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Fofito explica cómo superó su depresión y sus problemas con el alcohol

El conocido payaso, que está de gira por España con el circo, ha escrito un libro sobre su famoso padre

Fofito lleva casi toda su vida en el mundo del espectáculo.

Saray Cruz

Pertenece a la saga de payasos más famosos de nuestro país. Alfonso Aragón Sac, conocido por todos como Fofito, es hijo del recordado Fofó, sobrino de Gaby y Miliki, hermano de Rody Aragón y primo de Emilio Aragón. Formó parte de 'Los payasos de la tele', que triunfaron durante años en nuestro país en el programa 'El gran circo de TVE'.

A pesar del éxito, Fofito también sufrió una depresión que le llevó a caer en el alcohol. Superado este bache, a sus 73 años, el cómico sigue haciendo reír a niños y mayores en sus actuaciones, en las que le acompaña su hija mayor, Mónica.

Fofito y los payasos de la tele.

Después de 15 años, Fofito ha vuelto a Barcelona con '¡Viva el circo!', un espectáculo que tiene lugar en el Parc del Fórum hasta el próximo 22 de enero y con el que seguirá de gira durante el año que viene.

"Los niños están mucho más espabilados que antes"

P.: Los tiempos han cambiado mucho y los niños también. ¿Qué has tenido que hacer para adaptarte a las nuevas generaciones?

F.: Es cierto que antes los niños y niñas jugaban con cualquier cosa que encontraban por la calle, y ahora, tienen la tecnología a su alcance y acceso a mucha información. Debes tenerlo en cuenta para poder adaptar el humor a ellos. También hay que decir que los niños de hoy en día están mucho más espabilados que los de antes, por lo que hay que hacer las bromas más rebuscadas para que no vean venir el final tan rápido.

P.: ¿Qué sigue teniendo de especial el circo para que atraiga a los niños?

F.: Que todo es sorpresa, desde el momento en el que entras en la carpa. Cuando el niño se sienta a ver el espectáculo, nunca sabe qué va a pasar. Es muy bonito, porque los más pequeños se sorprenden con todo, desde los números de altura hasta los malabares.

P.: Hace poco dijiste que te retirabas.

F.: ¡No! Eso fue una estrategia del circo anterior en el que estuve, que pensó: "A ver si anunciando que Fofito se retira, vienen a verle", pero no funcionó, ja, ja, ja.

Ahora está de gira con su circo, donde también actúa su hija Mónica.

"Mis dos nietos ya despuntan como artistas"

P.: Trabajas con tu hija Mónica. ¿Qué le has enseñado tú y qué has aprendido de ella?

F.: Mónica tiene la responsabilidad del papel que hacía mi tío Gaby, que era el serio, el maestro, el que nos corregía a Miliki, a mi padre y a mí. También discutimos, pero siempre sobre trabajo. En la pista, ella me regaña a mí como profesora, y yo, en la caravana, como padre. Mi hija me ha enseñado a modernizarme y a adaptarme a los nuevos tiempos. Y mi nieto ya está empezando a pisar escenarios.

P.: Háblame de tus dos nietos. ¿Cómo es Fofito como abuelo?

F.: Ellos me ven como un segundo papá. A veces les doy consejos, pero aún son pequeños. Tienen 13 y 10 años. Mi nieto toca la guitarra y, mi nieta, el piano. Han hecho teatro musical, han participado en videoclips y alguna cosita más, que compaginan con el colegio. A los dos les gusta este mundo y ya despuntan. Mis nietos ven muy normal subirse a un escenario. Creo que de ahí saldrá otro Aragón, ja, ja, ja.

Álex de la Iglesia ha hecho el prólogo de su libro

P.: Llevas casi 60 años de profesión. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor?

F.: Lo más bonito, viajar y hacer reír a la gente sin hablar su idioma. También he podido conocer muchas ciudades, visitar museos... ¿Lo más difícil? Recuerdo que Gaby se puso malito una vez y lo hospitalizaron. Rody y yo tuvimos que salir solos a actuar y acabamos levantando al público, haciéndoles cantar y aplaudir.

P.: En todo este tiempo, ha habido muchas alegrías, pero también momentos difíciles, como tu depresión, que te llevó a caer en el alcohol. Superada esta etapa, ¿Cómo es tu vida ahora?

F.: Gracias a Dios y a mi familia, que me metieron de nuevo en vereda, estoy muy bien y tranquilo. Tanto es así que incluso escribí un libro en la pandemia que le he dedicado a mi padre, Fofó.

P.: Háblame de este libro.

F.: Está acabado, pero aún no se ha publicado. He pedido a Álex de la Iglesia que escriba el prólogo y creo que hará una bonita presentación. El libro recoge las bromas que gastó Fofó durante todos sus años en América. Aún no sé cuándo saldrá, pero sí que será entrañable, porque explico muchas cosas de mi padre que ni siquiera mi mujer conoce.

P.: ¿Qué recuerdas de él y de tus tíos, Gaby y Miliki?

F.: Yo empecé haciendo de botones de mi padre y mis tíos. Actuaban en Estados Unidos y salían vestidos de frac y yo de botones, porque era muy jovencito, hasta que debuté en 1965 en San Juan de Puerto Rico donde ya me pusieron la camiseta larga.

"Mi padre quería que yo estudiara una carrera"

P.: ¿Qué relación tienes con tu hermano Rody y tu primo Emilio?

F.: Muy buena, pero nos vemos muy poco. Rody tiene un espectáculo infantil con el que también está de gira por España y Emilio se dedicaba a dar conciertos por todo el mundo antes de la pandemia. Nos llevamos muy bien, pero es difícil vernos por trabajo y porque somos muchos. Cuando viajábamos toda la familia, pasábamos las Navidades juntos, ahora es más complicado. De hecho, incluso nos hemos encontrado más de una vez en el aeropuerto. Casi nos vemos más allí, ja, ja ja.

P.: De no haber sido humorista, ¿a qué te habrías dedicado?

F.: Lo mío ha sido un caso muy especial. Mi padre y mi tío no deseaban que fuera artista, porque conocían este mundo y sabían lo duro que es. Mi padre quería que yo estudiara una carrera, pero yo no me imagino habiendo hecho otra cosa.

P.: Participaste en la película 'Balada triste de trompeta' y también pusiste voz al payaso de juguete de 'Toy Story 3'. ¿Te habría gustado seguir haciendo películas o doblaje?

F.: Para mí fue abrir el abanico laboral. Piensa que yo, desde pequeño, he sido un payaso que ha hecho comedia. Santiago Segura y Álex de la Iglesia me dieron la oportunidad de interpretar un personaje que no fuese Fofito. De hecho, en el plató, Santiago me llamaba por mi nombre, Alfonso, pero no estoy acostumbrado.

"La palabra jubilación no existe para mí"

P.: ¿Nadie te llama Alfonso?

F.: Santiago, sí, y también mi madre, cuando se enfadaba, ja, ja, ja. Mi padre se rompió la cabeza con el nombre de sus hijos: Alfonso, Adolfo y Rodolfo.

P.: He leído que la pintura y la jardinería están entre tus aficiones. ¿Tienes alguna más?

F.: Con éstas, ya tengo bastante. Cuando mis hijas eran pequeñas e iban al colegio, mataba las horas en casa pintando. Las plantas también me gustan mucho, y tengo mano para cuidarlas.

P.: La palabra jubilación, ¿qué representa para ti?

F.: Para mí, no existe, ja, ja, ja. Fofito tiene mecha para seguir con espectáculos, pero con un poco más de calma. No voy a jubilarme, pero sí bajaré un poco el ritmo de trabajo. También he de decirte que le pediría a los Reyes Magos un programa.

P.: ¿Te gustaría volver a la tele?

F.: Sí, me encantaría. La televisión ha cambiado, pero recordar nuestras aventuras y canciones en la tele funcionaría otra vez, como ocurre con el circo, donde vienen a vernos tres generaciones.