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Kate Middleton es la nueva Lady Di: su pueblo la adora

A los 41 años, es la verdadera joya de la corona y ha hecho de su sonrisa su mejor arma contra los que cuestionan su carisma

Kate Middleton.

Kate Middleton deslumbra en cada acto público al que acude.

Nereida Domínguez

Ganarse el corazón de los británicos no ha sido tarea fácil para Kate Middleton. Pero, ahora, según el último sondeo de YouGov, la princesa de Gales es, por fin, la número uno de los royals que están vivos, con un 68% de aceptación popular, seguida por su marido, el príncipe Guillermo, que tiene el 67%.

La futura reina ha superado con creces al actual monarca, Carlos III, que ocupa el cuarto puesto; a Camilla, relegada al décimo, por debajo de Harry, y a Meghan Markle, a la que encontramos en penúltimo lugar en este ranking de simpatías.

Kate Middleton saludando a un bebé.

La cercanía de Kate es una de sus virtudes.

Ha sabido convertirse en la princesa ideal

Desde la muerte de Isabel II, la esposa de Guillermo ha ido dejando atrás los calificativos que sus detractores han usado para definirla, como "insulsa" y "aburrida". No olvidemos que la escritora Hilary Mantel llegó a compararla con un "maniquí de escaparate, sin personalidad".

Pues bien, ese "maniquí" ha cobrado vida después de una buena dosis de paciencia y de resistencia. Desde que se casó con Guillermo en el 2011, Kate se ha asesorado con los mejores expertos en imagen y ha sabido convertirse en la princesa ideal.

Kattle Middleton en cuclillas hablando con un hombre anciano.

Igual juega con un bebé, que se agacha para hablar con un hombre mayor.

Triunfa como madre y es natural y divertida

Kate tiene éxito por varios motivos, entre ellos, su papel de madre –ha conseguido dar un heredero a la corona y eso no es baladí en un país como el Reino Unido– y el apoyo que le brinda a su esposo en todo momento, incluso en su batalla contra Harry.

El príncipe Guillermo y Kate Middleton posando con sus hijos.

Guillermo y Kate con sus hijos.

Sencilla y muy cercana

La hija de los dueños de una tienda de artículos para fiestas se ha convertido en el mayor activo de la monarquía inglesa por su vinculación con causas de carácter social, como la salud mental, la educación infantil, la atención a familias con falta de recursos, así como con temas de carácter medioambiental.

Kate Middleton dando la vuelta a un panqueque cocinado en una sartén

Kate, cocinando panqueques en una residencia.

Además, Kate, de 41 años, ha logrado cautivar y convertirse en la piedra preciosa de la corona mostrando una personalidad que ha borrado completamente la etiqueta de "aburrida" que la acompañaba.

En sus últimas apariciones con Guillermo, la hemos visto cercana, divertida y natural. Así ocurrió, por ejemplo, en el centro deportivo Aberavon, donde venció a su marido en una prueba de spinning, o en una visita a la residencia de gente mayor Oxford House donde, además de charlar con sus residentes, se metió en la cocina a preparar panqueques para todos.

Kate Middleton compitiendo con el Principe Guillermo en una clase de spinning.

Compite en "spinning" con Guillermo.

Sonreír, una buena manera de esconder lo que siente

Porque si algo define a la esposa de Guillermo es su sonrisa. Como ha dicho la especialista en la Familia Real británica Tina Brown: "Kate es la alegría eterna, y lo que hace todo el rato es sonreír y sonreír". Una buena manera de esconder lo que siente, como ocurrió en la entrega de los premios de cine británicos, los BAFTA, después de que saliera a la luz el rumor de que Guillermo le había sido infiel nuevamente con su mejor amiga, Rose Hanbury. Kate brilló con luz propia gracias a su sonrisa permanente.

En cuestión de estilo, Kate se inspira en Diana y hace poco lució un abrigo de pata de gallo rojo y blanco, como la chaqueta que llevó Lady Di en 1990, en el bautizo de Eugenia de York.

En cuestión de estilo, Kate se inspira en Diana y hace poco lució un abrigo de pata de gallo rojo y blanco, como la chaqueta que llevó Lady Di en 1990, en el bautizo de Eugenia de York.

Mantener viva la herencia de Diana

Claro que hay quien dice que precisamente estas habladurías la han favorecido al aproximarla a la figura de la suegra que no conoció, Diana de Gales, en quien sigue inspirándose para vestir y cuyo legado quiere mantener a toda costa. No sólo por su marido, sino también porque respeta la memoria de Lady Di, la mujer que, desafiando a los hombres de gris del palacio, logró que los Windsor se modernizaran. Aunque fuera a costa de su propia vida.

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