Cómo prevenir ictus e infartos
El ictus y el infarto siguen siendo dos de las principales causas de muerte en España. Con hábitos saludables y revisiones médicas regulares, es posible reducir el riesgo y cuidar el corazón
La cefalea tensional produce dolor a ambos lados de la cabeza.
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las grandes amenazas para la salud. Aunque los avances médicos y los programas de prevención han mejorado la esperanza de vida, el ictus y el infarto continúan situándose entre las principales causas de muerte en España.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, las enfermedades isquémicas del corazón provocaron más de 26.000 fallecimientos en 2024, mientras que los accidentes cerebrovasculares —como el ictus— fueron responsables de más de 22.000 muertes.
Por qué es vital cuidar las arterias
Los nutricionistas y profesionales de la salud han advertido sobre esta dieta.
Las arterias transportan la sangre oxigenada desde el corazón a todos los órganos del cuerpo. Cuando se deterioran —por exceso de colesterol, tabaquismo o falta de ejercicio— pierden elasticidad y se estrechan, dificultando el flujo sanguíneo. Esto puede desencadenar problemas cardiovasculares graves, como la hipertensión, la aterosclerosis, el infarto de miocardio o el ictus.
Qué es un ictus y por qué ocurre
Hacer deporte regula los niveles de tensión arterial altos y, además, aleja el estrés, un factor de riesgo cardiovascular.
Un ictus se produce cuando el flujo de sangre hacia una zona del cerebro se interrumpe. Puede deberse a la obstrucción de una arteria por un coágulo (ictus isquémico) o a la rotura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico). En ambos casos, las neuronas dejan de recibir oxígeno y nutrientes, lo que puede causar secuelas graves si no se actúa de inmediato.
Qué es un infarto
Determinados hábitos, como el deporte, y una alimentación sana son la clave para evitar dolencias cardiovasculares.
Por su parte, el infarto de miocardio ocurre cuando una arteria coronaria se bloquea de forma súbita, impidiendo que la sangre llegue al músculo del corazón. El tejido cardíaco, privado de oxígeno, comienza a dañarse rápidamente. Los síntomas clásicos —dolor en el pecho, falta de aire, fatiga extrema o náuseas— requieren atención médica urgente.
Factores de riesgo: lo que sí puedes controlar
¿Te gustaría dejar de fumar? Hablamos de las mejores técnicas y tratamientos contra el tabaquismo.
La mayoría de los factores que dañan las arterias dependen directamente del estilo de vida.
El tabaquismo es uno de los principales enemigos: fumar multiplica por seis el riesgo de sufrir un ictus y adelanta en casi una década la aparición del infarto en comparación con las personas no fumadoras.
La hipertensión arterial también es clave: la presión alta daña la pared interna de las arterias, favoreciendo la acumulación de grasa y la rigidez vascular.
La mala alimentación, rica en grasas saturadas, azúcares y sal, eleva el colesterol y los triglicéridos, mientras que la vida sedentaria reduce la capacidad del corazón y empeora la circulación. A esto se suma la diabetes, la obesidad y el estrés prolongado, que aumentan el riesgo de inflamación y el deterioro de los vasos sanguíneos.
Cómo mantener las arterias jóvenes y fuertes
Muévete cada día
No es necesario correr maratones ni pasar horas en el gimnasio. Caminar, bailar, nadar o montar en bicicleta son actividades muy beneficiosas. Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine demostró que las mujeres mayores que caminaban 4.000 pasos al día, dos veces por semana, reducían un 27% el riesgo de enfermedad cardiovascular y un 26% el de mortalidad. Si esa actividad se realizaba tres veces por semana, la reducción alcanzaba el 40%. El movimiento estimula la circulación, mejora el tono de las arterias y ayuda a mantener un peso saludable.
Una dieta sana y equilibrada ayuda a prevenir los problemas de corazón.
Come para proteger tu corazón
La Fundación Española del Corazón recomienda seguir la dieta mediterránea, rica en aceite de oliva virgen extra, pescado azul, frutas, verduras y cereales integrales.
Conviene reducir los lácteos enteros, sustituir la mantequilla por aceite de oliva, limitar la carne roja y retirar la grasa visible y la piel del pollo antes de cocinarlo. Los métodos de cocción más saludables son el vapor, el asado, el hervido o la plancha.
Además, se aconseja no comer en exceso y aumentar el consumo de antioxidantes, como el resveratrol presente en las uvas rojas y los frutos del bosque, que ayuda a combatir el envejecimiento arterial y la inflamación.
Pese a estar socialmente aceptado, no hay que olvidar que el alcohol es una droga más. ¡Te contamos los riesgos de beber en exceso!
Di adiós al tabaco y limita el alcohol
No existe una cantidad “segura” de tabaco. Dejar de fumar mejora la circulación en pocas semanas y reduce drásticamente el riesgo de ictus e infarto.
El alcohol, por su parte, debe consumirse con mucha moderación. El abuso aumenta la presión arterial y puede provocar arritmias o daño cerebral. En jóvenes, sustancias como la cocaína o las anfetaminas se han relacionado con ictus hemorrágicos incluso en personas sin factores de riesgo previos.
Los ejercicios de relajación y las respiraciones profundas ayudan a rebajar el estrés
Aprende a gestionar el estrés
El estrés crónico eleva el nivel de cortisol, la hormona que, en exceso, afecta a la presión arterial y la función cardíaca. Realizar ejercicios de respiración, practicar yoga o pasear por la naturaleza ayuda a reducir esa tensión. De hecho, diversos estudios demuestran que pasar tiempo en espacios verdes disminuye la hormona del estrés y mejora la salud cardiovascular.
Además, respirar aire limpio y evitar la contaminación ambiental contribuye a mantener las arterias limpias y flexibles.
Uno de cada dos españoles tiene el colesterol alto, pero no lo sabe, ya que sólo se detecta con un análisis de sangre.
No olvides las revisiones médicas
Controlar la presión arterial, el colesterol LDL, la glucosa en sangre y el peso corporal permite detectar a tiempo posibles alteraciones. La prevención médica es una herramienta clave para actuar antes de que aparezcan los síntomas.
Las preguntas más buscadas sobre las arterias y el corazón
Seguir una dieta equilibrada rica en verduras y frutas protege la salud del páncreas.
¿Cuánto ejercicio necesito para proteger mis arterias?
Los especialistas recomiendan realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada. Si no dispones de mucho tiempo, caminar media hora al día o subir escaleras ya aporta beneficios.
¿Qué alimentos debo evitar?
Evita los productos ultraprocesados, los embutidos grasos, la bollería industrial, los refrescos azucarados y los alimentos fritos. Todos ellos favorecen la acumulación de grasa en las arterias.
¿Cómo sé si tengo riesgo de ictus o infarto?
Tu médico puede calcular tu riesgo vascular con escalas específicas (como SCORE2). Si fumas, tienes el colesterol alto o antecedentes familiares, conviene realizar un chequeo anual.
Si sufres mareos a menudo, no lo dejes pasar. Consulta con tu médico y atento a nuestros consejos.
¿Se puede revertir el daño arterial?
Aunque el daño ya establecido no siempre se revierte por completo, sí es posible frenar su avance y mejorar la salud de las arterias al modificar los factores de riesgo: dejar de fumar, perder peso, controlar la tensión y seguir una dieta equilibrada.
¿A qué edad debo empezar a cuidarme?
Los cardiólogos insisten: nunca es demasiado pronto. Aunque el riesgo aumenta con la edad, cada vez se detectan más infartos en personas de entre 40 y 55 años, sobre todo en quienes fuman o tienen prediabetes.
¿Cuáles son los síntomas de alarma?
Ante entumecimiento repentino, mareo súbito, dificultad para hablar, pérdida de equilibrio, dolor torácico, náuseas o visión borrosa, se debe acudir inmediatamente a urgencias. Estos pueden ser signos de un ictus o un infarto en curso.
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