Carlos III: las dificultades a las que se enfrentará en su reinado
El nuevo monarca británico intentará mantener la aceptación de la monarquía
Carlos III, de 74 años, pretende ser un rey moderno.
Carlos de Inglaterra ha conseguido, por fin, lo que ha estado esperando toda su vida: sentarse en el trono de su país para hacer las cosas a su manera, pero lo que tiene por delante no es nada fácil.
Tras su coronación, el 6 de mayo en la abadía de Westminster, el rey, al que sólo apoya algo más de la mitad de sus súbditos, tiene en mente modernizar la monarquía, aunque, teniendo en cuenta que accede al trono con 74 años y que en palacio se mantienen usos y costumbres del siglo XIX, lo tiene muy difícil.
Aunque tenga canal de YouTube y brille en las redes sociales, por dentro, la Corona está llena de rancias telarañas y Buckingham se mueve como un viejo dinosaurio lastrado por una burocracia decimonónica.
Le han llegado incluso a lanzar huevos
Para empezar, el soberano quiere dar una imagen menos ostentosa, pero el alarde de joyas, ropajes y carrozas de su coronación escuece en un país que, tras el Brexit y la pandemia, sufre una gravísima recesión económica.
Si a eso le sumamos que, según publica ‘The Guardian’, Carlos amasa una fortuna de unos 2.200 millones de euros, es lógico que proliferen los movimientos de rechazo a la monarquía, como #NotMyKing (#NoMiRey), que, desde hace meses, se manifiesta en casi cada una de las apariciones públicas del monarca, llegando, incluso, a lanzarle huevos.
Otros palos en las ruedas para la buena marcha de su reinado son las rencillas entre sus familiares. Según algunas fuentes, a Carlos no le habría importado ceder un poco para que su hijo menor, Harry, y su familia tuvieran un mayor papel en la coronación y así limar asperezas, pero el primogénito, Guillermo, cuya gran popularidad le otorga un gran poder en Buckingham, presionó para que no se aceptaran las peticiones de su hermano.
Y es que el actual príncipe de Gales y su esposa, Kate, vienen pisando fuerte y a Carlos le incomoda que sean más populares que él. Pero lo que más le duele es que casi nadie en su país acepte que su segunda esposa, Camilla, sea reina.
Aunque el escollo más grande que debe salvar es la sombra de su madre, Isabel II, la que fue la mujer más famosa del mundo, cuya influencia, irremediablemente, para bien o para mal, marcará su reinado sea largo o corto, como ella dijo.
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