Mariví: todo sobre la prima y amante de Luis Miguel Dominguín
El mismo año que habría cumplido 80 años, la serie documental sobre Miguel Bosé pone de actualidad a esta mujer, que saltó a la prensa por su escandalosa relación con su primo, Luis Miguel Dominguín
El biopic 'Bosé renacido' de Movistar Plus+, diferente a cualquier otra película sobre el famoso actor y cantante, me ha hecho pensar en los contactos que, a lo largo de mi vida como periodista, he tenido con figuras destacadas del famoso clan. Con unos, más que con otros, es cierto. Pero, sobre todo, con Luis Miguel, el gran torero, casado desde 1955 –y hasta 1967– con Lucía Bosé, e incluso con Miguel, con quien recientemente he tenido algunas diferencias por unas desafortunadas palabras mías a propósito de unas declaraciones que hizo sobre la vacuna contra el COVID-19.
Fue la mujer a la que más odió Lucía Bosé
Mariví, que en realidad se llamaba Ana María del Milagro Gutiérrez González, nació en Palma de Mallorca en 1943 (este año habría cumplido 80), era prima del torero y se hizo polémicamente famosa cuando se convirtió en su amante, aunque era 20 años más joven que él.
"Lo que más le dolió a mi madre (Lucía) es que ella prácticamente la había criado", cuenta el cantante en el segundo capítulo de la serie. "Mariví era la mujer a la que más odiaba, ya que la consideraba responsable, en gran parte, de la destrucción de la familia", añadía el cantante.
Aunque Mariví se había casado a los 16 años, con José Ramón Castillo Housch, en un intento por escapar de las atenciones de su primo, ya fascinado por ella, cuando regresó del viaje de novios, se dio cuenta de que no había servido de nada. Y fue entonces cuando se hicieron amantes.
Según cuenta Miguel Bosé en su libro 'El hijo del Capitán Trueno', fueron los padres de la muchacha quienes alentaron estas relaciones adúlteras por odio "a la italiana" (Lucía Bosé).
Hay que decir que la relación de Luis Miguel con los padres de su amante, a quien llamaba "brujita", fue siempre muy directa. No hay que olvidar que, a petición del torero, ellos se hicieron cargo de su finca Villa Paz, en la localidad conquense de Saelices, que Lucía, en un acceso de celos, intentó incendiar cuando supo que su marido y su sobrina se encontraban allí viviendo su amor clandestino.
El torero Luis Miguel Dominguín, acompañado de su prima Mariví Dominguín y de un grupo de amigos, en su finca "La Virgen" de Andújar.
Ya se lo había advertido Luis Miguel a Mariví: "Como descubran lo nuestro, nos matan".
Durante varios años la jet mundial fue testigo de este apasionado idilio, ya que el diestro la paseaba por el mundo entero. Incluso la llevaba a las cacerías de Franco. "Éramos la única pareja ilegítima a la que admitían", explicó Mariví en una ocasión.
Pero ese escandaloso amor empezó a desmoronarse cuando Luis Miguel y Mariví, ella en bikini y él en bañador, aparecieron abrazados en la portada de la revista 'Garbo', siendo denunciados por "escándalo público" y multados con 100.000 pesetas.
En el juicio, sus abogados aseguraron que, en la foto, Mariví le estaba haciendo una "limpieza de cutis a su primo". Evidentemente, nadie se lo creyó. Todo terminó cuando la mallorquina le dijo a Luis Miguel que estaba embarazada. El torero pensó que ese niño que esperaba no era suyo y la echó de su casa y de su vida.
Una mujer sensible e idealista
Luego, conoció al ginecólogo Adolfo Abril, con quien se casó en 1978. "Estuvimos unos años juntos y quisimos salvar la situación, pero no fue posible", reconoció en sus memorias 'Paseo por el amor y la vida'. Y es que el doctor Abril era tan mujeriego como Luis Miguel.
Tras la ruptura, Mariví encontró en su amigo Augusto Algueró, ex de Carmen Sevilla, su mayor apoyo y esa cercanía hizo que su amistad se convirtiese en una relación que duró varios años, protagonizada, por primera vez en la vida de la mallorquina, por la ternura y el romanticismo.
"No he tenido suerte en el amor, pero no quiero culpar a nadie por ello. Cuando alguien es tan exigente, idealista y sensible como yo, no todo sale a la medida de sus deseos", reflexionó Mariví en una ocasión.
Mariví, que trabajó como relaciones públicas, tiene una faceta menos conocida que yo viví muy de cerca. Una amiga mía, la multimillonaria venezolana Pilar Sisso, fue víctima de su cleptomanía cuando, estando en una cena en su mansión de Caracas, se llevó del baño una valiosísima joya que su marido le había regalado a la anfitriona.
Al cabo de un tiempo, Sisso la vio en el cuello de Mariví en una foto publicada en una revista española. Me pidió que le facilitara la imagen para comprobar que se trataba de su collar y, al reclamárselo, la mallorquina le prometió devolvérselo en unos días, pues tenía que asistir a una boda muy importante y quería lucirla. ¡Tal cual!
Así era Mariví Dominguín a quien, en 1993, le diagnosticaron un cáncer. Desde ese momento quiso aprovechar su proyección pública para visibilizar su dolencia y explicar cómo la afrontaba. "Tengo cáncer, sí, pero voy a combatirlo. A la bestia negra hay que mirarla a la cara. A mí me gusta torear de frente", declaró. Pero su actitud optimista no impidió, por desgracia, que en diciembre de 1994 falleciera con apenas 51 años.