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Dolores Vázquez habla sobre su injusta condena tras 20 años de silencio

En el documental "Dolores: la verdad sobre el caso Wanninkhof", producido por Toñi Moreno, Vázquez se sincera por primera vez

Toñi Moreno entrevista a Dolores Vázquez.

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"Nunca he vuelto a ser la misma y nunca lo seré, pero ha llegado el momento de enfrentarme a las sombras y contar por primera vez mi historia", dice Dolores Vázquez en un capítulo de "Dolores: la verdad sobre el caso Wanninkhof", que puede verse en HBO Max y ha significado el debut de Toñi Moreno como productora. 

Sólo con ella, que cubrió el caso como reportera para Canal Sur, ha querido sincerarse Vázquez. "Hay una nueva generación de estudiantes de Derecho y Periodismo que no conocen su caso", dice Moreno que fue el argumento que convenció a Dolores para sentarse ante la cámara y explicar el calvario que sufrió durante cuatro años.

"A Loli le reventaron la vida, hay que pedirle perdón", ha añadido Toñi, apenada porque esta mujer no ha recibido ninguna disculpa ni compensación por el error.

"Hace 20 años, lo perdí todo, mi libertad, mi vida, mi voz"

El caso Wanninkhof-Carabantes dejó un balance de dos chicas asesinadas, dos madres hundidas y una mujer a la que le destrozaron la vida porque le colgaron un asesinato que no cometió.

Ahora, tras dos décadas de silencio, Dolores Vázquez, protagonista de uno de los errores judiciales más clamorosos de los últimos años, ha hablado por primera vez sobre la injusticia que se cometió con ella. "Hace 20 años, lo perdí todo, mi libertad, mi vida, mi voz e incluso mi nombre" 

Dolores Vázquez fue detenida y acusada de haber asesinado a Rocío Wanninkhof, hija de Alicia Hornos.

A Vázquez la detuvieron en septiembre del 2000 como sospechosa del asesinato de Rocío Wanninkhof, hija de Alicia Hornos, que había sido su pareja durante 11 años y de la que llevaba cuatro separada.

El cadáver fue hallado en un paraje a 30 kilómetros de donde vivía y la mataron, en La Cala de Mijas, al mes de desaparecer. El avanzado estado de descomposición del cuerpo, casi un esqueleto, sólo permitió ver que había sido brutalmente apuñalada.

Dolores Vázquez fue acusada de "fría y vengativa"

Para entonces, el suceso ya había conmocionado a la opinión pública y era tema recurrente en teles, radios y periódicos, que exigían encontrar al culpable. Pero sólo había indicios, ninguna prueba consistente.

En esas circunstancias, se abrió paso el relato de la "lesbiana perversa": Dolores había matado a Rocío porque la chica era el impedimento para que pudiera volver con Alicia. Ésta misma abonó la teoría, señalando repetidas veces a Dolores como autora del crimen.

El juicio fue pura pantomima: el jurado popular y el mismo juez estaban contaminados por informaciones que tachaban a Vázquez de "calculadora, fría y vengativa", sin que ningún psicólogo forense la hubiera examinado.

Se decía que "había hecho kárate, que era deportista, que era masculina" como elementos negativos. "Yo quería ir ante el juez para declarar porque era inocente y pensaba que me dejarían en libertad. Siempre he tenido fe en la justicia, pero dejé de creer", dice Dolores.

Toñi Moreno cubrió el caso hace 20 años. En el juicio vio que no había pruebas que demostrasen que Vázquez fuera culpable.

"Jamás pensé en el suicidio, tenía que luchar"

Sin pruebas y sólo con el testimonio de alguien que dijo haber visto a una mujer apuñalando un cartel de búsqueda de Rocío y otra que afirmó haberla visto "nerviosa" el día en que mataron a la joven, la declararon culpable. Le cayeron 15 años y un día.

"En la cárcel me llamaban de todo, la bollera, la lesbiana, cosa que yo nunca me he sentido. Pero jamás pensé en el suicidio, tenía que luchar", ha señalado Vázquez, que tuvo que vender su casa para pagar a sus abogados.

Exonerada del crimen y marcada para siempre

A la izquierda, Tony Alexander King, que se declaró culpable de los asesinatos de Rocío Wanninkhof y de Sonia Carabantes. A la derecha, Dolores, visiblemente emocionada, en una imagen del documental.

Pero, tras 519 días encerrada, logró salir en libertad después de que la Audiencia de Málaga declarara nulo el primer juicio y determinara hacer otro. Nunca sabremos qué habría pasado si hubiese tenido lugar. No llegó a celebrarse.

En septiembre del 2003 se detuvo a un ciudadano británico, Tony Alexander King, como autor de la violación y asesinato de Sonia Carabantes, una chica de 17 años que vivía en Coín (Málaga).

En las uñas de su cadáver se encontraron restos biológicos que coincidieron con el ADN de King y, a la vez, con el de una colilla de un cigarrillo inglés hallado donde mataron a Rocío. Poco después, a Dolores la exoneraron del crimen, pero quedó marcada para siempre.

Estuvo un tiempo viviendo en Inglaterra y luego se instaló en su Betanzos natal, donde vive con una pensión de 460 euros. "No he vuelto a tener una vida normal", ha dicho.

Aún hoy está estancada en esos años de pesadilla. Quizás este documental le sirva para recuperar la dignidad perdida.