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Piedras en el riñón: los tratamientos más eficaces

Un 10% de la población llega a sufrir de esta enfermedad. Conoce cómo puede abordarse

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Ariadna Munuera

Por distintas causas pueden formarse cálculos en las vías urinarias debido a la acumulación de sales minerales o de sustancias orgánicas que el cuerpo no ha podido eliminar. En ocasiones estas piedras no dan signos de su presencia y se localizan al realizar pruebas como una ecografía abdominal. Esto puede ocurrir incluso cuando el cálculo es de gran tamaño porque su forma se va adaptando a los huecos y forma de los riñones y vías urinarias. En otros casos, sí se presentan síntomas. Los más frecuentes son la aparición de sangre en la orina, dolor en la zona lumbar y aumento de micciones, lo que se suele denominar cólico nefrítico.

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Las altas temperaturas aumentan la sudoración y, según un estudio, también las probabilidades de piedras en el riñón.

Las principales técnicas de intervención

Existen diferentes tratamientos para lograr eliminar los cálculos renales. Su elección depende de distintos factores como la localización de éstos, el estado de salud de la persona, el tamaño del cálculo, su número, etc. Antes era mucho más frecuente la necesidad de recurrir a una cirugía abierta, mientras que en la actualidad existen técnicas menos invasivas para abordar la litiasis renal que son de gran eficacia.

Litotricia extracorpórea por ondas de choque. Esta técnica no invasiva se suele aplicar en cálculos que no sobrepasan los 2 centímetros de tamaño. Las ondas sonoras de alta frecuencia que emite el aparato no dañan la piel y consiguen fragmentarlos hasta reducirlos a granos de arena para que puedan eliminarse a través de las vías urinarias. No necesita anestesia general, pero puede requerirse más de una sesión. En algunas ocasiones, puede presentar alguna complicación como que los restos del cálculo obstruyan el uréter, pero es uno de los tratamientos más utilizados por eficacia y comodidad. Es habitual después de someterse a él recomendar al paciente beber mucho líquido para favorecer la salida de los restos de las piedras.

Ureteroendoscopia o tratamiento endourológico. Se anestesia al paciente y se accede al cálculo introduciendo un endoscopio a través de la uretra que permite extraerlo o reducirlo para ser eliminado.

Cirugía renal percutánea. Tras aplicar anestesia, se realiza un corte en la espalda para acceder al riñón creando un canal mediante el cual se pueda introducir un aparato que permite localizar la piedra, extraerla y/o fragmentarla e irrigar para acabar de facilitar su eliminación.

Cirugía abierta. Se practica con anestesia general y consiste en realizar una incisión en el costado para acceder al cálculo y colocar una sonda que drene la orina. Se suele emplear para extraer cálculos de gran tamaño o que no han podido eliminarse de otro modo.

Fármacos. Según el caso, pueden utilizarse de forma única o en combinación con otras técnicas. Algunos medicamentos relajan los músculos del uréter para favorecer el paso de las piedras o sus fragmentos con más rapidez y menos dolor. En caso de que la piedra sea de estruvita pueden ser necesarios los antibióticos y también los analgésicos para calmar el dolor.

Cómo actuar después

Aunque los cuidados varían en cada caso en función del paciente y de la intervención realizada, estas medidas suelen ser generales.

La actividad física y la dieta mediterránea, rica en grasas saludables, como las procedentes del aceite de oliva, ayudan a prevenir la litiasis renal.

La actividad física y la dieta mediterránea, rica en grasas saludables, como las procedentes del aceite de oliva, ayudan a prevenir la litiasis renal.

Beber agua. Se suele recomendar a la persona tomar entre dos litros y medio y tres de agua al día para contribuir así a limpiar las vías urinarias.

Hacer ejercicio. Realizar cierta actividad física como subir escaleras suele favorecer la expulsión de las piedras de pequeño tamaño.

Análisis del cálculo. Se analiza la composición de la piedra extraída o expulsada para así ver si se puede determinar su origen y evitar que pueda volver a formarse. A veces el médico puede pedir al paciente que filtre la orina para comprobar el resto de cálculos, se mide el volumen diario de ésta y también la cantidad de minerales en ella para valorar el riesgo de formación de nuevas piedras.

Buenas medidas preventivas

1 Beber agua. Se recomienda tomar al menos unos 2 litros al día, pero los pacientes propensos a cálculos deben evitar beber aguas duras.

2 Reducir la sal. Su consumo no debería ser superior a los 5 gramos diarios porque puede propiciar los cristales de ácido úrico y de oxalato de calcio. Evita los alimentos precocinados, las conservas y embutidos excesivamente ricos en sodio. Recurre a las hierbas aromáticas para dar sabor.

3 Moderar el consumo de carne. La ingestión de una gran cantidad de proteínas de origen animal en algunos casos puede predisponer a sufrir piedras de oxalato y de ácido úrico.

4 Mantenerse en el peso ideal. El sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo de litiasis renal.

5 Si las piedras son de oxalato de calcio conviene tomar alimentos como los lácteos, que reducen la absorción de oxalato de calcio a nivel intestinal. En cambio, se recomienda prescindir de alimentos como las espinacas, las acelgas, el chocolate o el té, ricos en oxalato. Hay que evitar también los suplementos de vitamina C y D si éstos no han sido recetados.

Cómo actuar ante un cólico nefrítico

Hasta el 80% de cálculos, que suelen ser de pequeño tamaño, se expulsan espontáneamente. Esto puede ocasionar dolor en el costado, sangre en la orina y otros síntomas como náuseas y vómitos. El proceso puede durar desde unas horas a unas semanas.

1 Tomarse la temperatura. Ante la sospecha de cólico nefrítico conviene saber si hay fiebre porque ésta es indicio de una infección que hay que controlar.

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2 Calmar el dolor. Conviene ir a urgencias para confirmar el diagnóstico y recibir el tratamiento adecuado –a veces implica la colocación de un catéter para facilitar la salida del cálculo–. Se puede aplicar calor local con una manta eléctrica, una bolsa de agua caliente o sumergirse en la bañera para aliviar el dolor. En este caso no resulta recomendable beber mucha agua, pero sí hacerlo en pequeñas cantidades. Tampoco son aconsejables las comidas muy abundantes.

3 Evitar los antiinflamatorios y no automedicarse. El riñón está sufriendo un estrés y podría dañarse.

4 Controlar la orina. Suele recomendarse recogerla en un recipiente para poder observar si se ha expulsado la piedra y/o bien filtrar la orina con una gasa. Así, además, puede procederse a su análisis y conocer más sobre las causas de su formación y las medidas preventivas adecuadas para evitar que se repita el cuadro. También es probable que el médico quiera completar el análisis de orina con otro de sangre.

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5 Es especialmente urgente la atención médica cuando la persona tiene imposibilidad para orinar, las náuseas y vómitos son tan intensos que le impiden tomar la medicación, el dolor no disminuye y hay más de 38° de fiebre.

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