Blanca Romero se sincera sobre su pasado con Cayetano Rivera: “Dejé de ser modelo y pasé a ser ‘la mujer de’ y ‘la ex de’”

Blanca Romero ha decidido mirar atrás sin filtros. En una entrevista para el programa 'Mis raíces', presentado por Isabel Jiménez, la actriz ha compartido aspectos muy personales de su vida, incluidos momentos clave de su matrimonio con Cayetano Rivera.

Aunque su enlace, celebrado en octubre de 2001, fue uno de los eventos más comentados de la época, Blanca revela que aquel día también estuvo teñido por la tragedia: su primo, testigo del enlace y figura muy cercana, falleció en un accidente de tráfico cuando se dirigía a la boda. "No fue una boda feliz por eso", expresó su madre, conmovida.

La relación entre Blanca Romero y Cayetano Rivera apenas duró tres años. Aunque habla del matrimonio con respeto, ahora, más de dos décadas después, reconoce que aquel entorno no era para ella:

"Estuve poco tiempo, no tengo nada malo que decir de mi matrimonio, pero sentí que no era mi sitio. Me dormía en esas charlas. Necesitaba viajar, irme", confiesa.

La ruptura, además, afectó directamente a su carrera profesional:

"Dejé de ser modelo y pasé a ser la mujer de y la ex de, entonces eso como que manchó mucho mi imagen. Nunca me dieron una portada, como en París", lamenta.

A pesar de todo, Blanca reconoce la figura de Cayetano Rivera como un padre que, aunque no biológico, se implicó con su hija Lucía.

"Siguen teniendo relación, no me meto. No me interesa. Respeto el vínculo", asegura, dejando claro que valora el lugar que ocupa el torero en la vida de su hija. "Teniendo con quién comparar, Cayetano salió con nota sobresaliente", añade con sinceridad.

Una de las confesiones más duras de Blanca llegó al hablar sobre la paternidad del padre biológico de Lucía. La actriz relató, visiblemente afectada, las dificultades que vivió al criar a su hija sola siendo tan joven.

"Lucía no tuvo la suerte de tener un padre que la quisiera, comprometido, que fuera guay y que me ayudara a mantenerla. Lo pasé mal al criarla y educarla sola, no fue fácil", confesó.

Blanca también recordó el traumático parto de su hija: "Que la niña venía de pie y al sacarla le rompieron dos piernas", estuvo "clínicamente muerta porque no había incubadoras", "fue horrible, horrible", relató entre lágrimas. Tuvo que pedir el alta voluntaria del hospital para ir a otro centro y poder estar con su hija recién nacida. Solo dos meses después, ya estaba desfilando en Barcelona para poder sacarla adelante.

Durante esos años difíciles, su madre fue un gran apoyo: "Me la medio crio porque, además, yo tenía 22 años. Me iba al parque y me tiraba del tobogán con ella o iba con la silla corriendo. Lucía no tuvo una madre, tuvo una amiga con la que jugaba". Lucía, por su parte, coincide con esa percepción y reconoce: "Es como mi hermana mayor".

Blanca Romero ha demostrado que, a pesar de los tropiezos y las heridas, ha sabido seguir adelante fiel a sí misma, sin perder la autenticidad que siempre la ha caracterizado. Una mujer que ha vivido muchas vidas en una sola… y que ahora las comparte con valentía.