Victoria Beckham oculta 4 temas clave en su documental: te los contamos

Victoria Beckham está en boca de todos. Su documental ha dado la vuelta al mundo desde su estreno y no es para menos. Con casi 33 millones de seguidores en redes sociales, la ex Spice Girl ha decidido contar su vida desde una nueva perspectiva. Pero, como era de esperar, no todo lo ha puesto sobre la mesa...

En esta esperada docuserie de Netflix, Victoria nos deja ver su lado más humano: habla de su niñez, de su amor por el teatro y la danza, de lo feliz (y sola) que era en el colegio al que iba en Rolls Royce, y por supuesto, de su ascenso meteórico con las Spice Girls, donde se ganó el apodo de Posh Spice.

También se sincera sobre su lucha con los trastornos alimenticios, su faceta como empresaria y madre, y lo mucho que ha luchado por mantenerse firme en una industria que no perdona. Todo muy cuidado, muy estético, muy Victoria. Pero… ¿y los temas incómodos? Ahí, silencio total.

Uno de los capítulos más oscuros en la vida de Victoria se vivió durante su paso por Madrid, entre 2003 y 2007, cuando David Beckham fue fichado por el Real Madrid. Lejos de ser una época de glamour y felicidad, la diseñadora lo recuerda como una etapa tristísima: “Me sentí incompleta, triste, congelada en el tiempo. Fue probablemente la etapa más infeliz de toda mi vida”, admite.

Pero lo que no cuenta en su documental es que fue también entonces cuando estalló el escándalo con Rebecca Loos, la asistente personal de David, quien aseguró haber tenido un romance con él. Aunque el futbolista nunca confirmó la infidelidad, las dudas nunca se disiparon. Y Victoria, que ha optado por callar durante todos estos años, ha mantenido ese silencio también en su documental.

En la docuserie aparecen los tres hijos menores de los Beckham... pero no Brooklyn, el primogénito. Su ausencia no es casual: desde su boda con la actriz Nicola Peltz en 2022, el distanciamiento con la familia ha sido más que evidente.

Las tensiones comenzaron por desacuerdos con Victoria en los preparativos del enlace y, desde entonces, la relación no ha vuelto a ser la misma. La ruptura con su hermano Romeo y su no asistencia a eventos familiares clave -como el 50 cumpleaños de David o los desfiles de su madre en París- son solo algunos ejemplos. El colmo fue la renovación de votos de Brooklyn y Nicola este agosto, a la que ningún Beckham acudió. Pero de eso, ni una palabra en la pantalla.

Otra figura clave que apenas recibe atención es Mel B, ex compañera de grupo y, según sus propias palabras, "nunca fueron amigas". La cantante ha sido muy clara en entrevistas y en su autobiografía sobre su mala relación con Victoria, a quien incluso llegó a insultar en público.

En la serie, Victoria evita cualquier polémica, aunque no puede evitar lanzar una pullita cuando recuerda una frase que le soltó Mel B en un reencuentro: “No olvides tus orígenes”. A lo que ella responde dolida: “¡Jamás lo he hecho! Eso me molestó”.

Aunque muestra con detalle todas sus lujosas propiedades -desde su casa de campo en los Cotswolds hasta su villa en Miami frente a la bahía de Biscayne-, Victoria evita cualquier mención al descomunal patrimonio que comparte con su marido.

En lugar de hablar de cifras, prefiere relatar los duros comienzos de su firma de moda: “David tuvo que invertir mucho dinero para ayudarme, pero siempre acordamos que nos apoyaríamos mutuamente. De ahí que ahora sea demasiado exigente”, confiesa. Y añade: “Casi lo pierdo todo. Lloraba antes de ir a trabajar porque sentía que estaba apagando incendios”. Eso sí, de millones, ni rastro.

Victoria Beckham ha demostrado que sabe cómo manejar su imagen y controlar su narrativa. En su documental se muestra cercana, luchadora, sensible y fuerte. Pero también muy selectiva. Porque, como toda celebridad que se precie, sabe que no todos los trapos sucios se lavan en público.

Y aunque su docu ha sido un éxito rotundo, hay quienes se quedan con ganas de más... o al menos, de algo más real. ¿Quizás en una segunda parte?