una cima nevada de más de 7.300 metros.
Su nombre tiene origen en una antigua leyenda butanesa. Cuenta que el Gurú Rinpoché (también llamado Padmasambhava), el maestro indio que llevó el budismo al Tíbet, llegó hasta aquí en el siglo VIII… ¡volando a lomos de una tigresa! Se detuvo a meditar en una cueva donde hoy se levanta el monasterio y permaneció allí exactamente tres años, tres meses, tres semanas, tres días y tres horas.
Para los butaneses, subir al Nido del Tigre al menos una vez en la vida es casi un deber espiritual. Y para los viajeros que llegan hasta aquí, se convierte en una experiencia inolvidable. No es fácil llegar: solo se puede acceder a pie o a caballo. Pero te aseguramos que cada paso merece la pena. Las vistas son de película y la energía que se respira en el templo transmite una paz difícil de explicar con palabras.
🌄 Un país de contrastes

Aunque Bután es reconocido por su enfoque en la felicidad y la sostenibilidad, también enfrenta desafíos como el desempleo juvenil y la emigración. A pesar de estos problemas, el país continúa siendo un ejemplo de cómo es posible priorizar el bienestar y la armonía con la naturaleza en la búsqueda del desarrollo.
Las curiosidades de Bután

Bután es uno de esos rincones del mundo donde el tiempo parece ir a otro ritmo. Para que te hagas una idea: la televisión llegó por primera vez hace poco más de 20 años y el turismo no se permitió hasta hace menos de 50. Fue el último país del mundo en tener tele y acceso a internet, y lo cierto es que hoy en día siguen sin ser algo habitual.

Allí las pantallas no son protagonistas: lo son la naturaleza, la espiritualidad y las relaciones entre personas.

El aeropuerto internacional es muy pequeñito y solo vuelan dos compañías locales. ¿Lo más curioso? Que solo hay ocho pilotos en todo el mundo autorizados a aterrizar allí. La pista es tan complicada que, cada vez que un avión llega o despega, ¡tienen que cortar la carretera que da acceso al aeropuerto!
Con una población de unos 750.000 habitantes repartidos en 40.000 kilómetros cuadrados, Bután ha sabido proteger su forma de vida.

Bután nos enseña que la verdadera riqueza no siempre se mide en términos económicos, sino en la calidad de vida, la conexión con la comunidad y el respeto por el entorno natural.