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Sueño y fatiga al volante: medidas para una conducción segura

Toma todas las precauciones para evitar estos dos factores de riesgo de accidentes de tráfico, sobre todo si vas a conducir varias horas seguidas para cubrir un largo trayecto

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Nereida Domínguez

Según la Dirección General de Tráfico, la somnolencia causa entre un 15 y un 30% de accidentes de tráfico en España. Aunque existe una nueva normativa de la Unión Europea, que obliga a los vehículos de nueva homologación a tener dispositivos que alertan cuando el conductor pierde la concentración –lo que podría ayudar a reducir muchos siniestros–, también es necesario para prevenirlos conocer los mecanismos que favorecen el sueño y la fatiga al volante.

Los factores de riesgo

Las circunstancias que rodean la conducción son determinantes. Así, un tráfico denso, una carretera difícil o unas condiciones climatológicas que dificultan la visibilidad (lluvia, niebla o granizo) y conducir de noche son factores que obligan al conductor a incrementar la atención y aumentan las posibilidades de que éste acuse el cansancio. También puede ocurrir lo contrario, es decir, que un trayecto monótono y con pocos estímulos induzca el sueño con más facilidad.

Las precauciones que se deben tomar

Iniciar el viaje descansados. Debemos tener en cuenta que la falta de descanso origina cambios neurocognitivos que alteran la atención y el estado de ánimo, empeoran la capacidad para tomar decisiones y enlentecen la velocidad de reacción. También afecta a la vista. Duerme al menos ocho horas la noche antes de iniciar un viaje. Accidentes como las salidas de vía o los choques traseros están relacionados con la falta de descanso del conductor.

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Algunos vehículos incluyen sensores, cámaras y dispositivos que alertan ante una salida del carril y detectan cuando el conductor está distraído.

Detecta los trastornos de sueño como el insomnio, la hipersomnia o la apnea del sueño –la sufren un 8% de españoles– ya que aumentan las probabilidades de sentir fatiga al volante. Quien padece narcolepsia tiene prohibido conducir.

Haz paradas de 20 minutos cada dos horas o cada 150-200 kilómetros para estirar las piernas o detente a echar una cabezada de unos 20-30 minutos en un área de descanso. Es una de las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico para evitar las consecuencias de la fatiga y la somnolencia. También ayudará lavarse la cara con agua fresca. Es recomendable que las personas mayores realicen estas paradas cada hora o cada hora y media, y también cuando la conducción se lleva a cabo en condiciones desfavorables. No obstante, más de un 50% de los conductores no respeta estas recomendaciones.

Detente ante el primer signo de cansancio o de sueño. Picor en los ojos, bostezar a menudo, pestañear con frecuencia o tener la sensación de inquietud deben ponernos en alerta y llevarnos a parar antes de que se puedan producir microsueños. Según un estudio alemán, estos ocasionan el 24% de los accidentes mortales en autopista. Asimismo, cabe tener en cuenta que las horas en que se registran más accidentes a causa del sueño son entre las 3 y las 5 de la madrugada y por tarde entre las 14 y las 16 horas.

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Detente ante el mínimo signo de cansancio para estirar las piernas o dormir unos minutos en el coche.

Di no al alcohol y a las comidas copiosas. Son dos factores que suelen aumentar la somnolencia al volante.

Atención a los fármacos. Lee el prospecto de los medicamentos que tomas o consulta con tu médico los efectos secundarios que pueden tener sobre la conducción, como una disminución de los reflejos o incremento de la somnolencia. Es el caso, por ejemplo, de los antihistamínicos y los medicamentos contra los resfriados, entre otros.

Regula el aire y la temperatura del coche. Pon el aire acondicionado y evita tener calor en el interior del vehículo, ya que favorece la somnolencia. Baja las ventanillas regularmente para que se renueve el aire y haya más oxígeno. De lo contrario, al cabo de las horas aumenta la concentración de anhídrido carbónico, lo que produce cansancio.

Bebe agua regularmente. Mantenerse bien hidratado limita los errores al volante, según un estudio de la Universidad de Loughborough (Reino Unido) y el European Hydration Institute.

¿Verdadero o falso?

Algunas creencias populares que se han revelado falsas pueden mermar nuestra seguridad al volante. ¡No te arriesgues!

LAS BEBIDAS ESTIMULANTES COMBATEN EL SUEÑO. Falso-Verdadero. Si bien el café puede despejar y mantenernos despiertos un rato, al cabo de unas horas tiene un efecto rebote y aumenta la fatiga y la somnolencia. Además, favorece la deshidratación y el nerviosismo, causa de una conducción más brusca. Tampoco son una opción segura las bebidas con cafeína y taurina. Pueden provocar taquicardias y ansiedad, que impiden una conducción concentrada.

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LOS FUMADORES TIENEN MÁS RIESGOS. Verdadero. Los conductores que fuman tienen más posibilidades de distraerse hasta el punto de que éstos se ven implicados en el doble de accidentes que los no fumadores. El humo puede propiciar la somnolencia.

LA SOMNOLENCIA APARECE TRAS VARIAS HORAS. Falso. Algunos estudios señalan que un 38,5% de accidentes por sueño tienen lugar durante la primera media hora al volante, mientras que el 23% sucede tras más de cuatro horas de conducción sin parar, algo que no se debe hacer, y menos de noche.

LA APNEA DEL SUEÑO ES CAUSA DE ACCIDENTES. Verdadero. En este trastorno se bloquea la entrada y salida del aire mientras dormimos, lo que produce microdespertares, dificulta el descanso y ocasiona más somnolencia diurna. Según la Sociedad Española del Sueño, esta enfermedad causa un 30% de accidentes en el sector profesional. Este trastorno del sueño puede sufrirse sin saberse. Son más propensos a padecerlo los varones con sobrepeso, que fuman o consumen alcohol.

Qué va bien y qué no para evitar dormirse al volante

Al cabo de 17 horas despiertos y en actividad, los reflejos disminuyen como si tuviéramos 0,5 gramos de alcohol en sangre. La fatiga y el cansancio no son poca cosa al volante.

VIAJAR ACOMPAÑADO Y COMPARTIR LA CONDUCCIÓN. Tener compañía mientras se conduce, –siempre que el copiloto se mantenga despierto– ayuda a prevenir la somnolencia. Sobre todo en largos trayectos, es mejor si ambos pueden conducir. Así cuando uno de los conductores se sienta cansado podrá ceder el volante al otro. Esto es aún más importante si el viaje se hace durante la noche.

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EVITAR LAS DISCUSIONES EN EL COCHE. Pueden ser la causa de un accidente al distraer la atención del conductor. Hay que evitarlas y, si surgen, detener el vehículo enseguida. En cambio, una conversación relajada ayuda a mantenerse despierto.

PON MÚSICA O LA RADIO. Son otros dos recursos que pueden contribuir a evitar la somnolencia en los entornos viales más monótonos. No obstante, no sustituyen un buen descanso.

PONERSE METAS. Conviene escuchar el cuerpo y parar ante el mínimo signo de cansancio, respetar los límites de velocidad y no exigirse cumplir objetivos de tiempo para llegar. De lo contrario, la calidad de la conducción puede resentirse, ya que al cabo de cuatro horas de conducción la fatiga hace mella y aumenta el riesgo de accidentes.

ROMPER LA MONOTONÍA. Siempre que sea seguro, realizar algún cambio en la conducción como modificar la velocidad permite mantener la atención al volante.

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