Guillermo y Kate Middleton: todo sobre su mudanza y la polémica con sus vecinos
Los príncipes dejan Adelaide Cottage para cerrar un ciclo complicado, marcado por las enfermedades de Kate y el rey Carlos

La vida, en general, suele dividirse en etapas. Como si fuera un Tour de Francia emocional, nuestra existencia está marcada por recorridos personales, que a veces nos agotan y siempre suponen un cambio y hasta un replanteamiento de vida. Es lo que les ha pasado a los príncipes de Gales, que, después de tres años en Adelaide Cottage, han decidido mudarse a seis kilómetros de esta residencia, a Forest Lodge, en los mismos terrenos de Windsor.

Forest Lodge
Y lo hacen porque quieren cerrar una etapa difícil, que comenzó en 2022 con la muerte de la abuela de Guillermo, la reina Isabel II, y continuó a principios del año pasado con el diagnóstico de cáncer de Kate y el del rey Carlos.
Tras acabar la quimioterapia hace un año y recibir en enero la buena noticia de que su cáncer estaba en remisión, Kate Middleton siente que debe poner rumbo a un nuevo comienzo con su marido y sus hijos, George, Charlotte y Louis, y dejar atrás los que hasta ahora son sus peores recuerdos.

El destino elegido para ello es Forest Lodge, una preciosa residencia de estilo georgiano, que fue construida en el siglo XVIII.
Dos familias han tenido que irse de la zona

POR UN NUEVO COMIENZO. La pareja, que lleva 14 años casada, ha elegido una casa en Windsor Park que le permitirá preservar su privacidad sin estar lejos de Londres.
Sólo una sombra enturbia esta decisión y ha causado cierto malestar entre los vecinos. Según ha contado el ‘Mail On Sunday’, para poder mudarse, los príncipes han tenido que pedir a dos familias que vivían cerca que abandonasen sus propiedades, donde estaban de alquiler. “Les dijeron que se fueran. Supongo que se les ha dado la oportunidad de trasladarse a otro lugar, pero tenían que irse inmediatamente”, declaró una fuente anónima al citado medio, que añade que hay un dispositivo de obreros y jardineros colocando más setos y vallas alrededor de la finca para garantizar la intimidad de los príncipes. Además de empezar de cero, Guillermo y Kate se mudan a Forest Lodge para tener más espacio.

LAS REFORMAS DE FOREST LODGE. Kate y Guillermo están cambiando las ventanas, los suelos y redistribuyendo los espacios de la casa, que tiene ocho habitaciones.
Si Adelaide Cottage tenía cuatro habitaciones, su nueva casa tiene ocho, seis baños, varios salones –uno de baile- con chimeneas de mármol, una galería y también un apartamento independiente para el servicio.
En la finca disponen de tres establos, frondosos jardines, pista de tenis y un gran estanque para poder disfrutar de la naturaleza y el ocio al aire libre en pleno Windsor Great Park.
La mudanza está prevista para antes de fin de año, cuando hayan acabado las reformas que pagarán de su propio bolsillo y que son la continuación de unas que se empezaron en 2001. Entre otras cosas, instalarán nuevas puertas y ventanas, redistribuirán espacios interiores y renovarán techos y suelos.
Pensando en el futuro

George, de 12 años; Charlotte, de 10; y Louis, de 7, seguirán llevando una vida en contacto con la naturaleza, uno de los mayores deseos de sus padres.
Fuentes cercanas a la familia aseguran que los príncipes barajan la posibilidad de que éste sea su ‘hogar de futuro’, incluso en el momento en que Guillermo se convierta en rey (de ser así, sería el primer monarca que no resida en un palacio).
Su ubicación es inmejorable, porque está cerca de Londres, donde Kensington se mantiene como la residencia oficial del heredero y su esposa, y también de Eton, destino educativo de su hijo mayor, George, y de la Lambrook School, donde siguen estudiando Charlotte y Louis.
Además, reúne dos condiciones básicas: está rodeado de naturaleza, un elemento que para Kate ha sido fundamental en su recuperación del cáncer, y se ajusta a la filosofía de vida de la pareja, que quiere mantenerse en un segundo plano que les permita llevar a ellos y a sus hijos una vida lo más normal posible.