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Intoxicaciones alimentarias: cómo prevenirlas en verano

En los meses de calor estos trastornos son más frecuentes y aún es más importante implementar unas normas para que los alimentos se conserven en buen estado

Verano, calor, desplazamientos… el cóctel perfecto para que proliferan los microorganismos en la comida. Una infección o intoxicación alimentaria nace cuando ingerimos alimentos contaminados por bacterias (como la salmonela, listeria monocytogenes, campylobacter, escherichia coli), virus (norovirus, hepatitis A) o parásitos (toxoplasma, anisakis).

Náuseas, vómitos, calambres, diarrea, a veces fiebre, son los síntomas que aparecen. Aunque suelen desaparecer a los pocos días en la mayoría de casos, en bebés, embarazadas, personas mayores o con enfermedades crónicas, el peligro es mayor sobre todo porque pueden deshidratarse más rápidamente por los vómitos y la diarrea.