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Regálate un tiempo para cuidar tu piel…

E.M

Y es que pensar que, bajo todas esas capas de ropa, se esconde un cuerpo perfumado y de tacto sedoso, te hará sentir poderosa. ¡Date el gusto!

¿Desde cuándo cuidar la piel es una rutina monótona? Enciende unas velas en el baño, ponte una música relajante y regala a tu cuerpo una sesión de relax.

Resetea la piel. Antes de empezar con la hidratación, toca regenerar. Aparte de mantenerla más lisa y suave al tacto, la exfoliación dispara la eficacia de los tratamientos que apliques a continuación. Manos a la obra: extiende sobre la piel húmeda una loción exfoliante o bien añade a la dosis de gel que vayas a emplear maicena o posos de café. Con ayuda de una manopla de toalla, realiza masajes circulares.

Un baño de hidratación. ¡Ahora sí! Llena la bañera y sumérgete en el agua caliente. Nuestro consejo "top" es que deshagas una burbuja o una bomba de baño, una auténtica explosión de hidratación. El equivalente casero es diluir en el agua de la bañera un vaso de harina de avena y otro más de leche en polvo. ¡Funciona!

Un baño de suavidad, libre de agresiones

Para que la ducha no dañe la barrera cutánea, su mejor manto de protección, sigue estos consejos. Tiempo. La duración óptima de un baño debe estar entre los 10 y los 20 minutos. ¿La ducha? Cuanto más corta, mejor. Lo ideal es entre 5 y 7 minutos.

 

Temperatura. Lo mejor es que se sitúe entre los 32 y los 35 grados, más que suficiente para que los poros se dilaten y estén receptivos a los tratamientos cosméticos. Por encima de esa temperatura, favorece la sequedad y la flacidez. 

Gel de baño. Utiliza un gel de hidratación profunda o un aceite de ducha –algunos de ellos se transforman en espuma al contacto con la piel–. Si no es con uno de estos productos, los dermatólogos recomiendan reducir el uso del jabón a las zonas íntimas, las axilas, las manos y los pies.

Hidratación, la base de una piel perfecta

La tirantez, la descamación y la falta de elasticidad son síntomas de sequedad extrema. Y, si no tomas medidas urgentes, serán la antesala de la flacidez.

Aceite, elixir de juventud. Si te gustan las texturas oleosas, extiende un aceite corporal sobre la piel ligeramente humedecida para multiplicar así su poder de penetración. Los hay para todos los gustos: de tacto seco, con partículas nacaradas que dejan un velo iridiscente sobre la piel, con activos anticelulíticos o reafirmantes, como el abedul, el romero o el geranio, etc. ¿Sabías que la piel está compuesta en un 70% por agua? Lo mejor de los aceites corporales es que retienen el agua y alargan el efecto hidratante y reparador. 

 

¿Prefieres el formato crema? Sobre la piel seca, embadúrnate con una loción que aporte tanto ingredientes que atraigan el agua hacia el interior de la epidermis –la urea, por ejemplo– como lípidos emolientes (manteca de karité, aceite de almendra o de aguacate, etc.) que acentúen la función barrera de la piel. Insiste en el escote, los brazos y las piernas, las zonas más expuestas al frío.

Espectaculares a los 50 años

Es cuestión de genética o... ¿hay algo más?

 

Jennifer López. La clave para lucir esos glúteos compactos y ese vientre de acero es hacer ejercicios de tonificación –sentadillas, zancadas, abdominales– con cargas de peso. Entrena más de dos horas diarias y cuando está de gira puede pasar hasta seis horas bailando.

Mar Flores. Además de comer sano, le encanta ir en bici, dar largos paseos, nadar y practicar submarinismo. La constancia es su gran aliada y no duda en levantarse a las cinco de la madrugada para hacer sus sesiones de yoga. 

Jennifer Aniston. Suele desayunar un "smoothie" con frutos rojos y espinacas. Esta bebida –¡vitamina C en vena!– potencia la firmeza de la piel. Le gusta, no obstante, entrenar en ayunas para "tirar" de las reservas de grasa acumuladas.