Rostro luminoso y fresco: todos los trucos que necesitas
Conoce todos los aspectos para revivir la luminosidad y la juventud de un rostro apagado. ¡Te contamos todos los detalles!
Descubre qué mascarillas faciales puedes elaborar en casa para proporcionar brillo y frescura a la piel de tu rostro.
Lucir un cutis perfecto, luminoso y fresco es uno de los objetivos más deseados en el cuidado facial. Un rostro vivo e hidratado es sinónimo de salud. ¿Ha perdido la piel de tu rostro su aspecto más juvenil? En Pronto.es guardamos bajo llave los secretos para devolverle a tu cara una expresión de frescura y belleza. ¿A qué esperas para ponerlos en práctica?
Si has probado toda clase de cremas y cosméticos para limpiar y mimar tu rostro pero no consigues mejorar su textura y apariencia, no tires la toalla, ¡repasa los trucos más efectivos para conseguir un cutis fresco y luminoso!
¿Cómo tener una piel suave y luminosa?
Tanto si eres nueva en el mundo de la cosmética como si ya tienes una rutina de belleza específica para tu tipo de piel, conviene repasar los consejos más sencillos y efectivos que le darán a tu cutis una apariencia más saludable.
¡Toma nota!
1. Adecuar la rutina de belleza a nuestro tipo de piel
En nuestro día a día debemos establecer una rutina de belleza que mantenga nuestro cutis hidratado, limpio y libre de los agentes externos como la contaminación y la suciedad que terminan perjudicando la piel de nuestro rostro.
Así pues, a grandes rasgos podríamos dividir esta rutina de belleza facial en dos partes: la diurna y la nocturna, ambas totalmente imprescindibles y distintas a la vez.
Es decir, la rutina diurna se realiza exclusivamente para atender a las necesidades de la piel durante el día: exposición al sol, a la contaminación, a la fatiga de la jornada, etc. Por otro lado, la rutina nocturna se centra en proporcionar, a través de los cosméticos adecuados, un proceso de recuperación, descanso a la piel con el fin de lograr la regeneración celular.
Además de tener en cuenta la necesidad de practicar estas dos rutinas, es imprescindible conocer las necesidades de nuestra piel dependiendo de su tipo, ya sea normal, seca, mixta, deshidratada, sensible, etc. De esta manera lograremos proporcionarle a nuestra piel los ingredientes que necesita para lucir su mejor versión.
¡Descubre toda la información para poner en práctica la rutina facial de noche y de día!
2. Utilizar protector solar a diario
Aunque pueda parecer un paso innecesario en muchos casos, lo cierto es que todo tipo de piel necesita protegerse frente a los rayos solares, y cada vez con más frecuencia debido a su intensidad en las horas cruciales del mediodía.
Incluso en días nublados se recomienda utilizar un fotoprotector con un SPF 50+, ya que la piel del rostro es la más sensible y tiende a sufrir los efectos del sol en mayor medida. No olvides este paso, ya no solo por salud, sino también para evitar el envejecimiento prematuro de la piel del rostro y la aparición de arrugas.
3. Limpieza e hidratación
Si debiéramos simplificar las rutinas de belleza facial en dos pasos, los indispensables serían la limpieza y la hidratación.
Estos dos pasos son muy importantes para mantener el cutis saludable, libre de impurezas y falto de hidratación o vitaminas. Así que escoge un jabón y una crema hidratante adecuados a tu tipo de piel para proporcionarle un aspecto joven, luminoso y fresco.
¡Te ayudamos a escoger tus cosméticos según la piel de tu rostro!
4. Exfoliación y aporte de vitaminas
Una vez hemos adquirido el hábito y conocemos la importancia de limpiar e hidratar nuestro cutis dos veces al día, para lograr el objetivo de lucir un rostro fresco y luminoso debemos dar un paso más allá e introducir la exfoliación y el aporte de vitaminas en nuestra piel.
Dependiendo de nuestro tipo de piel, la exfoliación podrá ser semanal o quincenal, siendo la más asidua indicada para los rostros normales, mixtos, grasos y secos y, en el caso de las pieles reactivas, deshidratadas y sensibles esa exfoliación se realizaría dos veces al mes para no escamar o debilitar el cutis.
Por otro lado, que nuestra piel del rostro reciba vitaminas es un beneficio común para todo tipo de pieles y puede administrarse a través de los sérums, las cremas, los tónicos, los aceites, etc.
Consulta aquí los cinco activos antiedad par una piel más joven.
5. Cuida tu alimentación
Por último, aunque no menos importante, cuidar de nuestra alimentación repercutirá directamente sobre la salud de nuestra piel en general, y donde más lo notarás será en tu rostro. Disminuir el consumo de azúcar (o erradicarlo por completo) devolverá el brillo a tu piel y te alejará del temido acné.
Hidratarse por dentro y por fuera es también un paso imprescindible para presumir de cutis saludable.
Así pues, apuesta por una alimentación equilibrada y sana, consume frutas y verduras a diario y restringe todo lo que puedas los alimentos ultraprocesados.
Mascarilla facial casera: un extra de luminosidad
Las mascarillas faciales suelen ser un remedio muy efectivo si las utilizas con frecuencia, al menos una vez a la semana, y como complementación de tu rutina de belleza diaria.
Caseras o ya preparadas, considera esta opción para introducirla en tu vida y logra ese efecto iluminador y fresco en tu rostro. Dependiendo de las necesidades de tu piel puedes escoger entre las más naturales, elaboradas a base de ingredientes como el yogur, el aguacate, la miel, avena, etc. Cada ingrediente puede ayudarte a atajar cualquier imperfección para lucir tu mejor versión.
¡Apunta las más populares!
1. Naranja con miel
La naranja, un ingrediente rico en vitamina C nos ayudará a proporcionarle luminosidad a nuestro rostro y, añadiéndole la miel, gracias a su capacidad hidratante, conseguiremos activar el poder reafirmante para que luzca más joven. ¡Así puedes prepararla!
Haz zumo de una naranja entera y añádele una cucharadita de miel. Mediante masajes circulares, aplica la mezcla sobre el rostro y espera a su absorción. Después podrás enjuagar el cutis con agua tibia y secar a golpecitos. ¡Pruébala a diario, te encantará el resultado!
2. Yogur con aceite de almendras
Tanto el yogur como el aceite de almendras consiguen efectos realmente reparadores sobre nuestra piel. Por su parte, el yogur, gracias a su acción reparadora del pH de la piel, evita la aparición de puntos negros y las consecuentes marcas de acné que afean el rostro. Por otro lado, añadirle unas gotitas de aceite de almendras proporcionará el brillo y la luz que tu rostro necesita para lucir rejuvenecido y fresco. ¡Toma nota!
Mezcla dos cucharadas de yogur natural con media cucharadita de aceite de almendras dulces y unas gotitas de aceite de sándalo (opcional). Aplica el resultado sobre tu rostro limpio y seco y deja que absorba durante 20 minutos antes de retirarlo con agua tibia. ¡Puedes repetir dos o tres veces a la semana!
3. Aguacate con plátano
Ingredientes como el aguacate y el plátano podemos utilizarlos también para elaborar nuestras mascarillas. Estas frutas unidas en una mascarilla son ideales para aquellas pieles especialmente secas, ya que le proporcionarán un chute de elasticidad e hidratación para recomponer su aspecto fresco.
Además de hidratar, el aguacate protege frente a las agresiones externas, y actúa como barrera protectora, por lo que es ideal aplicarla por la mañana, antes de salir de casa. Por otro lado, el plátano se convertirá en imprescindible para nutrir y suavizar el cutis. ¡Ponte manos a la obra con ella!
Tan solo necesitarás medio aguacate maduro, un plátano y una cucharada de miel. Prepara una mezcla homogénea con el plátano y el aguacate y, por último, añade una cucharada de miel. Masajea mediante círculos sobre tu rostro y deja que actúe durante 10 o 15 minutos antes de retirar con agua tibia.
4. Manzanilla con miel
La miel, junto a la manzanilla, es la mezcla ideal para reparar un rostro apagado y lograr un efecto reafirmante.
Para preparar esta mascarilla casera necesitas una cucharada de manzanilla seca, media taza de agua y dos cucharadas de miel. ¿Todo listo? Empieza vertiendo la manzanilla en la media taza de agua hirviendo, déjala reposar hasta que coja temperatura ambiente, cuela el líquido y añade la miel.
Puedes aplicarla en tu rostro con un disco de algodón a golpecitos suaves, deja que se absorba sobre tu piel y retira los residuos con un paño limpio. Repite cada noche antes de acostarte. ¡Amanecerás renovada y con el cutis limpio, fresco y fino!
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