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Ana Julia Quezada: un trabajador de la cárcel explica cómo extorsionaba a los funcionarios

El educador social de Ana Julia Quezada ha declarado ante el juez cómo la asesina de Gabriel hizo chantaje sexual a varios trabajadores

Ana Julia Quezada en una antigua imagen de redes sociales.

Ana Julia Quezada, condenada por el asesinato del pequeño Gabriel Cruz en 2018, ha vuelto a estar en el punto de mira tras revelarse que habría protagonizado una compleja trama de chantaje sexual dentro de la prisión de Brieva (Ávila), donde cumple condena.

Esta información salió a la luz a raíz de la denuncia de Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, tras conocer que Quezada tenía planes de lucrarse hablando del crimen en un documental.

A raíz de esto, se conoció que la reclusa tenía un teléfono móvil, y que se había grabado manteniendo sexo con guardias de la cárcel: con esto, pretendía que se la trasladase de Ávila a Barcelona, donde reside su actual pareja.

Ana Julia Quezada, en una imagen de archivo.

El juzgado nº4 de Ávila ha abierto una instrucción, y desde 'Vamos a ver' han mostrado las declaraciones al juez del educador social de Ana Julia Quezada, explicando cómo llevaba a cabo este chantaje.

Chantaje sexual de Ana Julia Quezada: su 'modus operandi'

Según el testimonio de este trabajador, Ana Julia no solo habría mantenido relaciones sexuales con varios funcionarios del centro, sino que también grababa esos encuentros con un teléfono móvil que conseguía ocultar gracias a la colaboración de ciertos empleados.

Estos vídeos, supuestamente, los utilizaba como herramienta de presión contra la dirección del centro. "Ella siempre pedía el traslado a Barcelona. Amenazaba con que 'si no se me traslada esto va a salir a la luz y me voy a llevar por delante a la directora y al centro penitenciario'”, aseguró el educador durante su declaración ante el juez.

Una confesión que no solo revela una conducta calculada y persistente, sino también la supuesta connivencia de algunos funcionarios que podrían haberse prestado a facilitarle el acceso a dispositivos prohibidos.

En 'Vamos a ver' han mostrado la declaración del educador social de Ana Julia Quezada.

Ana Julia conseguía esconder su móvil durante los cacheos rutinarios de la prisión

En uno de los episodios narrados por el educador, durante una inspección rutinaria con perros antidroga, uno de ellos marcó a Ana Julia, pero no se encontró el dispositivo.

En 'Vamos a ver' han mostrado la declaración del educador social de Ana Julia Quezada.

El educador explicó que Ana Julia le decía que el móvil había estado en su poder, pero lo había entregado previamente a otra persona del entorno penitenciario para evitar ser descubierta. Según el educador, el cocinero de la prisión también habría participado en el encubrimiento.

Este trabajador ha dejado claro que su influencia dentro del centro era mucho mayor de lo que se creía.

Las consecuencias que podría tener este chantaje en la actual condena de Ana Julia Quezada

De momento, se está investigando en profundidad si varios funcionarios de Brieva mantuvieron relaciones sexuales con Ana Julia a cambio de favores como el uso del teléfono móvil. El Juzgado de Instrucción nº 4 de Ávila ha decidido prorrogar la instrucción del caso durante seis meses más para continuar recogiendo testimonios y pruebas.

En 'Vamos a ver' han mostrado la declaración del educador social de Ana Julia Quezada.

Este escándalo podría tener graves consecuencias tanto para los funcionarios implicados como para la propia Quezada. En su caso, si se demuestra que ha cometido nuevas infracciones graves desde prisión, esto podría afectar negativamente a futuros beneficios penitenciarios como permisos, régimen de semilibertad o cualquier revisión de su condena. Además, podría enfrentarse a nuevos cargos penales por extorsión y tenencia de dispositivos prohibidos en prisión.

La Fiscalía y la acusación popular están valorando ampliar los cargos si se confirma que existió un uso delictivo de grabaciones sexuales como forma de chantaje. También se está investigando si otros reclusos o personal del centro eran conocedores de esta situación y si hubo encubrimiento o negligencia por parte de la dirección.