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Para su última película, en la que interpreta al padre de las hermanas Williams, se ha dejado una original perilla.

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Considerado como uno de los hombres más influyentes de Hollywood, Will Smith, de 53 años, es famoso en todo el mundo por su trabajo y por su arrolladora simpatía, pero según dice él mismo, esa fachada "está diseñada para protegerme, esconderme del mundo, ocultar mi cobardía". Así lo explica en su recién publicada biografía, "Will" (Ed. Zenith), donde no se deja nada de su azarosa vida en el tintero. Ni lo bueno, ni lo malo.

Un estrella que lo daría todo por su familia. Will es el segundo de los hijos del matrimonio formado por Willard Carroll y Caroline Smith y siempre tuvo un brillo especial.

Will Smith se sentía culpable

Como decía la canción de su serie "El príncipe de Bel Air", "al oeste en Filadelfia, crecía y vivía, sin hacer mucho caso de la policía". Segundo de los hijos de un matrimonio de clase media, cuenta en su libro que "fui a un colegio católico con una mayoría de niños blancos hasta los 14 años. Mi madre tenía formación universitaria y mi padre, pese a sus todos defectos, siempre trajo comida a la mesa y habría preferido morir antes que abandonar a sus hijos".

Esos "defectos" de su padre, Willard, eran una obsesión por la perfección que daba pie a una rabiosa violencia, sobre todo, hacia su esposa, Caroline. "Cuando tenía 9 años, vi como mi padre le daba un puñetazo a mi madre en la sien con tanta fuerza que se desplomó. La vi escupir sangre –relata el actor–. Ese instante, en ese dormitorio, probablemente más que cualquier otro momento de mi vida, ha definido lo que soy ahora. Todo lo que he conseguido desde entonces, los premios y reconocimientos, los focos y la atención mediática, los personajes y las risas, han estado marcados por un sutil deseo reiterado de pedirle perdón a mi madre por mi inacción aquel día".

El actor estuvo a punto de quitarse la vida

Cuatro años después, Caroline, harta de la situación, se fue de casa y el jovencísimo Will no vio otra salida a su dramática vida que quitarse la vida, aunque finalmente, no lo intentó

También se juró a sí mismo que un día se vengaría de su padre y estuvo a punto de hacerlo cuando Willard, ya anciano, estaba muy enfermo y el artista lo cuidaba. "Un día, acompañándolo al lavabo, me detuve en las escaleras –escribe–. Podría haberlo empujado escaleras abajo, nadie habría sospechado nada. Décadas de dolor, ira y de resentimiento vinieron y se fueron. Sacudí la cabeza y seguí empujando a mi padre hasta el cuarto de baño".

En los 80, Will se convirtió en un adolescente inseguro que, cuando su segunda novia lo dejó, se entregó a una vorágine sexual autodestructiva. "Tuve sexo con muchas mujeres, pero era desagradable para mí y desarrollé una reacción psicosomática. Al tener un orgasmo, podía sentir arcadas y vomitar".

A pesar de todo el maltrato que vio a su padre infligir a su madre, Will cuidó de él hasta el final, aunque cuando Willard ya casi no se valía por sí mismo, llegó a valorar la posibilidad de vengarse.

Fue millonario y se arruinó antes de los 25

A los 17 años y con su amigo de la infancia Jeffrey Townes –Jazz en "El príncipe de Bel Air"– formó un dúo de rap que cosechó varios éxitos, llegando a ganar un Grammy mientras el mundo del hiphop los criticaba por no ser "macarras que trapichean con drogas", recuerda.

El éxito se le subió a la cabeza y tomó la malísima decisión de no pagar impuestos y lo pillaron con una deuda de unos 2,8 millones de dólares. "Tuve que venderlo todo: mi preciosa casa, mis cuatro coches y mis dos motos –le contó en una reciente entrevista a Idris Elba–. Y pedí prestados unos 9.000 euros a un amigo mío que era 'proveedor de medicamentos sin receta' –un camello–".

Estaba arruinado cuando el gran productor Quincy Jones lo invitó a una fiesta y, allí mismo, le propuso hacer una audición para una serie. "Me daba vueltas la cabeza. Yo no tenía dinero, pero allí había como 20 aparcacoches ¡y Steven Spielberg acababa de marcharse! Stevie Wonder también andaba por allí...".

Abrumado, hizo la prueba y se llevó una gran ovación y el papel que lo haría famoso en "El príncipe de Bel Air".

Con el reparto principal de "El príncipe de Bel Air".

Su matrimonio con Jada es muy particular

En 1992 –el mismo año en el que se casó por primera vez, con Sheree Zampino, madre de su hijo Trey–, Will dio el salto al cine, donde tuvo su primer papel importante en una joya poco conocida titulada "Seis grados de separación", aunque su primer gran taquillazo lo logró con Martin Lawrence en "Dos policías rebeldes".

Luego vendrían otros éxitos de acción como "Independence Day", "Soy leyenda" y "Men in Black", pero también dramas como "Siete almas" y "En busca de la felicidad", título que parecía hacer referencia a su propia vida.

"Cuanto más consigues, más quieres (...) Me convertí en un adicto al trabajo, y a la búsqueda obsesiva de la perfección", dijo. En cuanto a su vida sentimental, en 1997 se casó con su segunda esposa, Jada Pinkett, madre de sus hijos Jaden y Willow, pero a mediados de la década del 2010 se separaron. Sin embargo, la suya siempre ha sido una relación muy pasional y, a pesar de las infidelidades y los desencuentros, nunca han podido alejarse totalmente, con lo que, tiempo después, volvieron.

Se ha dicho que actualmente mantienen una relación abierta y ellos solo se encogen de hombros y responden: "El matrimonio no puede ser una prisión", pues llevan años trabajando para vivir felices.

El actor es un hombre de familia. Adora a su madre, Caroline (arriba a la izqda), y a sus hermanos (arriba a la dcha.) y vive volcado en su especial matrimonio con Jada Pinkett y en sus tres hijos, Trey, Jaden y Willow.