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Chiquito de la Calzada sigue en el recuerdo de sus mejores amigos

Cinco años después de su muerte, varios humoristas hablan sobre uno de los cómicos españoles más geniales

Chiquito de la calzada falleció el 11 de noviembre del 2017.

Valeria Polo

Ya no está, pero Gregorio Sánchez, el entrañable Chiquito de la Calzada, sigue en el recuerdo de los que le conocieron. Ágil de mente y todo corazón, era un hombre que se desvivía por los suyos y que dejó poso en Málaga, su ciudad natal, que le ha organizado varios homenajes tras su muerte, el 11 de noviembre del 2017.

Hijo predilecto de esta ciudad andaluza, bautizaron con su nombre un parque, en el que se encuentra una estatua que le inmortaliza, una iniciativa de ASHUMES, la asociación de humoristas españoles a la que estuvo vinculado, aunque el sueño del artista, según su sobrina "era que la estatua estuviera en el paseo Chinitas".

"No ha vuelto a salir nadie con su ingenio"

Edmundo 'Bigote' Arrocet, su amigo del alma, asegura que "sentía por él muchísimo cariño, convivimos en los rodajes de 'Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera', y 'Brácula'. Te reías mucho con él, siempre tenía alguna frase divertida. Todo lo que viví a su lado fue maravilloso. Era un gran caballero, correcto, educadísimo… Con sus anécdotas te partías de risa. Fue el Cantinflas español".

Bigote Arrocet con la estatua que el humorista tiene en Málaga, su ciudad natal, y junto a la que muchos admiradores se fotografían.

Miguel Caiceo cree que "fue el último gran humorista de este país, no ha vuelto a salir nadie con su fuerza y su ingenio. Una vez estábamos los dos en una caseta de feria, sin que nos dieran de comer ni podíamos salir a orinar. Cuando por fin nos trajeron una tortilla, que parecía sacada del frigorífico, me dijo: 'Caiceol, esto hay que comérselo con abrigo'".

Para Miguel, estamos ante "un hombre simpático, muy buena gente, enamoradísimo de su esposa, Pepi, a la que perdió en el 2012, un golpe terrible que no pudo superar. Fue un amigo".

Paz Padilla: "Le quise muchísimo"

Otra amiga fue Paz Padilla, que asegura que "cuando alguien se nos va, que sea como Chiquito, dejando admiración y cariño. Fue un maestro para mí, tuve la suerte de compartir con él muchos buenos momentos, era maravilloso y le quise muchísimo".

Chiquito y Paz Padilla en una tierna imagen de ambos.

"Era un número uno. Lo fue y lo será siempre"

El presidente de ASHUMES, Tony Antonio, nos cuenta que "sentíamos una gran admiración mutua. Trabajamos juntos en el programa de Antonio Herrero, donde Chiquito contaba chistes y yo hacía imitaciones. Lo pasábamos muy bien. Me dijo que le daba pánico volar y siempre viajaba en coche por España. Sé que hay muchísimas personas que acuden a hacerse fotos junto a la estatua que le hicimos. Es evidente que se le recuerda con inmenso cariño. Fue un artista que llegó a lo más alto en el humor. Su expresión corporal y su particular lenguaje le hicieron triunfar. Era un número uno. Lo fue y lo será siempre".

Tony Antonio es el presidente de ASHUMES

Ángel Garó desvela que "Chiquito me puso el mote de 'aceite puro de oliva'. Era un ser maravilloso, cariñoso y divertido. Tuve la suerte de conocer a su esposa, una gran mujer, y cuando murió vino la decadencia de Chiquito. Hay que recordarle como alguien que encontró el triunfo de manera fortuita, sin buscarlo, porque era cantaor de flamenco y se paseó con su cante por todo el mundo".

Ángel Garó fue gran amigo de Chiquito y de su esposa.

"Fue un inmenso honor conocerle"

Pepe Carabias reconoce que "le dije a Chiquito que no entendía su humor, pero que él, como persona, era impresionante. Estar a su lado era una carcajada tras otra. Te llenaba de felicidad. Lo que se le ocurría a él no se le ocurría a nadie".

Pepe Carabias confiesa que no entendía el humor de Chiquito.

Por su parte, Félix el Gato lo ha definido así: "Gran humorista, bellísima persona y excelente amigo. Fue un inmenso honor trabajar a su lado y conocerle en las distancias cortas".