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Rostro más joven: disimula los signos de la edad

Unos pequeños ajustes en tu rutina facial pueden obrar milagros a la hora de lucir una piel tersa y brillante. ¡Atenta!, porque los mimos antiaging que te proponemos enamoran

Ariadna Munuera

Los años pasan factura, es verdad. Pero no se trata de agobiarse, sino de aprender a mimarse. El aumento de las líneas de expresión y de la flacidez, así como la pérdida de luminosidad, pueden delatar la edad. Sin embargo, hay muchas formas de ganarles la batalla a la vez que disfrutas del placer de cuidarte.

A la conquista de un tono uniforme

Las irregularidades de pigmentación aparecen cada vez de forma más habitual a partir de los 40 años.

Sin manchas... Contra ellas, tu mejor escudo es aplicar sobre el rostro un protector solar SPF 50 de amplio espectro, incluso en invierno. Pero una vez instaladas, podrás atenuarlas con un exfoliante facial a base de ácido glicólico, por ejemplo. Este cosmético, aplicado una vez a la semana, facilita la regeneración celular, elimina las células muertas y ayuda a unificar el tono. El ácido azelaico, la hidroquinona y la niacinamida son otros ingredientes que aclaran la piel.

Ni rojeces. Si la zona de las mejillas tiende a enrojecerse a causa de la vasodilatación capilar, algo que acostumbra a agravarse con el paso del tiempo, opta por un sérum o una crema antirrojeces con ingredientes calmantes y reparadores como la caléndula o la rosa mosqueta.

Todo por la luminosidad de la tez

Con los años, el tono de la piel tiende a apagarse y pierde brillo. ¡Recupera su vitalidad!

Sérums llenos de luz. Afortunadamente un sérum rico en vitamina C, aplicado sobre la piel limpia cada mañana, obra milagros en esta reconquista de la luminosidad. El resveratrol es otro activo antiedad que actúa de similar forma. Procura que trabajen unidos en un mismo producto, ya que con la sinergia de ingredientes tu piel suma belleza.

Alisa y rellena las líneas de expresión

¿Las arrugas son tu caballo de batalla? Reajusta tu rutina de belleza sobre todo antes de ir a dormir.

Reparar de noche. Podrás sacar más partido a tus horas de sueño si aplicas un sérum a base de retinol. Esta sustancia es fundamental a la hora de aumentar la elasticidad de la piel y de estimular la producción de ácido hialurónico, que decae a partir de los 30 años. Tras su aplicación recurre a una crema de noche que acelere la regeneración cutánea.

Efecto relleno durante el día. Emplea una hidratante con filtro solar –el mejor ingrediente antiedad– y activos como el ácido hialurónico, una sustancia que retiene hasta 1.000 veces su peso en agua y, gracias a ello, mantiene la piel más lisa y tersa.

Contorno de ojos sí o sí. Este cosmético frena las patas de gallo, las ojeras y, si también lo aplicas bajo la cola de las cejas, la caída del párpado superior. A su efecto antiarrugas, se añade su capacidad para drenar y descongestionar, con lo que elimina los signos de cansancio.

Gana firmeza y redefine el rostro

Con el paso de los años la producción de colágeno, también disminuye. Así, la flacidez va haciendo mella y se desdibuja el contorno del óvalo facial.

Planifica tu rutina de belleza facial con los ingredientes que mejor cuidarán tu piel.

Activos tensores. Necesitas el poder de los péptidos, unos compuestos que puedes encontrar, entre otros cosméticos, en ampollas de belleza y sérums. ¿Su punto fuerte? Incrementan la producción de fibras tensoras, las encargadas de devolver a tu rostro la firmeza pérdida. Otro buen activo reafirmante de efecto instantáneo y duradero es el DMAE.

Minimiza los poros y luce una piel fina

Pasados los 40, debido a la pérdida de elasticidad, los poros suelen hacerse más visibles.

¡Actúa! Una limpieza profunda, que finalice con un tónico a base de hamamelis, ayuda a minimizarlos. Semanalmente, utiliza una mascarilla de arcilla, que reduce imperfecciones y mejora la textura de la piel.

Los mejores hábitos antiedad

DUERME 8 HORAS. Cuanto más y mejor duermas, mayor es la llegada de oxígeno y nutrientes a la piel. Por ello gana luminosidad y tersura.

TOMA ANTIOXIDANTES. Tu cutis también es reflejo de tu alimentación. Los betacarotenos (zanahorias, calabaza, mango, etc.) propician la renovación celular. La vitamina C (cítricos, pimientos rojos, kiwi, etc.) frena el envejecimiento y, además, estimula la producción de colágeno, combatiendo la flacidez.

ELIMINA TÓXICOS. El tabaco, el alcohol y el exceso de azúcar aceleran la aparición de arrugas.

BEBE AGUA. Lo ideal son ocho vasos al día. Bebidas antioxidantes como el té verde o la infusión de escaramujo, de hibisco o de rooibos tienen un gran efecto antiaging.