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Toda España con La Palma: dramáticos testimonios

La erupción del volcán de La Palma, que ha desencadenado un auténtico infierno, podría durar entre 24 y 88 días según los expertos

El volcán Cumbre Vieja ha creado coladas de lava que alcanzan hasta los 600 metros de anchura y los 15 metros de altura. 

El volcán Cumbre Vieja ha creado coladas de lava que alcanzan hasta los 600 metros de anchura y los 15 metros de altura. 

E.M

El pasado 19 de septiembre sobre a las 15.12 horas de la tarde, entró en erupción el volcán de la Cumbre Vieja de isla de La Palma después de más de una semana de seísmos, con unos 25.000 pequeños terremotos que sirvieron para alertar a las autoridades de lo que iba a llegar. Desde entonces, la lava no ha dejado de salir desde el volcán para dirigirse, en tres lenguas de destrucción y fuego, hacia el mar arrasando todo lo que contaba a su paso: casas, cultivos, carreteras… 

Aunque al principio, la velocidad de la colada volcánica era de 700 metros por hora y hacía presagiar que su destino iba a ser el agua del Atlántico, con el paso de los días, el ritmo de desplazamiento se fue frenando, a causa de la acumulación de la lava, y los expertos ya no podían asegurar que el mar sería el punto final de ese camino de destrucción. 

Y es que hasta el momento de escribir estas líneas, la lava del Cumbre Vieja había arrasado más de 154 hectáreas (equivalente a 308 campos de fútbol), destrozado más de 320 edificios y obligado a evacuar a unas 6.500 personas que dejaron, desoladas, sus casas, aunque la Guardia Civil calcula que deberán salir de la isla unas 10.000 en los próximos días. Muchos de los habitantes que han sido trasladados se encuentran alojados en polideportivos, en el campo de fútbol de El Paso y también en el albergue del acuartelamiento de Breña Baja. 

Las imágenes de destrucción son desoladoras.

Las imágenes de destrucción son desoladoras.

Testimonios sobrecogedores

Entre los testimonios más sobrecogedores que está dejando esta tragedia está el de Leticia Rocha, una mujer cuya imagen, subida en la parte trasera de un camión cargado con las pocas pertenencias que pudo rescatar de su casa se ha convertido en uno de los símbolos de la desolación que ha invadido a los isleños. “Me despedí del sitio donde nací y donde lo tenía todo porque se lo iba a llevar la lava”, dijo. 

También el relato de José Alonso Plasencia, al diario “Nius”, notó que el volcán estallaba justo encima de su casa ha sido conmovedor. En cuatro días él y su familia lo perdieron prácticamente todo y José confiesa que es tal su pena, que ni siquiera es capaz de mirar al volcán. “Es el volcán del Dolor, porque eso es lo que ha traído, tristeza y desolación. Cuesta mirarlo sabiendo que ha acabado con tantos sueños, tantas ilusiones, tantos recuerdos…”. 

El cultivo del plátano en peligro

En cuanto a las consecuencias económicas de esta erupción, las coladas de lava han aislado unas 400 hectáreas en las que se producen 20 millones de kilos de plátano al año, cultivo que es su principal actividad económica. Una parte de esa producción va a desaparecer bajo la lava, mientras que el resto corre riesgo de perderse por falta de riego y la imposibilidad de su recogida. Y es que el magma arrasa con todo, incluidas líneas eléctricas, carreteras y tuberías que permiten llevar el agua hasta las plataneras. La fuerza destructora del volcán ha golpeado también al sector turístico, acabando con un centenar de casas rurales y complejos de viviendas de vacaciones, que han quedado sepultados por la lava. Jorge Hernández, propietario de una empresa de intermediación turística, se lamenta de que la erupción "ha amputado una de las principales zonas de turismo de naturaleza, porque ahora el paisaje ha cambiado. El daño es muy grande". 

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