Felipe, un rey enamorado: todo lo que ha hecho por Letizia
Más de dos décadas después de su boda, el rey Felipe sigue tan enamorado como el primer día de la reina Letizia

Felipe y Letizia se mostraron de lo más simpáticos y cómplices en la entrega del Premio Cervantes.
El educador indio Sadhu Vaswani decía que "el amor verdadero es desinteresado. Está dispuesto a sacrificarse". Buena muestra de ello es la relación que, desde hace más de 22 años, mantienen los actuales Reyes de España, Felipe y Letizia, que ha madurado y crecido con el tiempo hasta convertirlos en una de las parejas más unidas de la realeza.
Felipe y Letizia, luchando por su amor

Felipe se enfrentó a sus padres y a la Corona para casarse con Letizia.
A menudo se enumera todo a lo que Letizia ha tenido que renunciar para estar con Felipe y convertirse en Reina, pero también él ha hecho importantes sacrificios para acoplar a la mujer a la que ama dentro de su peculiar mundo y mantenerla a su lado.
A los 35 años, y habiendo sido hasta entonces un príncipe heredero sin tacha, en el 2003, se enfrentó por primera vez a sus padres y a la institución monárquica, cuando comunicó su intención de casarse con la presentadora del Telediario de La1 de TVE Letizia Ortiz, una mujer plebeya de profesión “liberal” que, por si esto fuera poco, estaba divorciada. El rey Juan Carlos y parte del equipo de la Zarzuela mostraron serias reticencias, pero el heredero estaba completamente decidido a luchar por su amor y amenazó con renunciar a sus derechos dinásticos si no se podía casar con ella. Y no era un farol.

El Rey ha adoptado costumbres de Letizia con gusto, como la de acudir regularmente al cine.
Aceptada la boda que rompería con unas costumbres de la monarquía española que le habían inculcado desde niño, la llegada de su prometida Letizia a palacio fue un soplo de aire fresco que hizo volar rancios polvos asentados allí desde hacía siglos y obró una metamorfosis en Felipe.
Letizia quería encajar, pero, a sus 31 años, tenía sus propias ideas y gustos. Además, como experta comunicadora, empezó a detectar los puntos débiles de la institución a la que se acababa de unir y se los hizo ver a su marido, quien se dio cuenta de que, para reflotar juntos una Corona en horas bajas, debería hacer cambios. El problema era que los más significativos tenían que ver con su familia.
Felipe VI se apartó de sus hermanas y dejó de frecuentar a sus amigos

Letizia nunca encajó con sus cuñadas.
El ahora rey Felipe adoraba a sus hermanas, especialmente a Cristina, a la que había estado siempre muy unido. De hecho, ella e Iñaki Urdangarin acogieron en su casa de Barcelona las primeras citas de los actuales Reyes, pero Letizia nunca congenió con ninguna de las infantas, pues su procedencia, su modo de vida, sus ideas y su comportamiento eran diametralmente opuestos a los suyos. Apostando por su esposa y por el proyecto de futuro reinado que tenía con ella, Felipe empezó a distanciarse de sus hermanas.
Como les sucede a tantas personas, al casarse en el 2004 y convertirse en padre al nacer Leonor al año siguiente y repetir paternidad con Sofía en el 2007, Felipe dejó de frecuentar a sus amigos de toda la vida, como la tripulación de su velero de competición, el Aifos; su compañero de colegio Álvaro Fuster y el marido de su prima Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Pedro López Quesada.

En un gesto muy romántico, Felipe compró, en una visita a Cuenca, un cupón de la ONCE con la fecha de su boda.
Sabía que había llegado el momento de dejar atrás sus correrías de juventud para volcarse en su esposa y sus hijas, pero además, tuvo que aprender a criar a las niñas de una manera totalmente distinta a como lo habían hecho con él.
Había acordado con Letizia que Leonor y Sofía no vivirían una infancia como la suya y se esforzó al máximo para que se pareciera más a la de su esposa, es decir, a la de una persona de a pie. Para ello, blindó su privacidad reduciendo sus apariciones públicas a las mínimas imprescindibles y acogió en su casa y con los brazos abiertos a su suegra, Paloma Rocasolano, que se encargaba de las niñas cuando Letizia y él se tenían que ausentar por motivos institucionales o cuando salían al cine o a cenar, aficiones de su esposa que empezó a compartir con gusto.

El Rey ha construido una bonita relación con su suegra.
Por esa época, también frecuentó más a las amistades de la Reina, lo que lo ayudó a conocer de cerca a los ciudadanos corrientes y a empezar a deshacerse de la coraza con la que se había protegido durante toda su vida para pasar a mostrarse más cercano y espontáneo.
El rey Felipe, por ella y por las niñas lideró una "revolución"

Para él, Letizia, Leonor y Sofía son su mundo, su refugio y su futuro, y las protege por encima de todo.
Pero entonces, en el 2010, los enredos financieros de Iñaki Urdangarin, que salpicaban a su esposa, la Infanta, obligaron a Felipe a crear un auténtico cordón de seguridad y distanciarse totalmente de su querida hermana para proteger a la Corona, es decir, su destino, que no era otro que el de su esposa e hijas.
Sin tregua alguna, ese futuro se vio realmente al borde del precipicio cuando, en el 2012, estalló el escándalo de la cacería en Botsuana del rey Juan Carlos, lo que reveló la existencia de su "amiga especial", Corinna Larsen, y sus cuestionables negocios. Felipe se vio entonces entre la espada y la pared. Estaba de acuerdo con su esposa en que debían protegerse ellos y las niñas poniendo de nuevo distancia, pero, en esta ocasión quien se había convertido en un lastre para la Corona era el propio Rey, su padre.

Los escándalos de su padre obligaron a Felipe a actuar para proteger a su mujer y a sus hijas.
Según los analistas, la influencia y el apoyo de Letizia fueron clave en ese momento. Ella representaba una visión moderna, estricta y ética de la monarquía y estaba convencida de que la permanencia de Juan Carlos en el trono dañaba la legitimidad del nuevo reinado. Con la cuerda más tensa que nunca, el matrimonio sufrió una crisis en el verano del 2013 que lograron superar gracias al gran amor que se profesan.
Además, Felipe se alzó de nuevo ante su padre, dando lugar a la sucesión, y renunció a cualquier herencia procedente de él que no estuviera vinculada a la institución.
Esta "revolución" en la Zarzuela no pudo tener mejor resultado a nivel institucional y de pareja. Asentados en el trono, juntos, Felipe y Letizia han conseguido reflotar la Corona y, ahora que las niñas se han hecho mayores y se forman fuera de casa, están viviendo una segunda luna de miel y, cada vez se muestran más enamorados y cómplices en público.
Como escribe el autor de 'Cometas en el cielo', Khaled Hosseini, "antes de sacrificarte por él, piensa una cosa: ¿Haría él lo mismo por ti?". En el caso de Felipe es obvio que sí.